Los obispos solo participarán en el fondo estatal de reparación si incluye a todas las víctimas, no solo a las de la Iglesia
“¿Cuánto tiempo hemos sido conscientes de esos abusos, tanto en la familia como en la Iglesia? ¿Y qué hacíamos? Quitábamos a la persona de su lugar, le trasladábamos, hasta que nos dimos cuenta que eso no se podía hacer. Nos ayudamos unos a otros: unos que denuncian, otros que informan, otros que actúan”. El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, compareció cariacontecido esta mañana en rueda de prensa, junto al portavoz, César García Magán, para explicar los entresijos de la fallida Asamblea Plenaria Extraordinaria que iba a servir para decidir el futuro de la auditoría encargada a Cremades y que acabó convirtiéndose en una dura pelea, de más de cinco horas, sobre cómo afrontar el 'informe Gabilondo'.
Y lo hicieron de tres modos: pidiendo perdón a las víctimas, volviendo a arremeter contra las extrapolaciones de datos de la encuesta del Defensor del Pueblo (y que arroja una cifra estimada de 440.000 víctimas en el seno de instituciones religiosas) y asegurando que se plantean participar en el fondo estatal de reparación de víctimas de la pederastia... pero solo si se indemniza a todas las víctimas, no a las de la Iglesia, como propone Gabilondo en un informe que, recordemos, tenía el mandato de analizar exclusivamente la pederastia clerical.
De hecho, los obispos acordaron, o así se planteó en rueda de prensa, una “reparación integral” de las víctimas, de todas las víctimas, no solo las de la Iglesia. “Todas las víctimas son víctimas”, recalcó Magán. “Si se crea un organismo al efecto, que cuente con la participación de todos. La Iglesia está dispuesta a contribuir, pero también debería hacerlo la comunidad educativa, las federaciones deportivas....”, para que “no quepa duda que es un problema social que también ha estado en la Iglesia, y que no es una cuestión de titulares ni de números”.
Esto es, que no participarían en un fondo que solo incluyera a las víctimas de la Iglesia, “para no discriminar al resto de víctimas”. ¿Y la Conferencia Episcopal? “La CEE está de acuerdo en que se articule para todas las víctimas, para todas. Claro que participaríamos. Si es solo para víctimas de la Iglesia, ya estamos trabajando dentro de esta reparación integral”, respondió el obispo auxiliar de Toledo. “Hay voluntad, lo tenemos que estudiar”, finalizó Omella, que en todo caso subrayó que asumirían su “responsabilidad”, sin concretar más allá.
“Las cifras al final no nos llevan a ninguna parte, son las personas, y tenemos que buscar a las personas, vamos a caminar juntos todas las instituciones para caminar juntos, acompañarles y en la medida en que podamos, repararles”, apuntó Omella, quien pidió perdón y llamó a mirar hacia adelante, pero volvió a dejar claro su malestar (el de parte del episcopado, en realidad), ante las cifras apuntadas por los medios. “La sociedad entera sabe sumar… hay una opacidad para llegar a una conclusión que no es lógica. Hay una intencionalidad para sacar una cifra que es mentira y no corresponde con la realidad. ¿Quién ha sacado esos datos?”, se preguntó el cardenal de Barcelona.
El líder de la Iglesia española volvió a mostrar su “sorpresa” ante la “extrapolación que algunos medios han hecho de los datos obtenidos en la encuesta adjunta al informe”. “No corresponde a la verdad ni representan al conjunto de sacerdotes y religiosos que trabajan con entrega”, recalcó Omella, que insistió: “Nos duelen los abusos, pero a la vez creemos que esa extrapolación no corresponde, si seguimos las cuentas matemáticas estaríamos todos en esa dinámica de los abusos, ustedes y yo. Me parece que eso no está bien hecho”, insistió, reseñando que “somos de letras y no de matemáticas”. Los obispos han solicitado el informe completo al Defensor, con los datos técnicos de la encuesta, para analizarla.
A su lado, García Magán incidió en que, “si hiciéramos esa correlación, tendríamos que hablar de 4,5 millones de personas que habrían sido abusadas”, y pidió no entrar en esa dialéctica. “No podemos quedarnos encerrados en los números, sería una falta de respeto. Aunque fuera una víctima, tendría el mismo derecho, como si fueran decenas de miles”. “Extender una sombra de sospecha ante tantos sacerdotes y religiosos, es falso y es injusto”.
“Las cifras al final no nos llegan a ninguna parte, son las personas, y tenemos que buscar a las personas, vamos a caminar juntos todas las instituciones para caminar juntos, acompañarles y en la medida en que podamos repararles”, apuntó Omella. “Esa es la actitud. Lo demás, andar con reproches, no es el camino. Vamos a trabajar conjuntamente. El problema no es de la Iglesia, sino de toda la sociedad. Pedimos perdón y queremos rectificar”.
Respecto al informe de Cremades, el portavoz de la CE insistió en que no se tomó decisión alguna sobre su futuro, dejándose para la próxima Plenaria. Sí indicó que en la reunión de ayer estuvo Javier Cremades y gente de su equipo (el Defensor del Pueblo excusó, por razones personales, su presencia). Sí quiso dejar claro que Cremades “no ha entregado oficialmente el informe”, aunque sí “se ha ido informando confidencialmente cómo iban evolucionando los trabajos”.
¿Qué han aprendido los obispos de todo esto? “Hemos aprendido a escuchar a las víctimas. Es horrible escuchar, y cuando lo hacemos se te pone la piel de gallina. Hay una llamada a poder empatizar, a poder acompañar y dar esperanza. Y por último qué hacer para que esto no vuelva a suceder”, finalizó Omella. “Gracias a Dios desde que hemos tomado conciencia, los abusos han descendido drásticamente. Ojalá continuemos en esa línea”, concluyó.
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