España es uno de los países menos atractivos de la OCDE para potenciales migrantes cualificados por las condiciones económicas y laborales, según un informe que han publicado este miércoles en Berlín este organismo y la fundación Bertelsmann.
Según el estudio “Indicadores de Atracción de Talento” (ITA), de los 35 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España ocupa la posición 27 en el apartado de trabajadores con un master o un doctorado, la 18 en el de empresarios y la 22 en el de estudiantes universitarios.
Los países miembro mejor situados en estas tres clasificaciones son Suiza, Suecia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega, mientras que en el vagón de cola se encuentran de forma consistente Turquía, México, Grecia e Israel.
No obstante, resalta el documento, el análisis registra una “gran heterogeneidad en el concepto de la atracción de talento”: “Ningún país es el ganador o perdedor indiscutido del índice, pues ningún país es totalmente inmune a la competición global”.
Estados Unidos, por ejemplo, aparece en las posiciones siete y cinco en los apartados de trabajadores con estudios terciarios y estudiantes, respectivamente, pero cae hasta el 13 en el de emprendedores. Alemania, tercera y sexta entre estudiantes y empresarios, no aparece hasta el puesto duodécimo en el de doctorados.
El estudio dice que en el caso de España, como en el de Grecia, Turquía o México, su atractivo está “principalmente penalizado” por la situación “general de su mercado laboral y de su entorno económico”.
No obstante, apunta que España podría mejorar su valoración si se facilitasen los trámites migratorios para el talento extranjero (los profesionales con estudios terciarios, los empresarios y los estudiantes universitarios), así como las condiciones para permanecer en el país.
“El primer y principal hallazgo aquí es que las políticas juegan un papel muy importante”, argumenta el texto, que asegura que muchos países podrían ganar posiciones en este estudio si mejorasen las condiciones que permiten la llegada y la permanencia del talento extranjero.
El análisis de la OCDE recoge siete dimensiones: calidad de oportunidades, ingresos e impuestos, expectativas de futuro, entorno familiar, entorno de capacidades, inclusión y calidad de vida. También incluye las dificultades de obtener un visado o un permiso de residencia para los potenciales migrantes.