Los alumnos musulmanes de ESO y Bachillerato de nuestro país estudiarán “estrategias para tomar conciencia, predecir, detectar y prevenir toda violencia, en particular la violencia terrorista”, según el currículo de la materia aprobado por el Ministerio de Educación y la Comisión Islámica de España y publicado en el BOE. Se empezará a implantar el próximo curso, es decir, en septiembre, pero ha sido este martes cuando se han enviado las notificaciones a los colegios.
Según las últimos datos (a 31 de diciembre de 2013), había en España un total de 243.437 alumnos musulmanes, 20.495 más que el año anterior, de los que 154.419 eran extranjeros y 89.018, españoles. Sin embargo, apenas existe medio centenar de profesores de Religión Islámica en centros públicos.
El nuevo currículo también abordará la creación de un “marco de diálogo que favorezca el pensamiento crítico derivado de la libertad de conciencia y del ejercicio de la voluntad y convicción religiosa, con el fin último de comprender la pluralidad y fomentar la convivencia, pilares de la sociedad democrática”.
La materia tendrá una “función preventiva” para “reducir el riesgo temprano de adquirir concepciones erróneas acerca del Islam”, y “evitar cualquier tipo de radicalización y confusión”. Para ello, la Comisión Islámica ha elaborado doce libros de texto, avalados por Educación, donde se hace especial énfasis a la prevención de los “factores sociales” que pueden “ejercer influencia” sobre la radicalización por motivos religiosos.
Igualdad de género y respeto a los derechos humanos
Junto al rechazo al terrorismo, los alumnos musulmanes también estudiarán en clase de Religión otras enseñanzas, como “la compresión lectora, la expresión oral y escrita, la comunicación audiovisual, la educación cívica y constitucional, la igualdad de oportunidades, la no discriminación, la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la prevención de la violencia de género, el rechazo a la violencia terrorista y la resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos de la vida personal y social, así como los valores que sustentan la libertad, la justicia, la paz, la democracia y, en general, el respeto a los derechos humanos”.
El objetivo central del currículo no es otro “que los jóvenes de ambos sexos se preocupen y muestren su rechazo ante el fundamentalismo integrista derivado de un retorno fanático y una reconversión emotiva, en los que se visibiliza la radicalización y aparece la violencia extremista”, tal y como afirma el texto aprobado.
No obstante, el currículo reconoce que únicamente con los conocimientos adquiridos en el aula sobre el radicalismo violento “no será suficiente” para prevenir con eficacia sus efectos, aunque sí podrá “reducir el riesgo de adquirir concepciones erróneas y extralimitadas acerca del Islam”.
Por otra parte, el nuevo currículo fomenta también el conocimiento de los estudiantes musulmanes sobre el Catolicismo y el Judaísmo y, concretamente, sobre los últimos dos Papas. Así, una de las aptitudes que deberán adquirir los alumnos de Bachillerato será “describir algunos Papados del siglo XX y analizar y valorar los pontificados del Papa Benedicto XVI y Francisco para el diálogo religioso”.