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ENTREVISTA: Joanna Harper, asesora del COI

“Las mujeres trans son bienvenidas en las competiciones deportivas siempre que no ganen”

Tras iniciar su terapia hormonal en 2004, Joanna Harper comenzó a apreciar que su velocidad en las carreras de atletismo en las que participaba disminuía. Al cabo de unos meses, sus marcas eran un 12% inferiores a las que realizaba como varón. Esta física clínica del Providence Portland Medical Center, en Oregón, EEUU, se percató de que esa era, precisamente, la diferencia entre las categorías masculina y femenina y comenzó una investigación en la que analizó las marcas de ocho atletas antes y después de la transición, obteniendo resultados similares al suyo.

Tras el estudio, publicado en 2015, comenzó a asesorar al Comité Olímpico Internacional. Es una de las coautoras de las directrices para deportistas trans dictadas por este organismo a finales de ese mismo año. En ellas, el comité reconocía que exigir cambios anatómicos quirúrgicos para participar en competiciones deportivas podría atentar contra los Derechos Humanos, permitía a los hombres trans participar sin ningún tipo de restricción y a las mujeres bajo supervisión de sus niveles de testosterona. “En el deporte no importan los genitales, importan las hormonas”, mantiene la experta.

Tras participar en el I Congreso Deporte y Diversidad, organizado por la Comunidad de Madrid y la asociación Deporte y Diversidad en vísperas del Día Internacional contra la LGTBIfobia en el deporte, que se celebra este martes, Harper analiza las ventajas y desventajas de las mujeres trans en el deporte, lamenta la falta de referentes y advierte de la necesidad de proteger las categorías femeninas.

Pese al cambio de criterio del COI, en 2016 no hubo deportistas trans visibles en Río.

Ni en Río, ni en Londres, ni en Beijing, ni en ningunos Juegos antes. Katlyn Jenner o Balian Buschbaum compitieron y obtuvieron buenos resultados en sus competiciones olímpicas, pero lo hicieron según su género de nacimiento. Nunca ha habido ninguna deportista transgénero visible en unos Juegos Olímpicos. Eso va a cambiar probablemente en Tokio, con la jugadora de vóley brasileña Tifanni Apreu y la levantadora de peso Laurel Hubbard, de Nueva Zelanda.

Para las deportistas trans, ¿ganar supone colocarse en el ojo del huracán?

Sí, hace falta mucho valor. Brasil es uno de los mejores países del mundo en vóley y tienen muchas posibilidades de ganar una medalla. Tifanni no va solo a jugar, va a competir por una medalla. Existe una norma general: las mujeres transexuales son bienvenidas en las competiciones siempre que no ganen (risas). ¿Qué tipo de competición es esa? Es totalmente cierto que ganar y tener éxito para las deportistas trans muchas veces supone la animadversión de otras deportistas. Siempre digo que la mujer que termina un puesto por detrás de mí siente eso.

¿Hay evidencia científica de que las mujeres trans no juegan con ventaja?

Solamente en atletismo. La transición no afecta a la altura, así que en los deportes en los que la altura es importante, pueden tener cierta ventaja. Los cambios cardiovasculares son completos tras la terapia hormonal, pero a efectos de fuerza muscular la transición no cambia al 100% de típico hombre a típica mujer, sino que se queda en un punto entre hombre y mujer, por lo que también pueden tener ventaja. Eso requeriría de un estudio más avanzado. Pero las mujeres trans también tienen desventajas. Al transicionar, su capacidad aeróbica y su fuerza muscular descienden, pero su estructura y sus huesos permanecen igual. Tienen mayores cuerpos, impulsados por una masa muscular y una capacidad aeróbica menor. Es como un coche grande con un motor pequeño, compitiendo contra un coche pequeño con un motor pequeño.

Permitimos ventajas en los deportes. Los esgrimistas zurdos tienen ventaja sobre los diestros y les dejamos competir. Sin embargo, no permitimos que los boxeadores de peso pesado entren en el ring con los de peso mosca. La magnitud de los eventos es muy importante. Por eso, la cuestión es si las mujeres, trans o cis, pueden competir entre ellas en equidad, al mismo nivel. Eso es lo deseable.

Según las normas del COI, las mujeres trans deben cumplir más requisitos para participar que los hombres (un control hormonal que no es necesario en el caso de ellos). ¿Por qué?

La percepción general es que los hombres trans no pueden competir contra hombres cis. Por otro lado, hay quien considera injusto que los hombres trans puedan inyectarse testosterona. Yo creo que es importante mirar más de cerca a los deportistas trans. Uno de los casos que he estado estudiando es un nadador trans que, después de la transición, nada un 10% más rápido. Es una mejora enorme, pero sigue sin estar al mismo nivel respecto al resto de competidores del que estaba cuando nadaba con mujeres.

¿El COI trabaja con otros organismos internacionales para que apliquen sus mismos criterios?

El COI solo cubre los Juegos Olímpicos, no tiene control sobre otras federaciones. Ahora estamos preparando un modelo sobre regulación para deportistas trans que se publicará este año. Nos gustaría que todas las federaciones lo sigan, pero no están obligadas a hacerlo. Es importante entender que ni siquiera las federaciones internacionales controlan a las nacionales. Hay muchos países en el mundo que permiten asesinar a personas trans. Estos países nunca van a permitir que haya deportistas transexuales o gais visibles en sus competiciones nacionales. Esperamos que cambie con el tiempo, pero es un proceso lento.

El Campeonato Mundial de Atletismo, organizado por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, se celebra este año en Doha, Catar. ¿Debería evitarse que este tipo de eventos internacionales se celebren en países donde no se respetan los derechos del colectivo LGTBI?

Si yo eligiera el país, no lo habría elegido. Pero hay muchas cosas que van mal en muchos países. ¿Deberías dejar de venir a EEUU por nuestro presidente? ¿Si vas a Reino Unido estás apoyando el Brexit? Hay muchas cosas con las que no estamos de acuerdo, pero creo que es importante que se celebren competiciones deportivas en todo el mundo, aunque eso signifique que, a veces, haya que ir a países donde las cosas están lejos de ser ideales. Ojalá mostrando a la gente otras ideas y culturas ayudemos a elevar el nivel de aceptación y comprensión de otros lugares. Estamos viendo cada vez a más deportistas LGTB visibles. Doha tiene que dejarles participar –están obligados por la normativa– y van a ser vistos allí. Eso va a ser positivo.

Hablemos de deportistas intersexuales, como la atleta sudafricana Caster Semnya, que tuvo que medicarse para poder competir. ¿Considera esta medida adecuada?como la atleta sudafricana Caster Semnya

A nivel profesional, para deportes olímpicos, creo que es muy importante proteger las categorías femeninas. El deporte femenino es una de las principales características del camino de las mujeres hacia la igualdad. Creo que es muy importante permitir que billones de deportistas potenciales tengan la oportunidad de competir en una categoría en la que puedan disfrutar de una competencia equitativa. La razón por la que separamos a hombres de mujeres en el deporte es porque las mujeres no pueden competir con los hombres. Si juntamos al mejor equipo de fútbol femenino con el mejor equipo de fútbol masculino, no hay competición. No es que los hombres se esfuercen más, ni nada parecido. Es una cuestión de testosterona: cuando llegan a la adolescencia, se benefician de la testosterona producida por sus testículos. Por eso creo que las mujeres trans deben reducir sus niveles de testosterona para participar en competiciones deportivas con otras mujeres. La intersexualidad es muy complicada y hay muchísimas características diferentes, pero también estoy de acuerdo con que algunas mujeres intersexuales, si quieren competir, tengan que reducir sus niveles de testosterona.

¿Qué ocurre con las personas que no se sienten identificadas con ningún género?

Si hablamos de deportes profesionales, hay una selección nacional de fútbol masculino y otra femenina. No hay una selección española de futbol no binaria y, aunque la hubiera, no habría países contra los que competir. Doy la bienvenida a personas que se expresan de una manera no binaria, pero en el deporte a alto nivel van a competir en la división de hombres o en la división de mujeres. Si quieren competir en la división de mujeres, deberían hacerlo a nivel de hormonas femeninas.

¿Y a nivel recreativo?

Deberíamos dejarles competir con su género sentido. Si estos deportistas dicen que son un hombre o una mujer, hay que dejarles, porque es recreativo. No estamos en unos Juegos Olímpicos.