Miles de galgos son maltratados, abandonados y asesinados en nuestro país cada año al terminar la temporada de caza, según han denunciado este jueves el partido animalista PACMA y las asociaciones BaasGalgo, Galgos Sin Fronteras y la Sociedad Protectora de Animales y Plantas. La cifra exacta es difícil de calcular, pero estas ONG alertan de que puede rondar los 50.000 casos. Se unieron en Madrid para refutar con fotos y sus experiencias en la defensa diaria de esta raza las palabras de José Manuel Vivas, capitán de la Jefatura del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), que calificó el pasado mayo este problema de “leyenda negra”.
“Nos indignó profundamente que una autoridad negase el maltrato atroz al que se somete a los galgos”, comenzó su denuncia Silvia Barquero, vicepresidenta de PACMA. Tras las palabras del capitán de Seprona, PACMA decidió reunir pruebas que demostrasen que “el abandono y maltrato de galgos no es la excepción a la norma”. Durante siete meses, han reunido 50 casos de grave violencia contra estos perros. Galgos abandonados en condiciones deplorables, algunos con graves heridas fruto de haberles quitado el chip de identificación, atropellados y toda una lista de “barbaridades que se cometen con estos animales”, explica Barquero.
Cristina García, de Galgos Sin Fronteras, lleva 14 años presenciando cómo los galgos son “herramientas de usar y tirar” para los cazadores que se sirven de sus capaciades para atrapar a sus presas. “La realidad es demoledora y es una ofensa que se niegue”, apunta. Es contundente al afirmar que “se siguen ahorcando galgos” para contrarrestar la declaración de José Manuel Vivas en una entrevista para Europa Press. El capitán afirmó que “no acaba la temporada de caza y empieza a haber perros colgados por los árboles”.
Perros descartados
“No es posible dar una cifra exacta, porque las autoridades no vigilan este tema y no hay ningún dato oficial”, se queja la vicepresidenta de PACMA. A pesar de ello, las protectoras de animales hablan de 50.000 abandonos o ejecuciones basándose en cifras que han observado en sus años de actuación. “Los galgueros crían unos 10 perros para la temporada de caza, de los que se quedan con dos o tres. Las asociaciones han multiplicado las federaciones de galgueros por esos perros que son desechados cada año”, explicó Barquero.
Beatriz Marlasca, de la asociación Baasgalgo, se estremecía al contar las situaciones en las que han recogido algunos galgos: “Hemos visto morir a algunos en el fondo de pozos a los que no podíamos acceder”. Marlasca expuso que el problema está en que la gente no denuncia. En 2011, según datos publicados en la Memoria de la Fiscalía General del Estado, solo hubo 309 procesos judiciales, de los que 267 quedaron archivados. Las sentencias condenatorias por malos tratos a animales domésticos fueron 32 y el resto de los casos concluyeron con sentencias absolutorias.
La reforma del Código Penal del año pasado que endureció las penas por maltrato a animales supuso una victoria para PACMA y las asociaciones de animales. Pero Barquero insistió en que queda “mucho camino por recorrer”. Sin embargo, esta reforma de la ley permitió que Baasgalgo llevase a los tribunales al propietario de dos galgos a los que había ahorcado y que miembros de la asociación se encontraron enterrados. “Aunque la condena fue insuficiente en nuestra opinión, es importante que se condenen delitos como estos”, afirmó. “El individuo, que era vicepresidente de una asociación de galgueros, se permitó decir que no sabía que ahorcar a un galgo era un delito”, añadió.
Para Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, un camino para solucionar esta “lacra” es la prohibición de la caza con animales. Según un estudio de la Fundación Affinity que citó Barquero, un 21% de los animales abandonados en Castilla-La Mancha están relacionados con el fin de la temporada de caza. “Creemos que hay un foco de actuación en este sector”, expuso la vicepresidenta de PACMA.
Barquero elogió la labor de las protectoras de animales, pero tiene claro que este no es un problema que deban solucionar estas asociaciones. “La solución debería llegar de mano de la ley. Nosotros solo estamos poniendo parches”, afirmó. Por ello, desde PACMA proponen una serie de medidas preventivas de vigilancia y también sancionadoras.
Para finalizar, un asistente lanzó un comentario optimista: “Esto no es una época de cambios sino un cambio de época”.“No nos imáginabamos hacer la compra sin bolsas de plástico, ni que se terminase la caza del zorro en Gran Bretaña y desaparecieron”, concluyó.
Irene Blánquez ha encontrado en el maltrato de los galgos el foco de su primer documental, “Febrero. El miedo de los galgos”. La obra da testimonio de cómo utilizan a estos perros para la caza de la liebre y cuenta con el testimonio de varios cazadores. “La mayoría de los galgueros no sienten culpa. No creen que haya un maltrato a los animales en los entrenamientos que muestra el documental”, afirmó la directora. Son capaces de admitir el abandono de perros, pero no ocurre lo mismo con los asesinatos. “El abandono está bastante bien visto en el sector de la caza de la liebre, pero niegan el maltrato”, apuntó. La obra, autofinanciada por la directora y que ha supuesto la creación de la productora Waggingtale Films, tiene como hilo conductor la historia de Mila, una galga abandonada que fue rescatada por miembros de la asociación SOS Galgos. “Espero que además de un ejercicio artístico, podamos concienciar a la gente”, afirmó Blánquez, que estrenó ayer la pieza en el Matadero de Madrid. “Los dos pases estuvieron llenos, pero es una pena que la gente que fue sea la que ya es conciente de este problema”. De momento, el Festival de Cine de Pamplona les ha reconocido su tarea de sensibilización con el premio “Educatif Sensibilización 2013”. El documental no tiene previsto de momento un estreno en salas comerciales, pero se pueden solicitar visionados en cines, centros educativos o eventos en febrero@waggingtale.org. El DVD saldrá a la venta en breve en la tienda solidaria de SOS Galgos.