Reclaman su espacio y su derecho a la libre determinación de la identidad. Salen a la calle para pedir la visibilidad que les ha sido negada durante tanto tiempo y que, a pesar de los avances de los últimos años, no consideran suficiente. Las personas trans y sus familias celebran en Madrid este viernes el Día Internacional de la Visibilidad Trans, para el que varios colectivos se han unido con el objetivo de denunciar la discriminación y las barreras a las que aún deben enfrentarse.
A pesar de que la fecha oficial es el próximo 31 de marzo, las organizaciones, entre las que se encuentran Arcópoli, Fundación Triángulo, Chrysallis Madrid o Cogam, han decidido adelantarla a este viernes para evitar coincidir con las fiestas de Semana Santa y se reunirán a las 18.30 en la madrileña plaza de Pedro Zerolo.
En la jornada, harán una lectura pública del manifiesto “Elegimos la visibilidad”, con el que las personas trans y sus familias quieren ser escuchadas: “Nos mostramos sin miedo porque en la oscuridad de los armarios no crece la vida, porque es nuestro deber seguir reivindicando, en honor de las que lo hicieron antes y para dar el testigo a las que lo harán después”.
Por ello, reclaman “el espacio que el cisheteropatriarcado nos niega” –concepto utilizado para definir el sistema que privilegia lo masculino, heterosexual y cisgénero– y denuncian verse obligadas a elegir entre el ocultamiento o la transfobia. “Negar nuestra existencia no anula nuestra realidad. Elegimos la visibilidad como arma contra la discriminación, como instrumento de ruptura del círculo vicioso entre ocultamiento y transfobia”, explican en su manifiesto.
Exclusión laboral
Celebran los avances que han tenido lugar en los últimos años y las iniciativas legislativas aprobadas en algunas comunidades, además de las que se tramitan en el Congreso, pero al mismo tiempo quieren “resaltar las barreras que aún les separa de una plena igualdad”. Entre ellas, a las que se enfrentan las personas trans en el ámbito laboral, una situación que califican de “especialmente grave” y los menores, que están excluidos de la ley de 2007 que permite la modificación legal del nombre y el sexo.
Esta ley, sin embargo, está en proceso de modificarse sin el apoyo del PP para incluir a los menores, los extranjeros y avanzar en la despatologización de la transexualidad, es decir, que no estén obligados a declararse enfermos ni hormonarse, tal y como estipula la norma actualmente, para acceder al cambio de la mención registral.
Ante este escenario, exigen “una diversidad real en el mundo laboral” y piden que la realidad de las personas trans menores de 18 años “no sea ocultada por más tiempo en nuestro sistema educativo. Deben ser escuchadas y respetadas”, esgrimen.
Sobre su presencia en los medios de comunicación, los colectivos reconocen que se ha incrementado, pero llaman la atención sobre que “las historias de discriminación, odio, violencia, desempleo, pobreza y abuso rara vez se cuentan”. Además, hacen hincapié sobre la necesidad de más referentes positivos porque facilitan, dicen, a muchas personas “dar el paso de finalizar su ocultamiento y rompe el círculo de silencio alrededor de una realidad social”.
También nombran a aquellas que son “más vulnerables”, entre ellas, las personas migrantes, no binarias –cuya identidad no se corresponde con el concepto tradicional de hombre o mujer o fluctúa entre ellos–, las personas mayores, refugiadas o en situación pobreza. “Reclamamos en su nombre a las autoridades públicas que cumplan con su deber de proteger los derechos humanos para todas las personas”.
“Elegimos la visibilidad porque nuestra lucha contra la transfobia es infinita y porque no tenemos miedo”, concluyen.