El compañero de Casado que explicó a la jueza la exigencia de las clases: “Todo mi tiempo disponible lo dediqué al máster”

Un máster “duro” y “exigente”. Así resume uno de los compañeros de promoción de Pablo Casado los meses en los que estuvo cursando el máster mientras trabajaba. Por la mañana, estaba en su puesto laboral y por la tarde, de lunes a jueves, iba a clase cuatro horas a la Rey Juan Carlos. Como tenía un horario apretado, aprovechaba los desplazamientos al campus de Vicálvaro para comer un bocadillo en el tren.

Este relato sobre el almuerzo en el vagón del Cercanías madrileño sorprendió a la jueza del 'caso Máster'. La titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, utilizó la comparecencia de este testigo para ejemplificar que los alumnos “ordinarios” tenían muy “interiorizado” que la asistencia era obligatoria.

En la exposición de motivos que la magistrada ha elevado al Tribunal Supremo, incide en el “esfuerzo personal extraordinario” realizado por este estudiante para compatibilizar las clases con su trabajo y considera que estos hechos demuestran “de manera extraordinariamente gráfica” que el máster era presencial.

Pidió un cambio de turno para ir a clase

Las clases se celebraban de 16 a 20h, así que para poder acudir tuvo que solicitar un cambio de turno en su puesto laboral. “Me hicieron un favor porque trabajaba por la tarde y durante el máster me dejaron acudir por la mañana”, apunta. El alumno recuerda que han transcurrido diez años y que no tiene muy claros todos los detalles de su rutina diaria de aquella época. Tras terminar su trabajo cogía el tren entre las dos y las tres de la tarde y pasaba en él alrededor de una hora. “Comía bocadillos, los tupper no eran muy cómodos”, incide. “No me daba para otra cosa”. También recuerda fines de semana y periodos vacacionales volcados en los trabajos del posgrado.

Prefiere preservar el anonimato para evitar que sus declaraciones tengan “consecuencias a corto o a largo plazo” ya que trabaja “en contacto con la administración pública”. Según relata a eldiario.es, la jueza le preguntó de forma reiterada sobre la importancia de la asistencia a clase. “Me planteó que si existía la opción de hacerlo de forma no presencial. Le dije que si existiese, me hubiese acogido a ella porque estuve un año comiendo en el tren para llegar a clase”, incide. Asimismo, sobre esa hipótesis añade: “Por lo menos a la primera hora no hubiese ido”.

Este alumno fue becado por el Ministerio de Educación para cursar el posgrado en Derecho Autonómico y Local en el curso 2008/09 y tras superarlo accedió al doctorado. A pesar de tener una especialidad alejada de las políticas públicas, optó por un máster de Derecho para ampliar sus áreas de conocimiento. Esta elección le requirió mayor esfuerzo al prepararse los exámenes y los trabajos ya que no era un experto en leyes.

Alumno sin privilegios

La jueza concluye que este estudiante pertenece al “grupo ordinario” de alumnos. Para ellos el máster era presencial, la participación en clase era “un elemento clave de la evaluación”, desarrollaron “una intensa actividad académica” y no tuvieron conocimiento de que se podían acoger a convalidaciones.

Los estudiantes “escogidos” por el catedrático imputado Enrique Álvarez Conde, a los que convalidó 18 de 22 asignaturas, recibieron un trato diferente. Éstos no tuvieron que asistir a la docencia ni hacer trabajos según la confesión de una de ellos. Y el grupo de estudiantes “ordinarios” no les reconocen entre los asistentes a clase. Las tres alumnas imputadas, con un expediente idéntico al del presidente del PP, pertenecen a este colectivo privilegiado. A partir de ahora, el Supremo será el tribunal responsable de decidir si Casado también perteneció a este grupo.

Trabajando los fines de semana y en vacaciones

Sobre su implicación en las clases, asegura que ese curso se “pasó todos los fines de semana haciendo trabajos”. Antes de declarar ante la jueza preparó su comparecencia, revisó la documentación con la que contaba y recordó que también en navidades se centró en el máster. “Encontré correos enviados el 31 de diciembre a los profesores con los trabajos. Todo el tiempo disponible lo dediqué al máster”, añade.

Tras las últimas declaraciones de Casado, lamenta que el presidente del PP reduzca el máster oficial que utilizó en su currículum del Congreso a un curso de doctorado, ahora que la magistrada propone al Supremo su imputación. “Está tratando de desprestigiarlo para que no le salpique. Es injusto que les regalen titulaciones cuando no les hacen falta. No es necesario tener una titulación para gobernar”, finaliza.