El Papa vuelve al quirófano para ser operado del intestino
Vuelven a sonar las campanas de alarma en el Vaticano a cuenta de la salud del Papa Francisco. Si ayer Bergoglio pasó por el policlínico Gemelli, en principio, para hacerse un chequeo rutinario –entró a las 10.50 y salió del hospital a las 11.20– esta mañana, tras participar en la Audiencia General de los miércoles, el pontífice ha ingresado de nuevo en el centro médico, donde a primera hora de esta tarde se someterá a una operación por riesgo de obstrucción intestinal y tendrá que estar ingresado varios días. Es la tercera vez en tres años que el Papa ingresa en el Gemelli.
Tal y como ha informado el portavoz vaticano, Matteo Bruni, “el Santo Padre, al término de la Audiencia General, se dirigirá al Hospital Universitario A. Gemelli, donde a primera hora de la tarde será sometido, bajo anestesia general, a una laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis”.
“La operación, concertada en los últimos días por el equipo médico que asiste al Santo Padre, se hizo necesaria debido a un laparocele encarcelado que le está provocando síndromes suboclusivos recurrentes, dolorosos y que empeoran”, subraya la nota vaticana, que únicamente precisa que su estancia en el centro sanitario “durará varios días, para permitir el curso normal del postoperatorio y la recuperación funcional completa”. Al parecer, se le habrían reproducido los dolorosos divertículos que ya provocaron que pasara por el quirófano en julio de 2021. Entonces, estuvo ingresado durante diez días. Se desconoce si esta operación pondrá en riesgo los próximos viajes del Papa, tanto la Jornada Mundial de la Juventud de agosto en Lisboa, como un viaje, a finales de ese mes, a Mongolia.
La operación, añade Efe, ha sido considerada de urgencia después de los resultados de la TAC a la que se sometió este martes como seguimiento de la intervención de hace dos años. En una reciente entrevista con la agencia estadounidense AP, Francisco reveló que volvía a sufrir de divertículos, el problema por el que tuvo que ser operado y por el que se le extirpó una pequeña parte del colon, pero que estaba bien de salud.
Se trata de la tercera vez que el papa es ingresado en el hospital romano, pues estuvo ingresado tres noches a finales de marzo en el hospital Gemelli por “una pulmonía aguda”. Junto a estos problemas de salud, el Papa padece constantes dolores de rodilla que le obligan a andar con bastón o con silla de ruedas, aunque siempre se ha negado a operarse.
Una operación sencilla, pero que depende del paciente
¿De qué se trata la operación? Técnicamente, se denomina 'eventroplastia', tal y como han señalado especialistas en Digestivo consultados por elDiario.es, que apuntan que se trata de una operación relativamente sencilla, que no debería exceder de dos horas de duración, pero que depende mucho del paciente y de su historial médico.
Como se recordará, en julio de 2021 Bergoglio fue operado para extraérsele unos divertículos. La cirugía fue bien, aunque a la hora de operarle se le hizo una abertura, que con el tiempo ha generado una debilidad en la pared, a través de la cual sale algún asa de intestino, lo que está provocando a Francisco episodios suboclusivos. O, lo que es lo mismo: el tránsito se le para parcialmente, y aunque vuelve al poco tiempo, puede desencadenar a futuro problemas graves. “Por eso hay que operarlo”, sostienen los facultativos consultados.
La técnica más utilizada para la eventroplastia se denomina Rives, y consiste en abrir, volver a colocar la parte de los intestinos en su sitio, y se cierra colocando una malla de un material que, según el caso, puede ser metálico o plástico. Esto es lo que el comunicado vaticano denomina “cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis”. Dicha malla se deja colocada detrás del músculo, y se cierra para contener la pared abdominal.
“La recuperación suele ser rápida, y la mayor parte de los pacientes puede comer al día siguiente”, afirman los expertos, que matizan que, en el caso de Francisco, hay que tener en cuenta factores como su edad, patologías previas o la falta de parte de un pulmón, lo que añade cierto riesgo, y seguramente más tiempo de recuperación. “Lo normal es que en dos, cuatro semanas, la recuperación sea casi total”.
Eso sí: se recomienda que durante el primer mes y medio o dos meses no se hagan esfuerzos, como coger peso o una actividad física relevante. El Papa, así, no tendría problemas para salir a la calle, caminar o comer. ¿Y para viajar? “Probablemente en su caso todo vaya un poco más lento. Coger aviones no tiene por qué suponer un impedimento, aunque no puedes asegurar que los pueda hacer por completo”, destacan los facultativos, que señalan que “teóricamente es una operación relativamente sencilla, con una recuperación rápida” aunque, insisten, va a depender del paciente.
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