La República arrasa entre los 50.000 participantes en las consultas simbólicas sobre la Monarquía en 14 universidades
El derecho a decidir y la República arrasan en la Universidad. El 86,7% de las 52.462 personas que han participado hasta la fecha en 14 universidades públicas han apoyado abolir la monarquía en estas consultas simbólicas convocadas por estudiantes que se están celebrando este mes por todo el Estado.
Estudiantes y trabajadores de los campus están llamados a participar en estas consultas, sin censos oficiales, pero que están mostrando el interés de la sociedad por debatir el modelo de Estado, según sus organizadores.
“En todos y cada uno de los referendos están quedando claras dos cosas: que no queremos esta monarquía impuesta y que queremos procesos constituyentes para decidirlo todo. Para hacernos una idea del nivel de participación, está siempre multiplicando el numero de votos con los que han sido elegidos los rectores que dirigen y gestionan las universidades publicas”, valora Lucía Nistal, una de las pioneras del movimiento desde la Universidad Autónoma de Madrid, la primera que organizó un referéndum.
Tras el anuncio de la UAM le siguieron la Carlos III de Madrid, la Pompeu Fabra y Universidad de Barcelona, la de Zaragoza... Hasta llegar a las 26 consultas, más de la mitad de las 50 universidades públicas que hay en el país. Más de 900.000 personas, entre trabajadores y estudiantes, estaban llamados a votar.
Los voluntarios de las mesas han ido constatando estos días la buena acogida de la iniciativa. La gente se acercaba con cierto entusiasmo por poder participar de una decisión en la que nunca han tenido voz ni voto. Ninguna personas menor de 58 años, más del 80% de la población, tenía la edad necesaria para votar el referéndum que trajo la Constitución en 1978, y con ella la Monarquía como una dupla indisoluble. “A ver cuándo votamos de verdad”, era el comentario más escuchado en las mesas de votación de la UAM.
Al poco de nacer y coger forma, el movimiento de las consultas universitarias se unió con la plataforma popular Monarquía o República, que organizó sus propias consultas en Madrid capital y otros municipios de la región. Más de 22.000 personas votaron el 2 de diciembre en estas consultas, con un apoyo del 93% a la República.
“Estamos caminando hacia una coordinación estatal, que tiene como prioridad la búsqueda de alianzas con otros sectores, la autoorganización y la movilización; porque sabemos que la única manera de acabar con la monarquía y cuestionar profundamente este régimen es que salgamos a las calles todos y todas las que no estamos dispuestas a seguir siendo súbditas”, reflexiona Nistal, una idea que han tratado los organizadores de las consultas de varias universidades.
Los referendos, que comenzaron como una idea de grupos de jóvenes, están consiguiendo uno de sus objetivos primordiales: hacer ruido y poner el debate en la calle. Al que ha entrado también el PP. Las Nuevas Generaciones del partido publicaron un comunicado el pasado miércoles en el que pedían a los responsables universitarios que no cedan espacios “para una consulta contra la monarquía parlamentaria”. Según el PP, estas consultas están “alentadas por Podemos y otros grupos de extrema izquierda”.
“No es inconstitucional solicitar la reforma de la Constitución, ni expresar opiniones en desacuerdo con su contenido, pero es una enorme irresponsabilidad tratar de utilizar vías alternativas para atacar su contenido”, exponen las juventudes populares. “Además, NNGG recuerda que esta no es una de las preocupaciones principales de los españoles, según el último CIS, que recoge que solo un 0,4% de los españoles considera un problema la monarquía parlamentaria”.
Los estudiantes rechazan las acusaciones. “Ningún partido está detrás de este movimiento, solo somos un grupo de estudiantes/investigadores/trabajadores a los cuales nos gustaría decidir sobre nuestro futuro”, replican desde la Universidad de Alicante. Y matizan: “La monarquía no fue ampliamente refrendada por el pueblo español. Suárez reconoció que la monarquía se incluyó en el pack de la Constitución sin permitir una consulta propia porque creían que perderían la consulta”, concluyen.