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Opinión - Tócala otra vez, Sam. Por Esther Palomera

Se multiplican las llamadas de veinteañeros que piden ayuda al teléfono para prevenir el suicidio

Las llamadas de jóvenes al 024 se han disparado

Yuly Jara / Sofía Pérez Mendoza

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355 personas llaman de media al día al teléfono 024 para la prevención del suicidio en España. Gratuito y operativo todos los días a todas horas, al otro lado se da atención y asesoramiento a las personas que se encuentren en una situación de crisis. Tras dos años de funcionamiento, con más o menos demanda según los meses, hay una curva de crecimiento constante y empinada, especialmente en los últimos meses: la que forman las llamadas de los jóvenes al recurso.

Los contactos con el teléfono de personas de entre 20 y 29 años, ya sea porque piden ayuda para sí mismos –la mayoría, según los datos– o para alguien de su entorno, han aumentado un 200% desde septiembre de 2022, según las cifras obtenidas por elDiario.es tras realizar una solicitud de información pública a través de la ley de transparencia al Ministerio de Sanidad. Si en septiembre de 2022 se atendieron 870 llamadas, en marzo de 2024 eran 2.693. Son tres veces más. Además, los veinteañeros pertenecen al grupo de edad que tiene un mayor porcentaje de contactos derivados, por su urgencia, al 112. Así constan en los datos obtenidos por elDiario.es que por primera vez detallan los perfiles de más de 154.000 llamadas atendidas por el teléfono 024 entre mayo de 2022 y marzo de 2024.



Que haya más contactos no significa necesariamente que la problemática sea mayor. No es una relación inequívoca. También puede mostrar una mayor disposición a pedir ayuda. “Los jóvenes son más capaces de hablar abiertamente de salud mental, expresar esas necesidades y, por tanto, probablemente, llamar al teléfono. Pero porque tengan más capacidad de comunicar no tenemos que menospreciar la ayuda que están pidiendo. Los datos nos indican que hay gravedad, que hay suicidio”, explica la doctora Iria Grande, psiquiatra del hospital Clínic de Barcelona y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud mental (CIBERSAM).

El psicólogo Miguel Guerrero, responsable de la Unidad de Prevención e Intervención en Conducta Suicida UPII Cicerón en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria y coordinador del grupo de trabajo específico sobre esta problemática de la Sociedad Española de Psicología Clínica, valora como algo “positivo” que los “adultos jóvenes estén mostrando una mayor respuesta de búsqueda de ayuda”. Pero añade, con toda la cautela: “Pese a esto, no tenemos mucha más información por parte del Ministerio para hacer otras valoraciones”.



Sea lo que fuera, los jóvenes forman parte, según Grande, de un grupo que se ha empezado a vigilar especialmente, aunque no es el más afectado por los intentos autolíticos –la tasa es mayor entre los 40 y los 60 años– porque el suicidio fue en 2022 la primera causa de muerte externa de los chicos y chicas entre 15 y 35 años, recuerda.

No obstante, los que más llaman, si se atiende al número y no a la evolución, tenían entre 50 y 59 años (556 por cada 100.000 habitantes). En segundo lugar ya aparecen los veinteañeros (506 por cada 100.000 habitantes), según los datos obtenidos a través de transparencia. Tiene sentido, manifiesta Guerrero, porque “se trata del perfil epidemiológico de quien fallece por suicidio en España, que obedece sobre todo a varones entre 40 y 60 años, lejos del grupo de jóvenes”. La evolución de llamadas en todos los grupos de edad ha tenido generalmente una tendencia ascendente, excepto en los mayores de 70 años.

Información insuficiente para guiar políticas públicas

El Ministerio de Sanidad, contactado por elDiario.es, asegura que es “necesario recabar más información para poder hacer políticas públicas” a partir de esta herramienta de atención. “Por ahora es un sistema para que la persona que necesita ayuda, la tenga”, apunta una portavoz a este medio, que sostiene que “cada llamada no es necesariamente una persona” y eso dificulta sacar conclusiones.

La comisionada de Salud Mental, Belén González, avanzó hace dos semanas, cuando dio a conocer algunos datos sobre el servicio, que se estaban estudiando mejoras para conocer y profundizar en las causas. Su equipo también valora “recomendar recursos sociales y comunitarios” en los casos que se identifique que puede ayudar a los usuarios. González acudirá esta semana al Congreso para explicar las líneas de trabajo que pretende impulsar en un puesto inédito hasta el momento en el organigrama del Gobierno.



La línea 024 se puso en funcionamiento el 10 de mayo de 2022 con el objetivo de atender las llamadas de personas en riesgo de suicidio. Entonces estaba al frente de la cartera la socialista Carolina Darias, ahora alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria.

Desde su comienzo quienes atienden las llamadas son operadores de la Cruz Roja Española. De entonces hasta ahora ha recibido 286.474 llamadas; es decir, 355 al día. Esta entidad –que ha sido contactada por elDiario.es para valorar los datos sin obtener respuesta– ha recibido en total más de seis millones y medio de euros para su gestión.



“Al proporcionar apoyo inmediato y adecuado, estos servicios pueden prevenir suicidios inminentes”, sostiene Guerrero. Sin embargo, advierte de la eficacia limitada si no está acompañada de una red de atención en salud mental que actualmente está muy tocada en España. “Cuando la persona cuelga, el profesional ha podido hacer muy bien su trabajo y ayudar a reducir su angustia, pero su dolor, sufrimiento, desesperanza, desconexión estarán ahí. Esa es la clave, ¿y qué pasa después de colgar? ¿Quién puede ayudarme? No responder a esta pregunta genera desesperación y desconfianza en el recurso. Y esto no podemos permitirlo, máxime financiado con dinero público”.

La red pública de psiquiatras y psicólogos es escasa y está colapsada, aunque por el momento no se puede saber cuánto en datos unificados porque el registro de las listas de espera por especialistas que deben declarar obligatoriamente las comunidades autónomas no incluyen esta rama.

“El teléfono por sí solo no reduce las tasas de mortalidad, ni este ni otros desarrollados en Europa, si no se implementan otras medidas y acciones de prevención, integrales, coherentes, basadas en evidencia y estructuradas”, reitera Guerrero, que recomienda, en los suicidios en curso llamar al 112 directamente para evitar derivaciones y el riesgo de “perder el contacto con la persona”. Aunque sí es un recurso positivo, añade a renglón seguido, para “aumentar la conciencia pública”, “promover la disponibilidad de ayuda” y “conectar” a los usuarios con los servicios de salud mental.

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