Francisco mediará para que Rusia devuelva a los niños sacados a la fuerza de Ucrania: “Es un problema de humanidad, antes que un botín de guerra”, aseguró el Papa durante la tradicional rueda de prensa con los periodistas que lo acompañaron en su viaje a Hungría. Tras tres días en los que Bergoglio ha denunciado cómo “vuelven a rugir los nacionalismos” delante de Viktor Orbán; ha condenado los 'ismos' (nacionalismo, comunismo, capitalismo salvaje y consumismo); y ha lamentado que surge una Europa con “las puertas cerradas al extranjero, al que es diferente, al migrante, al pobre”, retornando a Roma Francisco se ha comprometido a cumplir con la petición que le formuló, este jueves, el primer ministro ucraniano.
“La Santa Sede ha actuado como intermediaria en algunas situaciones de intercambio de prisioneros y fue bien”, respondió el Papa al ser preguntado sobre el pedido de Kiev. El Vaticano, incidió, “está dispuesto a hacerlo porque es justo, y hay que ayudar (...). Es un problema de humanidad, antes que un botín de guerra”.
Sobre una posible reunión con Putin el papa aseguró estar “dispuesto” a “hacer lo que sea necesario”: “Además, ahora hay una misión en marcha, pero todavía no es pública. Vamos a ver cómo... Cuando sea pública lo diré”.
“Todos los gestos humanos ayudan, los gestos de crueldad no ayudan. Debemos hacer todo lo humanamente posible”, confesó Bergoglio, quien pidió “no perder el entusiasmo” por ayudar al pueblo ucraniano, especialmente en el caso de muchas “mujeres que vienen a nuestros países: Italia, España, Polonia, Hungría, tantas mujeres que vienen con hijos y maridos, o son esposas... o están luchando en la guerra”.
“Si el entusiasmo decae -advirtió el Papa-, estas mujeres se quedan sin protección, con el peligro de caer en manos de los buitres que siempre están buscando estas situaciones. Tengamos cuidado de no perder esta tensión de ayuda que tenemos por los refugiados, esto concierne a todos”.
Francisco también habló sobre las bajas tasas de natalidad en países como Italia o España, “que no tienen hijos”. “Últimamente he visto que el gobierno y otros gobiernos también hablan de ello. La media de edad en Italia es de 46 años, en España es aún más alta y hay pequeños pueblos desiertos. Un programa de migración, pero bien llevado con el modelo que algunos países han tenido con la migración -pienso por ejemplo en Suecia en la época de las dictaduras latinoamericanas- puede ayudar también a estos países que tienen una baja natalidad”, opinó.
Sobre su estado de salud, el Papa desmintió haber “perdido el conocimiento” antes de su último ingreso. “No tenía ganas de comer, me tumbé un poco, no perdí el conocimiento, pero sí que había una fiebre muy alta y a las tres de la tarde el médico me llevó inmediatamente al hospital”, reveló Francisco. “Tuve una fuerte neumonía aguda, en la parte inferior del pulmón, gracias a Dios se lo puedo decir”.
Sobre su presencia en Lisboa para la próxima Jornada Mundial de la Juventud Bergoglio bromeó apuntando que “de momento el viaje no se cancela”, y anunciando que los próximos viajes (Marsella o Mongolia) siguen en pie. “El programa me mantiene en movimiento”.
Respecto a la devolución de algunos fragmentos de Partenón, el Papa fue claro:“ Si has robado, debes devolver”. “Este fue un gesto correcto, había que hacerlo”, respondió Francisco, quien se preguntó que “si mañana vienen los egipcios y piden el obelisco, ¿qué haremos?”. En todo caso, el Papa también anunció “la restitución de cosas indígenas” en Canadá y en Estados Unidos. “A veces, no se puede (devolver) no hay posibilidad política, real, concreto. Pero en la medida en que puedas devolver, por favor, hazlo”, concluyó Francisco. “Es bueno para todos. No acostumbrarse a meter la mano en el bolsillo de los demás.”
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