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La multiplicación de casos de la quinta ola aumenta los ingresos hospitalarios de los niños

Personal sanitario realiza una prueba PCR a un niño en brazos de su madre

Elena Cabrera / África Gelardo Arrebola / Victòria Oliveres

12 de agosto de 2021 21:43 h

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Los hospitales han notado una subida de ingresos de niños y niñas por COVID-19. Son cifras muy bajas, comparadas con otros grupos de edad, pero lo cierto es que han aumentado desde principios del mes de julio. En el caso de los menores de 9, se ha igualado la cifra más alta de ingresos, registrada en septiembre de 2020. Es aún más llamativo que en los ingresos hospitalarios del grupo etario que corresponde a los preadolescentes y adolescentes (10-19) se haya alcanzado el pico de la pandemia. Cantabria, Castilla y León y Madrid son las comunidades con mayores ingresos relativos de niños y niñas de hasta 9 años.

Los hospitales confirman las gráficas. La doctora Cinta Moraleda Redecilla, miembro de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica y secretaria del Grupo de Cooperación de la Asociación Española de Pediatría, que trabaja en el hospital madrileño 12 de Octubre, ha constatado un aumento de ingresos por COVID-19 “en las semanas previas” al 4 de agosto, “pero ya se ha estabilizado”, indica.



De igual manera, en el hospital materno-infantil Sant Joan de Déu, en Barcelona, confirman que han pasado de tener uno o dos niños ingresados a unos siete en los primeros días de agosto. No obstante, en esta segunda semana de agosto, los casos ya van en descenso. Los ingresos en este hospital se podrían dividir en tres grupos, con la misma proporción: pacientes que ingresan por COVID con los síntomas habituales pero que son de especial preocupación, como las afecciones respiratorias; los niños que ingresan por cualquier otro motivo y, siendo asintómaticos, se les hace una prueba y dan positivo; y, por último, el grupo más preocupante, el que ingresa por COVID con una patología de base —especialmente neurológicas o cardíacas— y los médicos consideran que necesita una observación de cerca. “La mayor parte de estos últimos evoluciona bien pero algunos han requerido administración de oxígeno y ha habido algún caso, con enfermedades graves, en el que el paciente ha fallecido”, explica Juanjo García, jefe de Pediatría de este hospital barcelonés.

“En general, los ingresos de los niños no han sido graves”, señala el doctor García. El rango más afectado ha estado entre los 12 y los 18 años que es en el que se encuentran aquellos menores que, en algún caso, han llegado hasta la UCI. Los ingresos se relacionan más con el aumento de la incidencia que con la afectación de la variante delta, que ya es predominante al 90% en Catalunya.



En la misma línea, el doctor Jorge Lorente, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, señala que “hay más transmisión y más contagios, pero no se ha traducido en más gravedad”. Lorente explica que los niños casi no ingresan, “y si lo hacen es con cuadros leves en la mayoría de los casos y síntomas como los que se vienen observando a lo largo de toda la pandemia, como febrícula, tos y mocos”. El profesional también explica que si un niño es menor de tres meses y tiene fiebre, se ingresa.

Falta la vacunación infantil

El incremento de las hospitalizaciones en menores podría explicarse por tratarse de un “grupo de edad que no está vacunado”, según indica el doctor en epidemiología Antonio Gutiérrez. El investigador también señala otros motivos, como que “se han relajado medidas en el verano”, que los niños “son un grupo con gran interrelación social”, y la presencia mayoritaria de la variante delta del coronavirus, “de alta transmisibilidad”.

En los hospitales se ha seguido muy de cerca la evolución del ingreso de los menores en las últimas semanas. “El miedo que teníamos era debido a que el gran aumento de casos de COVID que estamos viviendo, empezáramos a observar muchos casos graves de niños”, aclara el pediatra de Sant Joan de Déu. “Pero esto de momento parece que no está ocurriendo, y la incidencia va disminuyendo, lo cual es tranquilizador”, añade.



Por otro lado, también están especialmente atentos a la reaparición del síndrome de respuesta inflamatoria muy grave que vieron en niños al inicio de la pandemia en 2020. “Esto no lo estamos viendo ahora mismo, pero pensamos que podría volver en unos meses”, añade Juanjo García.

Según los expertos consultados, los niños y niñas que acuden al hospital con sospecha de COVID tienen la misma sintomatología que los adultos: fiebre, mucosidad en las vías altas, tos, decaimiento, dolores musculares, dolor de cabeza y vómitos. Pocos niños desarrollan procesos respiratorios más graves, pero son ingresados cuando se trata de bebés o cuando tienen otras patologías de base.

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