“Hay que evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros Países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio”. El Papa Francisco ha puesto coto a la “inseminación artificial”, dice el pontífice, de religiosas en países como España, donde la sequía vocacional puede acabar con el cierre de decenas de conventos.
Bergoglio ha ordenado este mediodía la publicación de la Constitución Apostólica “Vultum Dei Quaerere - La búsqueda del rostro de Dios”, dedicada a la vida consagrada femenina, en la que insta a las responsables de monasterios contemplativos a evitar cualquier entrada en la vida religiosa que no esté formada convenientemente o insertada en el entorno.
Lo cual excluye, evidentemente, la marea de monjas importadas de India, Latinoamérica o África, y que en las últimas décadas ha frenado la fuerte crisis de vocaciones en Europa, especialmente en Italia o España. Según los datos de 2015 recopilados por la Conferencia Episcopal, de las 10.357 monjas de clausura que hay en nuestro país, repartidas en 807 monasterios, el 21 % son extranjeras. Una de cada cinco.
La Constitución Apostólica, que entrará en vigor de inmediato, se publica después de las denuncias de secuestro contra religiosas indias en un convento de Santiago de Compostela revelado por eldiario.es. Ya en febrero, inmediatamente después del escándalo, el Papa pronunció un improvisado discurso a las religiosas presentes en Roma. En el mismo, Francisco constató el declive de vocaciones, singularmente en España, donde, como afirmó, “hay monasterios, grandes monasterios” en los que apenas quedan “cuatro o cinco” monjas “viejecitas”. Este era el caso, precisamente, del convento de las mercedarias de Santiago.
“¡Se debe acoger con seriedad!”
En algunas comunidades, cuando “el vientre de la vida consagrada” se vuelve “estéril”, afirmó el Papa, “algunas congregaciones hacen el experimento de la inseminación artificial”. “¿Qué hacen? Acoger. Y vienen, vienen, vienen... Y después, los problemas que hay allí dentro. No. ¡Se debe acoger con seriedad!”, advirtió Francisco, quien instó a “discernir” si se trata de “verdaderas vocaciones” y, si no lo son, no optar por ningún método que no sea “rezar con intensidad”. Meses después, el Papa normativiza lo que improvisó ante monjas de todo el mundo.
Al mismo tiempo, el Papa reclama a los monasterios que “aunque la constitución de comunidades internacionales y multiculturales ponga de manifiesto la universalidad del carisma, hay que evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio”.
Sobre la supervivencia de los monasterios y conventos, recuerda que “a la autonomía jurídica ha de corresponder una real autonomía de vida, lo cual significa: un número aunque mínimo de hermanas, siempre que la mayoría no sea de avanzada edad”.
Pero argumentaó que cuando esto no sea posible pidan ayuda para constituir una comisión que estudie el proceso de “acompañamiento para revitalizar el monasterio, o para encaminarlo hacia el cierre”.