Calvo Sotelo por Federico García Lorca, Alférez Provisional por Charles Darwin, Comandante Vallespín por Gloria Fuertes o Diecinueve de julio por calle del Progreso. Las placas con nombres de la iconografía franquista han vuelto al callejero de Oviedo. Es este el último lance de un largo proceso jurídico que empezó hace cinco años pero que aún parece lejos de terminar. “Nos están volviendo locos”, confiesan algunos vecinos y comerciantes de estas vías. En cuestión de unos meses, se verán obligados a cambiar su dirección postal dos veces.
“Hoy PP y Ciudadanos han convertido a Oviedo en la capital de la nostalgia franquista”, sentencia Daniel Ripa, líder de Podemos Asturies. El Ayuntamiento de la capital asturiana, donde gobiernan PP y Cs en coalición, cumple así el mandato judicial que anulaba el cambio impulsado por el anterior Consistorio. Entre 2015 y 2019, PSOE, Somos e Izquierda Unida gobernaron en la ciudad y, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica (2007), promovieron el cambio de nombre de las calles que homenajeaban a los líderes del golpe militar de 1936 y símbolos de la dictadura . “Lo que no se puede entender es que en Oviedo haya calles con nombres de reconocidos genocidas y franquistas”, explica Ana Taboada, portavoz de Somos y exvicealcaldesa con el anterior equipo de Gobierno.
En 2017, la Hermandad de Defensores de Oviedo interpuso un recurso contra el decreto del tripartito, al que se sumó el Partido Popular. El pasado mes de octubre, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número tres de Oviedo les daba finalmente la razón. Las placas con nombres franquistas volverían a lucir en las calles de Oviedo. ¿La razón?
El juez consideraba que la alteración del callejero de Oviedo no cumplía con la normativa por “falta de objetividad” en la toma de decisión y falta de “pluralismo” en el comité formado para asesorar al tripartito en la misma. Así lo reza el auto del magistrado al que ha tenido acceso elDiario.es. El Ayuntamiento de Oviedo optó entonces por no recurrir el fallo del juez y dejar pasar el tiempo.
“Que en Oviedo sigamos teniendo calles dedicadas a la dictadura que tanto dolor causó a tanta gente obviamente no nos gusta”, indicaba en unas declaraciones para La Voz de Asturias el primer teniente de alcalde de Ciudadanos, Ignacio Cuesta. Sin embargo, el concejal de Infraestructuras también achaca todo este entuerto al PSOE, cuyo “sectarismo” les ha conducido hasta aquí. Además de su obligación de cumplir los mandatos judiciales, Cuesta recuerda también que la sentencia atribuía la anulación del cambio a la “parcialidad y falta de pluralismo” del comité de expertos nombrado por el tripartito. En otras palabras: estaba de acuerdo con el juez.
“Siguen sin reconocer la verdad de la historia”
“Ningún partido de derechas en Europa toleraría que en sus calles hubiera nombres nazis o fascistas”, explica Ana Taboada criticando la actitud del actual gobierno municipal al respecto. “Siguen sin reconocer la verdad de la historia”, añade la portavoz de Somos al tiempo que afea también la postura del ejecutivo regional “al no estar haciendo los deberes”. “Tener nombres de genocidas franquistas es también responsabilidad del gobierno asturiano”, añade Taboada en una entrevista para elDiario.es. Sin embargo, tras la sentencia del juez en la que se daba como plazo hasta el 5 de marzo para reponer las antiguas placas, la respuesta del ejecutivo del socialista Adrián Barbón no se ha hecho esperar:
“La Consejería de Presidencia recuerda que los nombres que exaltan el franquismo, a sus dirigentes o a las organizaciones que sustentaron el régimen no tienen cabida en el callejero asturiano, dado que están expresamente prohibidos en la Ley de Memoria Democrática del Principado, aprobada en marzo de 2019”. Así lo explicaba en un comunicado donde, a su vez, informaba de la contratación de un grupo de expertos “plural e independiente” para elaborar un estudio sobre la vinculación con la dictadura de personas que dan nombre a calles de Asturias. La directora general de Emigración y Memoria Democrática, Begoña Serrano es la responsable de este documento que “servirá de base para abrir las actuaciones correspondientes cuando se vulnere la ley”. De esta manera, el Principado lanza una advertencia al ayuntamiento de Oviedo.
Cumplir la ley o no
En estos momentos, antiguas y nuevas placas se están incorporando poco a poco a sus anteriores ubicaciones después de tres años bajo llave por su denominación franquista. La realidad es que esto ha supuesto un gasto de 8000 euros de las arcas públicas y “todo tipo de molestias”, como considera Taboada, a más de 5.000 vecinos de la capital de Asturias.
La sensación general es de hartazgo al tener que cambiar otra vez tarjetas de visita, direcciones de correos, de notificaciones... “Tenían que quedarse con el nombre de toda la vida”, considera un vecino satisfecho frente a la placa repuesta de calle “comandante Vallespín”. Sin embargo, todo apunta a que no durarán más de unos meses.
La ley autonómica de Memoria Democrática prohíbe “la exhibición pública de escudos, insignias, placas y demás objetos o menciones en conmemoración, exaltación, legitimación, justificación, enaltecimiento individual o colectivo del golpe militar de 1936 y del franquismo”. Además, obliga a las entidades locales a adoptar las medidas necesarias “para proceder a la retirada o eliminación” de dichos elementos. Cumplir la ley o no. Ahora, la decisión vuelve a al Ayuntamiento de Oviedo y el Gobierno de Alfredo Canteli (PP), será quien decida.