El próximo sábado, el Papa Francisco recibirá a Pedro Sánchez en el Palacio Apostólico del Vaticano. Será la primera vez en que ambos dirigentes se encuentren, y la primera reunión entre un presidente del Gobierno español y el Pontífice desde que Bergoglio recibiera a Mariano Rajoy el 15 de abril de 2013, apenas un mes después de ser elegido Papa. Será “un primer contacto, en el marco de unas muy buenas relaciones”, en palabras del Gobierno, durante el cual, según señalan diversas fuentes, Sánchez invitará formalmente a Francisco a visitar España.
Si el Papa aceptase, nuestro país podría ser el primero al que viajara tras la pandemia, que ha paralizado los viajes papales, recluyendo al pontífice en el interior del Estado vaticano (apenas ha salido un par de veces a varias parroquias romanas, y acudió a Asís el 3 de octubre para firmar su última encíclica).
Fuentes eclesiales destacan que Bergoglio habría expresado a sus colaboradores el deseo de que su primer viaje tras la crisis del coronavirus fuera a uno de los países que más hubiera sufrido el impacto de la COVID-19: Estados Unidos, India, Brasil, Italia o España. Por muy distintas razones, de este abanico de países todostendrían pocas posibilidades: India está descartada, y ni Trump ni Bolsonaro han mostrado la más mínima intención de querer que el pontífice les visite (además, Francisco ya estuvo en ambos países al comienzo de su pontificado. De modo que nuestro país es una opción más que posible.
Junto a ello, a favor de España cuentan otros dos factores: en primer lugar, el deseo del Papa jesuita de visitar Manresa en 2022 –se cumplen 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús–, a lo que se podría unir la ampliación del Año Santo Xacobeo de 2021 a 2022 por el impacto de la pandemia. Tanto los jesuitas como el arzobispo de Compostela han invitado al Papa, así como la propia Conferencia Episcopal, quien oficializó la invitación durante el encuentro que Francisco mantuvo hace un mes con la nueva cúpula episcopal, capitaneada por los cardenales Omella y Osoro. Ambos purpurados, además, han jugado un intenso papel para lograr que la reunión del 24 de octubre sea una realidad.
Sin embargo, antes de aceptar un viaje, la Santa Sede tiene que recibir una invitación oficial del Estado. Y, según ha podido saber eldiario.es, esta es una de las cosas que llevará Pedro Sánchez a su encuentro con Francisco. Así lo habría transmitido Moncloa a la Nunciatura durante las gestiones previas a la reunión Sánchez-Bergoglio, y así lo esperan desde la Conferencia Episcopal. Como es preceptivo, Roma no responderá de inmediato, aunque sí podría manifestar su interés. En ese momento, comenzaría la preparación de un viaje para el que no se pueden poner fechas concretas, dado que dependen de la evolución de la pandemia.
Como adelantó en exclusiva eldiario.es, junto a la invitación a visitar España, el primer encuentro entre ambos líderes tiene muchos temas en la agenda. Entre ellos, la memoria histórica, las modificaciones a la ley del aborto, el proyecto de ley de eutanasia, la reforma educativa que ya ha comenzado su andadura en el Congreso... sin contar con los clásicos puntos de fricción del pago del IBI y la financiación de la Iglesia. El encuentro entre el presidente del Gobierno y el papa Francisco vendrá precedido por una entrevista que mantendrán este martes la titular de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.
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