Marcial Maciel no sólo fue uno de los mayores depredadores de menores en la historia de la Iglesia católica. También, uno de los grandes protagonistas de los 'Papeles de Pandora'. Así, según ha admitido la propia congregación, su fundador creó una estructura offshore con 295 millones de dólares en activos (4,3 de ellos a entidades de capital riesgo en las que se ubican empresas unicornio españolas como Glovo, Cabify o Wallbox), mientras el Vaticano investigaba la opacidad de sus cuentas.
La investigación a la que ha tenido acceso el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), del que en España forman parte El País y laSexta y en Argentina elDiarioAR, reflejan cómo la Legión de Cristo desplegó, entre 2010 y 2011, una opaca red de fideicomisos y empresas subsidiarias que operaban desde paraísos fiscales, con inversiones en sectores inmobiliarios, tecnológicos o petroleros. La Legión admite dichas prácticas, que ya les hicieron aparecer en los Papeles de Panamá, aunque su entonces portavoz, Aaron Smith, declaraba que “hoy la Legión de Cristo no tiene compañías offshore ni tiene recursos en compañías offshore”. Dichas inversiones “fueron creadas cuando el padre Marcial Maciel era administrador general, y luego fueron cerradas”. La explicación olvida un pequeño detalle: que Marcial Maciel, el pederasta Marcial Maciel, falleció... en 2008.
De hecho, según la investigación llevada a cabo por el consorcio, fue en 2010, días antes de que el Vaticano designara al cardenal Velasio de Paolis interventor de la Legión, cuando la congregación comenzó a construir su estructura offshore en torno a dos 'trust': Salus y AlfaOmega. Los datos apuntan a que el dinero iba desde Nueva Zelanda hasta Reino Unido. Una vez en el país británico, éste se repartía en diversas inversiones, entre las que están los principales fondos de capital riesgo en España, que impulsan algunas de las empresas emergentes más punteras en el país, como Glovo, Cabify o Wallbox, todas consideradas 'unicornios' porque no cotizan pero su valoración ha superado los 1.000 millones de dólares.
En los 'Papeles de Pandora' se muestra cómo, durante seis años, Alfa Omega y Salus acumularon activos por valor de casi 300 millones de dólares. Es más, estos dos fideicomisos son tan solo un extremo de un ovillo que nos lleva a una compleja trama de sociedades que operan en cuatro continentes. Por ejemplo, en Estados Unidos invirtieron en apartamentos cuyos inquilinos fueron desahuciados durante la moratoria establecida por la pandemia, y en México aportaron al menos 16 millones de euros a negocios que van desde la inteligencia artificial a los suplementos alimenticios.
Un portavoz de estos dos trust ha asegurado a El País que esos fideicomisos se establecieron en Nueva Zelanda por “las razones correctas”. Según los documentos a los que ha accedido el ICIJ ambos fideicomisos se crearon en 2011 por el sacerdote Luis Garza Medina, durante años 'número dos' de Maciel y que fue sancionado por la Santa Sede tras admitir que conoció algunos de los abusos del pederasta mexicano.
Garza es considerado como el el 'arquitecto' de las finanzas de los Legionarios, aunque la congregación sostiene que los recursos de los dos fideicomisos provienen de una herencia familiar del sacerdote. Sin embargo, ambas sociedades comparten beneficiario: un tercer fideicomiso llamado The Retirement and Medical Charitable Trust (RMCT), que esta vez sí que fue abierto por los Legionarios en 2010. De hecho, en su propia acta fundacional se dice que el trust está diseñado para “recaudar donaciones y hacer inversiones”, así como para “asistir financieramente a miembros retirados, afectados mentalmente, o heridos en algún accidente”. O, lo que es lo mismo: esos fondos pudieron servir para atender a los sacerdotes legionarios apartados por pederastia.
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