En las montañas del sistema Central, a 1.900 metros de altura, lo esperable un 24 de enero es que haga frío. Sin embargo, en el puerto de Navacerrada se midió una temperatura media de 13,2ºC. El promedio allí para esta época es de -1ºC. La mínima de esa madrugada fue de 10,2 ºC lo que destrozó el anterior récord de 7ºC de 1983. Así que el día en la montaña fue propio de mediados o finales de junio, es decir, de verano.
El episodio inusualmente cálido que ha atravesado España en pleno invierno ha llevado las temperaturas hasta 13 grados por encima de lo normal en ciudades como Teruel, Soria o Segovia. Supone una constatación más, con números palpables, de cómo el planeta se está recalentando por el efecto invernadero.
Si se amplía el foco de lo que está pasando en España, de los últimos diez inviernos, ocho han tenido una temperatura superior a la media. Desde la estación 2017-2018, todos han resultado más cálidos.
El actual invierno terminará a finales de febrero, pero, de momento, diciembre ya marcó una temperatura media global 0,8ºC más allá de lo esperable en la península. 1ºC y 1,3ºC más en Baleares y Canarias.
“La temperatura es el indicador más fehaciente del cambio climático: el mundo se está calentando”, explica el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Extremadura, Marcelino Núñez. “Se está probando lo que nos decían las predicciones”, remata.
Además, este año está activo el fenómeno de El Niño que tira para arriba de las temperaturas globales.
Más allá de esta temporada, la serie histórica de datos muestra que España está quedándose paulatinamente sin inviernos (en el sentido de estación de temperaturas realmente bajas). No se trata solo de la racha recalentada de la última década. Desde 2000, los registros de la Aemet dicen que hubo 10 inviernos con temperatura media por debajo de la media por 12 con el termómetro más alto que el promedio estacional.
Y eso supone una inversión de la tendencia. Desde la primera temporada con mediciones, la 1961-62, hasta el cambio de siglo, se certificaron 23 inviernos con más frío del esperable por solo 13 con estaciones más cálidas.
De hecho, entre 1966-67 y 1973-74, todos los inviernos fueron más gélidos. Algunos con una temperatura general 1,5ºC más baja e incluso uno colocado en los -1,8 ºC respecto a la media.
La temperatura es el indicador más fehaciente del cambio climático: el mundo se está calentando y se está probando lo que nos decían las predicciones”, remata.
En resumen, a medida que nos acercamos al tiempo presente, los meses invernales –diciembre, enero y febrero– se han vuelto más y más cálidos. Y eso, más allá de permitir chapuzones en la playa en enero o sentarse en una terraza, implica todo tipo de desbarajustes en los ecosistemas: despierta a las plantas antes de tiempo y genera un desajuste generalizado con flores sin insectos polinizadores, riesgo de muerte si vuelve el frío y falta de alimento para otras especies.
El Panel Internacional Científico sobre Cambio Climático (IPCC) exponía en su informe sobre Bases Físicas de 2021: “Se prevé que todas las regiones del mundo experimentarán condiciones que conducen a impactos de carácter cálido y descensos en las de carácter frío”.
“Casi cada año está siendo más cálido”, abunda el portavoz de la Aemet. “Ahora es el invierno, pero daría lo mismo si se mirara la gráfica de otras estaciones o la anual: lo esperable es que sean más calurosos, pero estos valores son muy anómalos y asombrosos”.
Cada vez hace falta menos calefacción
Otra realidad que nos indica la progresiva desaparición del frío invernal es la necesidad de activar la calefacción. El indicador que utilizan los investigadores es el denominado días-grado de calefacción (hdd en inglés): cuando la temperatura media exterior de un día cae por debajo de un nivel, se asume que es necesario poner la calefacción para mantener un interior confortable (solo se empiezan a calcular cuando el termómetro marca 15ºC o menos).
La cuestión es que este indicador ilustra “la severidad del frío en un determinado periodo de tiempo”, según lo describe Eurostat. Pues bien, en España se ha pasado de un valor de 2.126 hdd en 1980 a otro de 1.478 en 2022. Un 30% menos de necesidad de calefacción para pasar los inviernos –la media en la UE es de un 19% menos–.
Uno de los meteorólogos de la Aemet, Rubén del Campo, informaba este jueves: “Cerca de 400 estaciones automáticas (más o menos el 50% de la red) superaron el 25 de enero los 20ºC. La media de las temperaturas máximas para enero en España es 10,6ºC”.
Estos días se están pulverizando muchos récords de temperaturas. El jueves, 24 estaciones con registros muy largos marcaron picos absolutos para esta época del año. Desde lugares tradicionalmente muy fríos como Ávila, Soria, Teruel o Molina de Aragón (Guadalajara) a otras como Cádiz, Murcia o Jaén.
La Aemet prevé que las altas temperaturas se prolonguen y que para casi todo el mes de febrero haya una anomalía de varios grados por encima de la media de los últimos 20 años. Aunque matizan que las predicciones “están sujetas a incertidumbres que se incrementan al aumentar el plazo de predicción”, tampoco ven mucha lluvia.