La ONU reclama que las energéticas paguen por los beneficios caídos del cielo para compensar su impacto ambiental
Arranca la COP, la Cumbre del Clima 2022, empiezan las exigencias de compromiso y la ONU se suma a la idea de que las empresas petroleras colaboren en la lucha contra el cambio climático. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha exigido este lunes a “todos los gobiernos” la implantación de impuestos sobre los beneficios extraordinarios obtenidos por las compañías de energías fósiles para abordar los problemas derivados del alza de los precios de la comida y la energía y los daños que sufren los países afectados por el cambio climático, informa Efe.
Durante la apertura de la Cumbre de Implementación –como se denomina el foro de líderes mundiales que transcurre en el marco de la Cumbre del Clima COP27–, que congrega a cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij este lunes y martes, el líder de la ONU se ha unido a una idea que defienden algunos mandatarios mundiales como Pedro Sánchez. El último en sumarse a esta lista, aunque de momento en forma de amenaza, fue el estadounidense Joe Biden la semana pasada.
“Pido a todos los gobiernos que tasen los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles. Reorientemos el dinero para la gente que sufre con el alza de los precios de la energía y los alimentos y para los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática”, enfatizó Guterres.
El mandatario también se refería a la situación de los países en desarrollo, que sufren las consecuencias del cambio climático pero que apenas son responsables de las emisiones contaminantes que lo han causado. Guterres habló de indemnizaciones y apuntó que esta reunión deberá acordar “un mapa preciso y con cronograma claro que refleje la escala de la urgencia del desafío”.
“Este plan debe incluir arreglos institucionales efectivos para su financiación”, acotó.
Para el secretario general de la ONU, obtener “resultados concretos” en este aspecto es la marca de agua que determinará “el compromiso de los gobiernos en el éxito de la COP27”.
Por un pacto entre ricos y pobres
Guterres también hizo un llamamiento para que las economías desarrolladas y emergentes establezcan un “pacto de solidaridad climática”, para que todos los países “hagan el esfuerzo extra para reducir las emisiones esta década en línea con el objetivo de 1,5 grados”.
Este acuerdo debe garantizar, además, que los países ricos y las instituciones internacionales –responsables en buena medida de la situación climática actual– “brinden asistencia financiera y técnica para ayudar a las economías emergentes a acelerar su propia transición hacia las energías renovables” –ya que se les está exigiendo que limiten sus emisiones– y “poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles”.
También contempla “eliminar gradualmente el carbón en los países de la OCDE para 2030 y en todos los demás para 2040”.
Para ello, recordó a Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo, que tienen “una responsabilidad particular de unir esfuerzos para hacer realidad este pacto”, que representa la “única esperanza para alcanzar los objetivos climáticos”.
El secretario general de la ONU ha admitido también que la guerra en Ucrania y otros conflictos similares tienen impacto en todo el mundo, pero ha insistido en que es inaceptable que la atención no esté centrada en el cambio climático y de hecho, ha explicado, la guerra ha puesto de manifiesto los riesgos de la dependencia de los combustibles fósiles.
“El cambio climático es otra escala, es el reto de nuestro siglo, de nuestra era y resulta inaceptable aceptar la derrota y dejarlo relegado a un tema secundario”, ha asegurado el portugés. “La lucha climática se ganará o perderá en estos pocos y cruciales años”, ha vaticinado.
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