Ni ocurrencia, ni novedad: así son las autobajas que quiere implantar Sanidad
Era una reivindicación histórica de las sociedades y los profesionales sanitarios. El anuncio, este lunes, de que el Ministerio de Sanidad estudia la fórmula para sustituir las bajas médicas por declaraciones responsables de los propios pacientes para aquellos procesos banales, que no requieran asistencia sanitaria pero que impidan acudir al puesto de trabajo durante tres días o menos, se ha encontrado con el aplauso de médicos y médicas, la cautela de los sindicatos, las críticas de líderes del PP, como Isabel Díaz Ayuso y Fernando López Miras, y el silencio del departamento de Seguridad Social, al mando en estas cuestiones.
Desde el Ministerio de Sanidad señalan que quieren “dar una respuesta a la necesidad inmediata, pero también a largo plazo con una reforma que salga del diálogo social”. La medida no es nueva: ya se aplica en varios países europeos y se puso en marcha, con matices, durante algunos periodos de la pandemia. Por el momento, estas son las claves sobre las autobajas.
Cómo se hace ahora
La baja médica es una preocupación habitual de muchos trabajadores y trabajadores que atraviesan un proceso banal que les impide acudir a su puesto de trabajo pero les obliga a visitar su centro de salud en menos de 72 horas. “Cuando llega un paciente y nos dice que ha tenido fiebre por la noche, que tiene diarrea o que le duele la espalda, ejercemos de notario. Para las bajas largas, evidentemente, hay una serie de pruebas que nos permiten tomar decisiones, pero en las cortas, es un acto de fe”, indica el portavoz de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Paulino Cubero.
Esta labor se ha descargado principalmente en los médicos y las médicas de familia y su desarrollo da lugar a contradicciones con la norma actual o paradojas, como que se alargue la incapacidad temporal más allá de lo necesario. “A veces tenemos que dar el lunes la baja, por ejemplo, de los fines de semana. Eso es algo ilegal, porque la ley dice que tiene que darla el médico que valora al paciente”, señala el doctor.
Además, el médico da la baja y el alta en el mismo acto. Para procesos gripales, suele ser de hasta cuatro días. Pero ¿qué ocurre si el trabajador se encuentra mejor a la mañana siguiente o a los dos días? “Tiene que volver a pedir el alta”, señala Cubero.
Qué plantea el Ministerio
Por el momento, Sanidad se ha comprometido a estudiar el tema con las administraciones competentes. La ministra Mónica García quiere que sirva “una declaración responsable” para “justificar una enfermedad leve”. Es decir, que el propio paciente avise a la empresa y que este aviso sirva de baja. Está por ver el desarrollo de esta medida, que depende en buena parte del Ministerio de Seguridad Social.
Aunque no hay una cifra pública sobre el número de incapacidades temporales de tres o menos días que se conceden, desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) estiman que la medida podría ahorrar hasta un 20% de esas consultas, en un momento en el que los centros de salud están tensionados, cuando no saturados. “En muchos casos, la baja que damos es una urgencia para el trabajador, porque no tenerla puede suponer su despido, así que la exige y va al centro de salud a cambio de que se queden sin atender pacientes enfermos, que acaban yendo a un servicio de urgencias hospitalarias, donde les ven, les hacen un informe y con ese informe vuelven al centro de salud”, explica el portavoz de la sociedad, Francisco Sáez.
Según los datos recabados por elDiario.es, más del 12% de las bajas que se concedieron entre 2016 y 2023 respondían a enfermedades del aparato respiratorio, como las que ahora saturan el sistema. Y fueron, además, de las más cortas, con una duración media de 10 días.
Por qué tres días
La elección de tres días no parece casual, según las fuentes consultadas. Según la legislación española, este es el periodo de carencia durante el que no existe prestación económica, ni por la Seguridad Social ni por la empresa, por lo que el coste de la baja es asumido íntegramente por el trabajador. No obstante, en el artículo 'Autojustificación de bajas breves y otras propuestas de mejora en incapacidad temporal', publicado en octubre de 2022, se indica que “muchos convenios colectivos han mejorado las condiciones de los trabajadores y es el empresario o la administración a la que pertenece el funcionario quien asume, por vía de este acuerdo, el coste adicional de estas ausencias y no las descuenta de la nómina”.
Quién está a favor y quién en contra
El anuncio de García ha tenido dos reacciones claramente enfrentadas. Tanto la Semfyc como la SEMG, las dos entidades científicas más importantes de especialistas en Atención Primaria, han celebrado la propuesta, que la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y el murciano Fernando López Miras han calificado de “ocurrencia” en medio de ataques a la ministra.
“Una ocurrencia es algo que se le ocurre a alguien en algún momento y esto se nos ocurrió hace muchos años y lo tenemos muy elaborado, con datos y experiencias en muchos otros países”, ha señalado Cubero, que es uno de los autores de la revisión publicada en 2022, en la que ya se sugería “autorizar al propio trabajador que justifique su ausencia por enfermedad ante el empleador en los procesos de corta duración”.
Algunas voces han criticado que se trata de una medida que busca paliar la falta de profesionales. El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ha señalado a través de su cuenta de X que “una persona que no necesita asistencia sanitaria no necesita que el sistema sanitario haga de validador administrativo de lo que el trabajador puede justificar”. “De las mejores cosas que se pueden hacer por el sistema sanitario es lograr que cada profesional haga aquello para lo que es necesario y donde aporta valor”, ha añadido. En cualquier caso, la propuesta no incluye la prohibición de acudir al ambulatorio o el hospital si el paciente tiene dudas o lo considera.
Por su parte, los sindicatos han preferido esperar a conocer la propuesta en profundidad. “Si se trata de agilizar la baja, nos parecería bien, pero el problema fundamental no es tanto el de agilizar las autobajas como agilizar la atención sanitaria a las personas trabajadoras enfermas”, ha indicado la secretaria confederal de Acción Sindical de Comisiones Obreras, Maricruz Vicente. Desde UGT han recordado que la medida “debe ser consultada con los agentes sociales” y han indicado que no pueden pronunciarse “sobre un tema que hemos conocido por los medios de comunicación”.
Dónde se aplica ya esta medida
El último país del entorno en implantar la declaración responsable, el pasado mes de abril, ha sido Portugal, donde se estima que la medida ahorrará unas 750.000 consultas cada año. La gracia no es infinita, sino que está limitada a dos ausencias. En Suecia, es el propio paciente el que puede justificar los cinco primeros días de enfermedad. Y en Alemania, algunos convenios incorporan esa posibilidad, hasta cuatro días de incapacidad.
Pero el caso que las fuentes consultadas ponen como ejemplo es Gran Bretaña, donde el trabajador puede justificar hasta siete días de ausencia. “Siempre se ha manejado así y no hay un porcentaje más alto de incapacidades temporales respecto a España”, indica Francisco Sáez.
¿Aumentará el absentismo laboral?
Lo cierto es que, pese a la leyenda, los datos no sostienen la picaresca española. La tasa de absentismo laboral en España está alrededor del 6,6%, en torno a la media europea, y muy alejada de países como Francia, Finlandia o Suecia, con cerca del 15%. “Aquí, el principal problema es la poca confianza que se tiene hacia los trabajadores por parte de la empresa”, lamenta Sáez. “El otro escollo es que desde el punto de vista político se está potenciando precisamente lo contrario”, continúa. Pone como ejemplo el caso de los permisos por regla incapacitante, aprobados el año pasado y para los que, además del diagnóstico, Seguridad Social exige la visita de rigor a la consulta.
“Tenemos que negociar entre las diferentes partes implicadas cómo se articula para que no sea un desmadre, sino un derecho del paciente, y que no sea lesivo para las empresas, pero bien hecho y con garantías no tiene por qué ocurrir nada”, señala Cubero, que añade: “Habrá absentismo, como ya lo hay ahora, pero la mayoría de pacientes, cuando les queremos dar la baja, nos dicen que no. La gente no va sobrada”.
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