La industria que vende bebidas alcohólicas ha advertido durante décadas a los potenciales consumidores que deben tomar sus productos de manera “responsable” y “moderada” como un señuelo para transmitir que un consumo discreto no es dañino para la salud. Incluso es común que las compañías defiendan que la ingesta moderada tiene beneficios apoyándose en algunos estudios. Sin embargo, en los últimos días una revisión científica publicada en Journal of Studies on Alcohol and Drugs y un estudio liderado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) revelan que esas investigaciones que vinculan una copa de vino o dos cervezas con una mejor salud son defectuosas.
El Ministerio de Sanidad, tomando como guía estas conclusiones, pretende desterrar este reclamo cada vez más cuestionado por la ciencia a través del anteproyecto de ley que acaba de aprobar el Gobierno para prevenir el consumo de alcohol en menores. Si sale adelante, algo para lo que queda una larga tramitación, las compañías no podrán usar el mensaje de “consumo responsable” o “moderado” en sus anuncios. Tampoco tendrán permitido colocar el reclamo en sus botellas o latas.
El equipo que dirige la ministra Mónica García quiere acabar con mensajes “equívocos” o “ambiguos” alrededor de la ingesta. “No podemos avalar el uso de estos conceptos porque el consumo no tiene ningún efecto beneficioso sobre la salud. Se acabó”, aseguró el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, en un encuentro con periodistas convocado este miércoles para explicar los pormenores del anteproyecto de ley.
La Organización Mundial de la salud es muy clara al respecto: “Ninguna forma de consumo de alcohol está exenta de riesgos. Incluso un nivel bajo de consumo conlleva riesgos y puede causar daños”. Aunque matiza que la ingesta en grandes cantidades –“ya sea episódica o continuada”– es la responsable de “la mayoría de los daños”. 2,6 millones de muertes cada año en el mundo se atribuyen al alcohol.
Un “mensaje de salud pública equivocado”
“Los estudios que enfatizan que beber alcohol en cantidades moderadas puede ser bueno para la salud están basados en utilizar como referencia a las personas abstemias que por distintas razones tienen un peor estado de salud y un mayor riesgo de mortalidad. Por este motivo, se puede estar difundiendo un mensaje de salud pública muy equivocado”, advierte el investigador del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) Iñaki Galán, que es el autor principal del reciente estudio del ISCIII.
Su equipo ha utilizado datos de casi 44.000 personas mayores de 15 años procedentes de la Encuesta Nacional de Salud (2011) y la Encuesta Europea de Salud (2014) y los ha cruzado con el registro de mortalidad. “Los resultados señalan que, en comparación con los bebedores ocasionales infrecuentes (es decir, las personas que consumen alcohol una vez al mes o menos), los bebedores de bajas cantidades de alcohol (hasta 20 g/día, equivalente a 2 cervezas o 2 copas de vino, por ejemplo) no tienen un menor riesgo de fallecer, lo que aporta nuevas pruebas para refutar el mensaje de que beber alcohol en pequeñas cantidades podría ser beneficioso para la salud”, explica el ISCIII en una nota de prensa.
Por otra parte, el metaanálisis de 107 investigaciones publicado el pasado jueves en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs concluye que los estudios que asocian el consumo de bajas cantidades con beneficios para la salud no son de buena calidad científica y tienen sesgos. La explicación es la misma que da el ISCIII: las investigaciones pueden usar un grupo de referencia de adultos mayores que han dejado o limitado el alcohol por razones de salud y si se comparan con quienes siguen bebiendo, estos últimos parecen estar en mejor estado.
La industria pide no “criminalizar” sus productos
En España hay tres asociaciones que representan los intereses de la industria: la Federación del Vino, los Cerveceros de España y Espirituosos España. Solo la tercera se ha pronunciado públicamente sobre el anteproyecto de ley del Gobierno. “La norma no debería centrase en el producto, no pasa por criminalizarlo o marginalizar a los consumidores, sino en su consumo indebido al tratarse de menores de edad”, aseguran en una nota de prensa difundida este martes. elDiario.es ha preguntado a las otras dos organizaciones sin obtener respuesta.
El Ministerio de Sanidad reconoce que, pese a los obstáculos de legislar contra el alcohol en un país donde está muy normalizado su consumo, es urgente propiciar un “cambio cultural” que permita a la población ser consciente del riesgo que supone tomar este tipo de bebidas. Especialmente en grandes cantidades, pero no solo. “Pasa como con el tabaco, las regulaciones hay que actualizarlas e intensificarlas con el paso de los años”, afirmó el secretario de Estado de Sanidad.