Si las 13 jornadas de huelga de los trabajadores de limpieza viaria y jardinería no fueron suficientes, para el próximo mes se avecinan nuevos paros, esta vez en el servicio de alumbrado público de la capital. A menos que se alcance una negociación antes del 2 de diciembre, la huelga indefinida afectará a la frecuencia de los semáforos y a las señales de los túneles, a farolas, galerías de servicio y fuentes ornamentales de Madrid.
El motivo de los paros, como han adelantado los sindicatos convocantes (USO, CCOO y UGT), es la entrada en vigor el 1 de enero de 2014 del nuevo contrato integral de servicios del Ayuntamiento de Madrid para gestionar de forma conjunta el alumbrado público, los semáforos, las instalaciones auxiliares de tráfico, las fuentes ornamentales y las instalaciones de iluminación, ventilación y seguridad de túneles y galerías.
El objetivo de esta aglutinación de servicios es, según la lógica del Ayuntamiento de Madrid, la eficiencia y el ahorro, que en este caso alcanzará los 65 millones de euros a lo largo de ocho años de la vida del contrato. Una cifra que servirá para autofinanciar buena parte de las inversiones que se proyecta realizar según el presupuesto de 785.887.156 publicado el pasado 25 de octubre. Además, este cambio en el modelo de gestión de las instalaciones urbanas consumidoras de energía eléctrica integra, aparte de la gestión de los suministros energéticos, el mantenimiento de las instalaciones y las inversiones para conseguir ahorros.
Aunque desde hace tiempo todos estos servicios están externalizados, los pliegos diseñados por el Ayuntamiento de Madrid exigen tres años de antigüedad a los trabajadores de la empresa entrante. Una modificación que revela la ruptura por parte del Ayuntamiento del compromiso de mantener el número de trabajadores en plantilla. Así lo explica Dionisio de Toro, responsable del sector de mantenimiento de la Federación de Industria de Madrid de CCOO, quien prevé que la cantidad de despidos a partir del año que viene puede ser ingente. El más de medio millar de empleados en el servicio podría verse en la calle si las empresas adjudicatarias no están obligadas a subrogar la plantilla. Una coyuntura idéntica a la que precedió la huelga indefinida de los trabajadores de la limpieza viaria y jardinería de Madrid, afectados por un ERE que amenazaba con acabar con más de 1000 puestos de trabajo.
“La situación es una fotocopia de lo que ha pasado con los limpiadores y jardineros”, señala Javier Blanco, secretario de organización de USO en Madrid. El próximo viernes es la fecha límite para la presentación de las empresas a concurso y el 2 de diciembre, día del arranque de la huelga, se producirá la adjudicación del servicio a la concesionaria ganadora. “Las empresas que compiten entre sí para llevarse la concesión están pujando cada vez más a la baja”, afirma Blanco, “lo que repercutirá sin lugar a dudas en las condiciones de los trabajadores y, en última instancia, en la prestación del servicio a los ciudadanos”.
En el Ayuntamiento de Madrid, sin embargo, no hay preocupación por estas medidas de fuerza. Varias fuentes en el consistorio señalan que el equipo de Gobierno de Ana Botella está conforme con cómo se ha solucionado el conflicto de la limpieza viaria y con haber atajado a tiempo un problema que se hubiera convertido (aún más) en un arma de descrédito político para la alcaldesa más potente con el correr de los días.