“Un solo abuso es execrable, lamentable y reprobable para la Iglesia, que se ha visto contaminada por esta lacra social”. El nuevo secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, César García Magán, se estrenó tras ser elegido por los obispos para un nuevo mandato de cinco años con un rotundo llamado a la transparencia y a poner en el centro a las víctimas de la pederastia clerical.
“Hay un compromiso muy serio y sin fisuras por una transparencia, por el tema de la acogida, hay que estar siempre de la parte de la víctima, del que ha sufrido, porque Jesús estuvo siempre de la parte del sufriente, él fue un inocente que sufrió y murió”, subrayó Magán, quien por primera vez, no añadió la coletilla acerca del porcentaje de abusos en la Iglesia, o de otras instituciones que también protagonizan esta lacra. Por primera vez, sin matices, una postura firme a favor de los supervivientes de la pederastia.
Lo cierto es que, pese a su etiqueta de conservador, el obispo auxiliar de Toledo se presentó locuaz, abierto y sonriente, saludando a toda la prensa acreditada en la sede de la Conferencia Episcopal. Preguntado por ello, Magán se preguntó si “el Evangelio es conservador o progresista”, señalando que “hay algunas propuestas de la doctrina social que no se atreverían a asumir los partidos más radicalmente de izquierdas”. “La preocupación social, la pastoral de la caridad, la acogida de los inmigrantes, la no discriminación de nadie, por ninguna razón, ¿eso es progresista? La defensa de la vida o de la familia, ¿eso es ser conservador?”, cuestionó. “Cabe todo dentro del Evangelio, depende de cómo queramos etiquetar el Evangelio”.
“Inicio una etapa de aprendizaje, e iré día a día aprendiendo, con los magníficos colaboradores de esta casa, espero me enseñen. vengo a escuchar, a aprender y a aportar mi pequeño grano de colaboración”, añadió Magán, quien se atrevió incluso a bromear: “Trataré de hacerlo lo mejor posible, pero infalible solo es Dios (y el Papa algunas veces)”.
En cuanto a las relaciones Iglesia-Gobierno, el nuevo secretario general insistió en que “no se comienza de cero, es un proceso en marcha con buenos resultados, hay acuerdos y hay diálogos abiertos en otras materias, ayuda social, económica… Como todo en la vida, puede ser intensificable y mejorable”, explicó. Y añadió que “la Iglesia no es un mundo aparte, estamos ahí”.
El flamante portavoz de la Conferencia Episcopal defendió, por primera vez en mucho tiempo, que “la Iglesia es católica porque es plural, no uniforme”. “Es diversa, plural, cabemos todos”, remachó.
Un perfil negociador
El nuevo secretario general tiene 60 años, y una gran experiencia en las relaciones Iglesia-Estado, que servirán de gran ayuda en un último año de esta legislatura del Gobierno de Pedro Sánchez, que se presenta crucial en los distintos frentes abiertos con los obispos. Sus buenas relaciones con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares pueden también favorecer este proceso, que –destacan fuentes de la CEE– también tendrá que mirar hacia dentro, a la organización de la Casa de la Iglesia.
Magán es obispo auxiliar de Toledo desde el pasado enero, y ha sido vocal de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa del Ministerio de Justicia entre los años 2009 y 2014. Estuvo al servicio de la Santa Sede desde 1991 a 2007, primero como oficial de la Secretaría de Estado (sección para los Asuntos Generales), a la vez que fue capellán de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor (1989-1998) y, posteriormente, secretario y consejero de las Nunciaturas Apostólicas en Colombia, Nicaragua, Francia y Serbia. También es miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Canonistas desde 2021, y ha sido capellán de Su Santidad (2000) y prelado de Honor de Su Santidad (2005).
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