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Las cifras reales de la tauromaquia desmienten a Casado: la mitad de los espectadores y una fracción de la recaudación

Corrida de toros en Las Ventas. Foto: AVATMA

Raúl Rejón

Las palabras de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, diciendo en Onda Cero que preferiría que la tauromaquia no existiese han desatado una campaña protaurina en la que ha entrado el presidente del Partido Popular, Pablo Casad: “El PSOE quiere prohibir los toros donde van libremente seis millones de personas. Con una recaudación de 3.560 millones de euros”.

Las argumentaciones a favor de la tauromaquia siguen tres líneas: ecológica (alegan mantener vivo el ecosistema de la dehesa a pesar de que las ganaderías ocupan un 12% de todo ese hábitat en España), la cultural (una ley la declaró patrimonio cultural en 2013) y la económica. La escogida por Pablo Casado este fin de semana se ha basado en unos datos que desbordan los ofrecidos en los documentos manejados por grupos como la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (Anoet) o el Ministerio de Cultura.

Casado habló de seis millones de españoles libres. La única cifra manejada oficialmente sobre la asistencia a los espectáculos taurinos, que puede verse en el Anuario de Estadísticas Culturales del Gobierno, indica que el porcentaje de personas que han acudido a una corrida en un año es del 9,5% (entre 2014 y 2015). Eso deja la asistencia en 3,6 millones, según el documento ministerial.  

Además, Diego Sánchez Cruz, director del foro Economía del Toro, ha calculado que, en 2017, se vendieron cinco millones de entradas. También menos que lo aireado por el político del PP. El propio análisis de Sánchez Cruz hablaba de tres millones de espectadores únicos que, en ocasiones, van a más de un festejo. Eso es la mitad de la cifra que esgrimió Casado.

Los millones de euros del toro

Pablo Casado ha añadido al volumen de asistencia que los toros son una actividad “que recauda 3.560 millones de euros”. El impacto económico de la tauromaquia es un punto oscuro a falta de una estadística oficial. Así, la Anoet ha publicado un informe que atribuye a la recaudación de las plazas (en 2014) unos 208 millones de euros. Si a lo que se refería Casado era al impacto económico general, la misma asociación lo dejó en 1.600 millones (para 2013). Eso sí, la Anoet asegura que este sector tiene una potencia que hace que “por cada euro ingresado de forma directa se generen 2,8 euros en la economía española”. Esa operación da 4.491 millones de euros. Tampoco coincide.

El líder popular también incluyó cifras de empleo: 57.000 empleos directos y casi 200.000 indirectos. Aquí calca las cifras de Anoet. Lo cierto es que la tauromaquia a base de corridas de toros, novillos, rejones o espectáculos mixtos muestra una paradoja estadística: cada año se celebran menos espectáculos de estas características (que implica una sede física, un aforo, venta de entradas etc), pero cada vez se suman más profesionales en el registro obligatorio para participar en ellos.

Eso sí… en la última década los espectáculos taurinos cayeron un 57%. Se dejaron de celebrar 2.098 espectáculos de los 3.651 registrados en 2007. La explicación ofrecida por los organizadores era la crisis económica. Si el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy decía a finales de 2015 que entonces la mejoría económica ya era “innegable” y que “gana fuerza día a día”, de 2015 a 2017, esos espectáculos descendieron de 1.736 a 1.553. Un 10,5% durante el repunte económico.

Y, sin embargo, el número de profesionales apuntados ha pasado de 9.784 en 2013 a 10.959 en 2017. Hay 825 matadores apuntados (un 5% más) y 3.230 novilleros (un 10% más), además de rejoneadores, mozos del espadas, banderilleros, picadores y toreros cómicos. Menos espectáculos para repartir entre más profesionales, según las estadísticas del Registro General de Profesionales Taurinos. Pero, si se observa el escalafón anual de toreros, el año pasado, de los 825 matadores registrados solo 157 aparecían con, al menos, una corrida celebrada. De ellos, 43 habían participado en un festejo, 20 en dos, 14 en tres y 13 en cuatro. En los novilleros, de los 3.230 que refleja la estadística ministerial, 144 contaban en el escalafón al haber participado en una corrida.

Lo que sí ha tenido una tendencia imparable al alza ha sido el apartado de festejos populares. De 14.262 en 2011 a 17.920 el año pasado. Este grupo incluye cualquier espectáculo en el que “se corren reses según los usos tradicionales”, indica el Ministerio de Cultura. En esta categoría caía el extinto toro de la Vega de Tordesillas, por ejemplo. Ahora siguen entrando los toros embolados con fuego, el toro de Coria, toros ensogados y correbous que se celebran en las fiestas de miles de poblaciones españolas. Cabe que esta fuera la tauromaquia a la que hizo referencia el argumentario del Partido Popular mediante las declaraciones infladas de su líder. También es cierto que el PSOE no ha realizado ninguna propuesta para acabar con los toros. De hecho, esta práctica tiene en estos momentos todo un blindaje legal impulsado por el PP que la protege.

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