El Papa ordena una investigación de abusos en la Iglesia española tras recibir un informe con 251 nuevos casos
“Os digo que, si estos callan, gritarán las piedras”. Los obispos españoles no se han atrevido a cumplir esta máxima evangélica, así que lo han tenido que hacer los medios. El pasado 2 de diciembre, el corresponsal de El País en Roma, Daniel Verdú, entregó al Papa Francisco una investigación periodística, en forma de dossier, de 385 páginas, durante el vuelo que llevó a Bergoglio a Chipre, y que recoge 251 nuevos casos de abusos a menores en la Iglesia española.
La pasada semana, Bergoglio entregó a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que centralizará la investigación de estos casos inéditos. Posteriormente, el informe fue entregado al presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, quien dio traslado al tribunal eclesiástico de Barcelona.
El informe recoge buena parte de la investigación iniciada por el diario en octubre de 2018, e incluye 251 nuevos casos de clérigos, religiosos y laicos desde 1943 hasta 2018 (último caso denunciado), y que rebasa la cifra oficial de casos reconocidos por la Conferencia Episcopal, aportando datos de Doctrina de la Fe: apenas 220 en las últimas dos décadas. Estos son nuevos casos, que podrían aumentar la cifra de víctimas a 1.237, aunque el propio diario asume que, sólo con los testimonios recogidos, sumarían miles.
Resultados, en tres meses
Una vez conocido el dosier de EL PAÍS, Francisco y Omella mantuvieron una conversación, señala el rotativo madrileño. “El Vaticano, como acostumbra a hacer cuando las denuncias son tan numerosas y no pertenecen a una sola orden, diócesis o abusador concreto, supervisará a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe todo el proceso que lleve a cabo la CEE”, explica El País, que añade que “Roma esperará resultados, que según su propio código, deberían llegar en no más de tres meses”.
Los nuevos casos afectan a 31 diócesis y 31 congregaciones religiosas, que aglutinan el grueso de las denuncias, el 77%, y que en su gran mayoría, ya han abierto una investigación. La mayor parte de los nuevos casos entregados al Papa datan de las décadas de los 60, 70 y 80, aunque la investigación abarca 80 años, desde 1940 a la actualidad.
En el informe entregado a las autoridades eclesiásticas no aparecen los datos personales de las víctimas ni referencias que las puedan identificar, para garantizar su anonimato, aunque El País “se ha puesto a disposición del Vaticano para facilitar el contacto con las víctimas y que puedan prestar declaración, si así lo desean”.
Una Iglesia negacionista
La Iglesia española es, junto a la italiana, la única del Viejo Continente que se ha negado, sistemáticamente, a abrir una investigación histórica de los abusos a menores en su seno. Sólo el obispo de Zamora, Fernando Valera, se comprometió, según reveló en una entrevista en Religión Digital, a abrir los archivos y hacer una investigación sistemática de posibles abusos en su diócesis.
En la pasada Plenaria, celebrada a mediados de noviembre, varios obispos intentaron, sin éxito, que se iniciara una investigación interna para conocer el auténtico calado del drama de la pederastia en la historia reciente de la Iglesia española. La mayoría episcopal, en ese momento, prefirió seguir mirando hacia otro lado y tratar los casos uno a uno y según fueran apareciendo.
De hecho, el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, se quejó amargamente: “Son pequeños casos, ¿por qué se pone el foco solo en la Iglesia católica?”. La Conferencia Episcopal seguirá sin investigar los abusos históricos en la Iglesia española, como hace el resto de episcopados europeos, pero se autoproclama como “la primera en el mundo” en normativa antiabusos.
En estos días, los obispos españoles rinden cuentas a Roma, en una visita ad limina en al que muchos temían, antes de que se produjera, un 'rapapolvo' del Papa por su actitud ante la pederastia clerical y las víctimas. ¿Les obligará ahora Roma a abrir, de una vez, sus archivos?
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