“Se ha demostrado que pasar más tiempo en el centro educativo permite elevar las tasas de graduación y mejorar el aprendizaje y otros indicadores sociales y conductuales. Las investigaciones tienden a corroborar que estas ventajas son más notables en el caso de los alumnos desfavorecidos. España podría considerar la posibilidad de adoptar un enfoque similar por las ventajas que podría aportar”.
La OCDE lanzó ayer un torpedo a la línea de flotación de los consejos escolares de media España al recomendar al país que elimine la jornada continua (intensiva matutina), que rige los horarios de buena parte de los centros del país. El informe Propuestas para un plan de acción para reducir el abandono escolar temprano en España, realizado por la OCDE en colaboración con el Ministerio de Educación y la Comisión Europea, recuerda que cerca del 47% de los hogares pagan clases extraescolares para sus hijos, más de la mitad de las cuales se corresponden con clases de apoyo sobre materias curriculares en el caso de los hogares de ingresos bajos.
El tema de la distribución de la jornada escolar parte en dos a las familias y provoca agrias discusiones entre padres y madres. Dicen las encuestas, a falta de estadística oficial, que el 50,9% de los centros que decían tener jornada continua en el curso 2019-2020, previo a la pandemia, se convirtieron en un 72,3% al año siguiente para retroceder apenas imperceptiblemente hasta el 71,4% el pasado curso, aunque esta circunstancia podría ser transitoria. Además, añadía un estudio de EsadeEcPol, casi la mitad de los centros que siguen con la jornada partida (un 44,5%) han debatido pasar a la continua en los últimos meses y algo menos de la mitad de ellos han votado el cambio.
Implementar este cambio de jornada, recuerda la organización, “exigiría invertir en subvenciones para la alimentación y las infraestructuras escolares y remunerar adecuadamente al personal de los centros”, además de ampliar la oferta de extraescolares, tal y como han hecho recientemente Dinamarca o Portugal.
El informe de la OCDE apuesta también por identificar los colegios vulnerables o fomentar la inclusión, la equidad y el bienestar en las escuelas para reducir el abandono escolar temprano en España. En concreto, la organización propone establecer en España con “prioridad máxima” un enfoque común para identificar estos centros vulnerables, crear un “índice de vulnerabilidad” y de esta manera asignar recursos adicionales a los centros que lo necesiten en base a estos indicadores.
La organización también apuesta con fuerza por limitar la repetición de curso, un elemento del que España es campeón europeo (a los 15 años, solo el 69% del alumnado está en el curso que por edad le corresponde) y que el Gobierno está tratando de atajar con la Lomloe, que permite al alumnado pasar de curso independientemente del número de suspensos en determinadas circunstancias.
“La repetición de curso suele ser un factor importante para predecir el abandono temprano, y las tasas de repetición siguen siendo elevadas en España”, se lee en el informe. “Además, el porcentaje de alumnos desfavorecidos que repiten curso es uno de los más altos en la OCDE. Se ha reconocido que la repetición de curso afecta negativamente a los resultados de aprendizaje del alumnado, lo que da lugar a la desmotivación, el descontento y el abandono escolar. Asimismo, suscita inquietudes en términos de equidad e inclusión en la educación, además de resultar costosa para el alumno, el sistema educativo y la sociedad”, sostiene. La OCDE es consciente de que “cambiar la 'cultura de la repetición' requiere tiempo y un esfuerzo considerable”, pero recuerda que “ejemplos internacionales de países como Finlandia y Portugal han demostrado que la intervención temprana, con instrucciones adicionales para los estudiantes en riesgo y con la participación activa de las autoridades locales y los progenitores, puede resultar eficaz para reducir las tasas de repetición”.
Estas son tres propuestas entre un total de 15 recomendaciones, desgranadas en 44 propuestas y repartidas en cinco ámbitos de acción, para prevenir la salida prematura del sistema educativo de los jóvenes. Además de las mencionadas, la organización propone la creación de un sistema común de alerta temprana sobre los alumnos y alumnas en riesgo de abandonar sus estudios antes de finalizar la segunda etapa postobligatoria, con información actualizada de los estudiantes que incluya datos de rendimiento y de comportamiento y que sea accesible a todas las administraciones educativas en caso de que un alumno o alumna cambie de centro.
Otra medida propuesta para España con un nivel de prioridad “máxima” es mejorar la capacidad de los docentes, por medio de la formación, para identificar y prestar apoyo a este alumnado en riesgo de abandono escolar. También insta a revisar el proceso de contratación de los equipos directivos de los centros y a considerar la posibilidad de mejorar el atractivo de los salarios y las oportunidades de desarrollo profesional para los directores de los centros.