Un total de 259 personas han fallecido en las carreteras españolas en 236 accidentes mortales durante julio y agosto, 34 muertos más que en el mismo periodo de 2017. Estos datos suponen un incremento del 15%, según ha informado este martes el director general de Tráfico, Pere Navarro, que ha dado cuenta del balance oficial -aunque todavía provisional- de la DGT de este verano.
“Los datos no son buenos este verano, pero no hay sorpresas después de tres años de aumentos continuos”, ha valorado Navarro, que ha apuntado que estos datos indican dónde se deben “concentrar los esfuerzos”, haciendo hincapié en la velocidad. Este verano se produjeron 29 siniestros más: hubo 236 hace un año.
El año pasado, la siniestralidad vial del periodo estival descendió con respecto a la de 2016, con un 12% menos de fallecidos y un 11,2% menos en accidentes mortales registrados. De este modo, las cifras vuelven a la senda de ascenso, tras los incrementos registrados en los veranos de 2015 y 2016.
Se trata de datos provisionales, contabilizados a 24 horas y referidos sólo a accidentes ocurridos en vías interurbanas. Además, estas cifras no incluyen la totalidad de la última 'operación Retorno', que se desarrolló entre el 31 de agosto al 2 de septiembre. Los días 1 y 2 de septiembre se produjeron 12 accidentes mortales, en los que perdieron la vida 12 personas.
Por meses, julio registró 127 fallecidos, el peor desde 2012 (seis muertos más que en 2017), así como el peor agosto también desde ese año, al contabilizarse 132 víctimas mortales (28 más que hace un año). Cabe destacar que agosto de 2017, con 104 muertos, fue el menos siniestro desde que se tienen registros. En cuanto al acumulado anual, un total de 799 personas han perdido la vida, 24 más que desde el 1 de enero al 31 de agosto de 2017 (3% más).
Según ha informado Navarro, de los 259 personas que han fallecido este verano en las carreteras, 198 perdieron la vida en las carreteras convencionales, lo que supone el 76% del total de muertos. Por tipo de accidente, la mayoría fue salidas de vía (37%), seguido de colisiones frontales (29%) y colisiones laterales y frontolaterales (15%).
Antes de ser nombrado director de Tráfico el pasado junio, Navarro ocupó este mismo puesto entre 2004 y 2012, consiguiendo reducir la mortalidad un 65% en esos ocho años. Una tendencia que empezó a romperse poco después de su salida y que, además, coincidió con una crisis dentro de la propia DGT, marcada por las guerras internas y las sombras de corrupción.
Menos velovidad, más radares
El director de la DGT también ha avanzado la agenda del Gobierno para tratar de revertir la situación. Así, la propuesta central sería reducir el límite de velocidad en ciertos tipos de carreteras y aumentar el número de radares en toda España.
Navarro ha explicado que se trataría de una reducción del máximo de 100 km/h en las carreteras secundarias -que han registrado la mayoría de los accidentes-, con el objetivo de homologar a España con otros países europeos como Francia, que recientemente ha reducido a 80km/h. En este tipo de carreteras, la mitad de los accidentes se produce por una salida de vía y, como norma general, por exceso de velocidad, ha detallado.
Tras recordar que sus dos antecesores tenían sobre la mesa bajar la velocidad en este tipo de carreteras a 90km/h y finalmente no lograron hacerlo, Navarro ha apelado a la prudencia y ha preferido no fijar ningún plazo para ejecutarla.
“Me cuesta encontrar argumentos en contra pero en este país cada vez que tocas el tema de velocidad salen resistencias extrañas”, ha bromeado el director de Tráfico antes de señalar que España, con 100km/h de límite máximo en secundarias, es uno de los seis únicos países europeos que mantiene esta velocidad junto con Rumanía, Polonia, Irlanda, Alemania y Austria.
Frente a estos países, a 90 km/h como máximo se encuentran Bélgica, Croacia, Grecia, Italia, o Portugal y en 80km/h Suiza, Noruega, Países Bajos, Malta, Francia Finlandia o Dinamarca.
Navarro se ha referido a Francia no solo como ejemplo en el tema de la velocidad, sino también en radares. Tal y como ha expuesto, en Francia hay 4.000 radares que controlan este factor, mientras que en Reino Unido hay 7.200. Por el contrario, España cuenta con 900 de estos aparatos.
“También nos indica hacia donde hemos de concentrar los esfuerzos”, ha dicho al respecto, pues considera que en el tema de la velocidad los radares “juegan un papel muy importante”. “Miremos el comparativo de radares por habitante y veremos que hay que incrementar las radares si queremos avanzar en seguridad vial”, ha dicho.
En tercer lugar, ha dicho que se están considerando otros temas relacionados con el “diseño” de las vías, como es el caso de idear carreteras con tres carriles, donde dos estén a un lado y el otro en el contrario “de tal manera que se elimine el riesgo de choque frontal”, bien mediante una línea pintada de separación entre ambas con un enrejado o bien reduciendo la anchura de la vía. “A través del diseño hay también un camino a recorrer”, ha manifestado.