El papa Francisco permitirá, con una revolucionaria decisión, que las mujeres y los laicos que sean elegidos para participar en el próximo Sínodo de los obispos puedan votar por primera vez en esa asamblea, en la que hasta ahora sólo se permitía votar el documento final a los prelados.
Tanto las religiosas como las asociaciones de mujeres católicas llevaban años pidiendo poder no sólo formar parte de la asamblea, en la que se deciden y debaten algunos importantes temas de la Iglesia, sino también poder votar el documento final que sirve al papa para tomar sus decisiones. El sínodo, una reunión de obispos elegidos de todas partes del mundo, era hasta hace poco un territorio exclusivamente masculino y clerical. Sin embargo, en 2021 Bergoglio nombró a Nathalie Becquart como subsecretaria del Sínodo; la primera mujer con derecho a voto. Ahora va un paso más allá.
Los organizadores de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos anunciaron esta novedad que se está preparando y que culminará con dos reuniones en Roma en octubre de 2023 y de 2024. Diez clérigos serán “sustituidos por cinco religiosas y cinco religiosos pertenecientes a Institutos de vida consagrada, elegidos por las respectivas organizaciones representativas de las Superioras Generales y de los Superiores Generales” y con derecho al voto, se lee en la comunicación.
La otra gran novedad es que no habrá “auditores”, como hasta ahora, sino que se añaden “otros 70 miembros, no obispos, que representen a otros fieles y que pueden ser sacerdotes, personas consagradas, diáconos o fieles laicos y que procedan de las Iglesias locales” y se espera que la mitad sean mujeres. “Todos ellos tendrán derecho al voto”, se destaca.
Estos serán elegidos por el papa de una lista de 140 personas indicadas durante las reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas. Y se ha pedido que el 50% de las personas indicadas sean mujeres y que se valore también la presencia de jóvenes.
“A la hora de identificarlos, se tendrá que tener en cuenta no sólo su cultura general y prudencia, sino también sus conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal”, explican. “Todos ellos, como miembros, tienen derecho a voto”, señalan, mientras que hasta ahora sólo votaban los obispos y los representantes de congregaciones masculinas.
Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator del Sínodo de la sinodalidad, explicó durante la presentación de las novedades que, en su opinión, “no es una revolución, pues la asamblea sigue siendo una reunión de obispos, con una participación de no obispos”. El 75 % de los participantes, aclaró, seguirán siendo prelados.
También quiso quitar importancia a estos cambios el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, quien agregó que “seguirá siendo un Sínodo de obispos, pero habrá esta participación como miembros de laicos”.
“Su presencia y participación no sólo asegura el diálogo entre profecía del pueblo de Dios y el discernimiento de los pastores. Su presencia garantiza la memoria, son testimonios del proceso, del itinerario, del discernimiento que ha iniciado hace dos años”, agregó.