La ONU ha lanzado este miércoles una nueva alerta sobre la catástrofe ambiental que se cierne sobre el planeta por el deterioro ecológico y le ha puesto algunas cifras: la contaminación seguirá causando millones de muertes hasta 2050 cuando la primera causa de mortalidad serán las superbacterias desarrolladas, entre otras causas, por los productos químicos vertidos al agua. Al ritmo actual de calentamiento global , la temperatura del Ártico habrá subido entre 3 y 5ºC lo que “devastará” la región y acelerará una cadena de efectos planetarios como la subida de los niveles del mar en todo el mundo.
El Programa para el Medio Ambiente de la ONU (PNUMA) está reunido en Nairobi (Kenya) desde donde han lanzado estas alarmas basadas en el trabajo de 250 científicos expertos de 70 países. El documento de Perspectivas Ambientales Globales (GEO en inglés) y el estudio sobre el Ártico reflejan la situación actual y las proyecciones de los próximos años. Según sus cálculos, paliar los efectos del cambio climático costaría unos 22.000 millones de dólares, pero “podría revertir unos beneficios de 54.000 millones”.
La mala calidad del aire se ha consolidado como un factor de riesgo alto de muerte. “Sobre todo en Asia y África”, reitera el PNUMA aunque hace solo unos días, un nuevo estudio ha recalculado los fallecimientos prematuros relacionados con la contaminación y dobla la cifra para Europa hasta los 800.000. Para 2050 esperan que el volumen mundial siga anclado entre los 4,5 y los siete millones de personas muertas.
“La contaminación es la mayor amenaza para la salud en toda la región europea”, aseguran la ONU en sus previsoines para la región. Y añade que “más del 95% de la población de las ciudades está expuesta a niveles de polución por encima de lo recomendado por la Organizacón Mundial de la Salud”. La acumulación de nitrógeno en el medio está deriorando los ecosistemas.
El documento de perspectivas recuerda que, en tres décadas, la principal causa de muerte natural serán “las superbacterias”, los patógenos multirresistentes a los antibióticos. Las bacterias inmunes a los tratamientos, un problema que se extiende cada vez más por Europa y España, se desarrollan por el exceso de medicación inadecuada en humanos y ganado. Pero, como han comprobado los análisis científicos, también tiene parte de su origen en el daño ambiental debido a la cantidad de restos de productos bioquímicos que llegan al medio, por ejemplo, en vertidos al agua.
El deshielo y el acceso a recursos
Entre las advertencias, los científicos han puesto el foco en el deterioro de la región ártica. La subida de la temperaturas asociadas al calentamiento de la Tierra “podría despertar a un gigante dormido”. A partir del deshielo del casquete norte, se desencadena mayores emisiones de gases de efecto invernadero –al liberarse el carbono atrapado en el permafrost–, acidificación de los oceános (que arrasa con los ecosistemas) y aumenta la contaminación del mar. El cambio climático ya está diezmando los bancos de pesca de las especies buscadas por las flotas comerciales.
El Ártico es una zona especialmente vulnerable al cambio climático, pero, además, extiende una influencia crucial sobre el clima global y los ecosistemas. “Hay que subrayar las relaciones entre el Ártico y sus conexiones globales”, señala Bjorn Alfthan, de la fundación noruega GRID-Arendal y coautora del texto. El análisis especifica que la zona, donde viven cuatro millones de personas, se enfrenta a la “devastación”.
Sin embargo, la fundición del hielo del norte no es vista como algo negativo por diversos sectores y gobiernos. El presidente ruso Vladimir Putin ha reiterado que planea el acceso a los recursos naturales hasta ahora blindados por el hielos. Algunas flotas de transporte ya planean aprovechar la ruta del norte una vez se haga más navegable a medida que se retire la capa helada por el ahorro de tiempo y combustible que aportan a las navieras. Las primeras travesías “experimentales” en pleno invierno ya se han completado. El informe global de la ONU sobre medioambiente señala que la huella europea en cuanto al uso de recursos naturales “no es ya asumible”.
Además, el GEO ilustra cómo la crisis ambiental alcanza el abastecimiento de agua, la producción de alimentos o la generación masiva de plástico: “Unos ocho millones de toneladas se tiran a los océanos cada año si que hay aun acuerdo global que ayude a ponerle fin”, reitera. El Mediterráneo es uno de los puntos calientes donde el vertido constante ha infestado las aguas de millones de microplásticos.
Sobre los alimentos, el informe asegura que un tercio de la comida es desperdiciada en los países desarrollados. “La reducción del consumo de carne y el desperdicio”, rebajaría la necesidad de producción de alimentos un 50%.