Al menos 110 personas murieron en el último terremoto en Nepal del pasado lunes, de 7,3 grados en la escala de Richter, mientras que los heridos se elevan a 2.763, informaron hoy fuentes oficiales.
Según el Centro Nacional de Operación de Emergencia nepalí, estas víctimas se suman a los 8.199 muertos y 17.867 heridos que al menos dejó en el país el seísmo de 7,8 grados del pasado 25 de abril.
Hoy el diario local “The Himalayan Times” afirma que un equipo de la Policía Armada nepalí consiguió rescatar ayer con vida a seis menores entre los escombros de un edificio de cinco pisos que se derrumbó tras el temblor del lunes en el distrito de Dolakha.
Otras 35 personas fueron rescatadas el martes en este distrito, de acuerdo con fuentes de la Policía citadas por el periódico.
“Después del primer temblor, no estábamos preparados para otro”, dijo el primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, durante una visita a Charikot, una de las zonas más devastadas, en el noreste de Katmandú.
“Necesitamos tiendas porque será difícil para la gente sobrevivir a la intemperie en la temporada de lluvias” que se espera a partir de junio, indicó el dirigente del país, según medios locales.
También organismos de Naciones Unidas como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han alertado de la necesidad urgente de que la ayuda humanitaria llegue antes de los monzones en Nepal, donde el número de casas destruidas se aproxima al medio millón.
Mientras, Katmandú intenta recuperar la normalidad, después de que el seísmo del lunes provocara un nuevo éxodo en la ciudad, en la que miles de personas duermen en las calles por miedo a las réplicas.
El terremoto del 25 de abril fue el de mayor magnitud en Nepal en 80 años y el peor en la región del Himalaya en una década, desde que en 2005 un seísmo ocasionara más de 84.000 muertos en Cachemira.