El Vaticano no proclama que la Virgen se apareciera en Medjugorje (Bosnia). Es más, critica a los “supuestos videntes” y a algunos mensajes atribuidos a las apariciones, de “improbable origen sobrenatural”. Sin embargo, admite “abundantes frutos espirituales” en las peregrinaciones (conversiones, matrimonios que se reconcilian, vocaciones al sacerdocio o la vida religiosa…), por lo que, pese a las dudas, ofrece un “juicio globalmente positivo” y autoriza el culto público en uno de los santuarios marianos más conocidos, y polémicos, del mundo.
El documento, suscrito por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y avalado por el Papa, pone fin a una controversia que durante tres décadas ha perseguido al ‘fenómeno Medjugorje’, las supuestas apariciones de la Virgen y los no menos polémicos mensajes lanzados por unos videntes de los que Roma se descuelga. El propio documento admite la “larga y compleja historia” de este lugar, donde supuestamente la Virgen comenzó a aparecerse en 1981, con “opiniones divergentes de obispos, teólogos, comisiones y analistas”. Pese a todo, y dejando claro que “esto no implica una declaración del carácter sobrenatural” de las apariciones, y recordando que nadie está obligado a creer que la Virgen se apareció en Medjugorje, la Santa Sede “autoriza el culto público” y las peregrinaciones al santuario.
Roma reconoce los “abundantes frutos espirituales” vinculados a las supuestas apariciones marianas en el santuario de Bosnia-Herzegovina, aunque continúa sin pronunciarse sobre la veracidad o no de dichas apariciones. Es más: el texto, titulado ‘Reina de la Paz’ advierte de posibles tergiversaciones del mensaje de la Virgen, y de algunas apreciaciones de los “supuestos videntes” que “se refieren a peticiones de improbable origen sobrenatural, como cuando la Virgen da órdenes sobre fechas, lugares, cuestiones prácticas y toma decisiones sobre asuntos ordinarios”.
“Se han producido muchos frutos positivos y no se han difundido efectos negativos o de riesgo entre el Pueblo de Dios”, constata Doctrina de la Fe, que no obstante hace varias precisiones sobre algunas expresiones y deja claro que “las conclusiones de esta Nota no implican un juicio sobre la vida moral de los presuntos videntes” y que, en cualquier caso, los dones espirituales “no exigen necesariamente la perfección moral de las personas implicadas para poder actuar”. “Las peregrinaciones no se hacen para encontrarse con supuestos videntes, sino para tener un encuentro con María, Reina de la Paz”, recuerda el documento.
Los 'éxitos' del santuario
Entre los “frutos positivos” del ‘fenómeno Medjugorje’, Roma destaca el éxito de las peregrinaciones, con “abundantes conversiones” y “la promoción de una sana práctica de la vida de fe”. Así, tras visitar Medjugorje, muchos peregrinos han “descubierto o redescubierto la fe”, y han vuelto recibir los sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía.
Al tiempo, subraya la nota, se han producido muchas vocaciones, curaciones inexplicadas y “muchas reconciliaciones entre esposos”. “Cabe mencionar que estas experiencias se producen principalmente en el contexto de peregrinaciones a los lugares de los hechos originales, más que durante encuentros con ‘videntes' para asistir a las supuestas apariciones”, recalca el Vaticano, que busca expresamente deslindar el fenómeno de la actuación, siempre polémica, de los supuestos videntes.
El Dicasterio valora fundamentalmente el “mensaje de paz” recogido en Medjugorje, un aspecto especialmente relevante “en el contexto ecuménico e interreligioso de Bosnia y Herzegovina, marcado por una terrible guerra con fuertes componentes religiosos”. Con todo, el Vaticano advierte que “algunos” mensajes atribuidos a la Virgen que “se desvían” de lo apropiado y generan “algunas posibles confusiones que pueden llevar a grupos minoritarios a distorsionar la preciosa propuesta de esta experiencia espiritual”.
De hecho, algunos mensajes pueden parecer “ligados a experiencias humanas confusas, a expresiones imprecisas desde el punto de vista teológico o a intereses no del todo legítimos. ¿Cuáles? Por ejemplo, momentos en los que ”la Virgen parece mostrar cierta irritación porque no se han seguido algunas de sus indicaciones; así, advierte de signos amenazadores y de la posibilidad de que dejen de aparecer“. Frente a ello, Roma apunta que otros párrafos atribuidos a la Virgen contradicen esta visión advirtiendo de que ”los que hacen predicciones catastróficas son falsos profetas“.
Para Doctrina de la Fe, resultan especialmente preocupantes los mensajes dirigidos a la parroquia de Medjugorje, donde “da la impresión de querer sustituir con Ella (con la Virgen) los organismos ordinarios de participación”, y en una “insistencia en escuchar y aceptar los mensajes”, que Roma atribuye a los “supuestos videntes”, y que puede generar problemas cuando se refieren a “peticiones de improbable origen sobrenatural, como cuando la Virgen da órdenes sobre fechas, lugares, cuestiones prácticas y toma decisiones sobre asuntos ordinarios”, y que Roma no reconoce.
“La valoración positiva de la mayor parte de los mensajes de Medjugorje como textos edificantes no implica declarar que tengan un origen sobrenatural directo”, precisa el documento, que añade que cada obispo debe tomar “decisiones prudenciales” en el caso de que haya personas o grupos que “hagan un uso inadecuado de este fenómeno espiritual y actúen de forma equivocada”. Pese a ese riesgo, desde hoy, Medjugorje tiene vía libre del Vaticano.
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