En España viven entre 48.000 y 87.000 personas con la enfermedad de Chagas, aunque menos del 15 % de los afectados se la tratan, según el hospital Clínic, centro de referencia en esta patología tropical, que hoy ha presentado un programa para alertar de la importancia de hacerse la prueba y evitar nuevos casos graves.
Bajo el lema de “Pasa la voz” y con la colaboración de la Obra Social La Caixa, este programa quiere incentivar a todas las personas de origen latinoamericano que viven en España, el segundo país no endémico con más casos tras EEUU, a que se sometan a las pruebas diagnósticas para saber si padecen Chagas.
La dificultad para establecer un número más aproximado de portadores de Chagas se debe a que el 70 % de los infectados no desarrollan la enfermedad y eso, junto a los tabúes y estereotipos que rodean esta dolencia, hace que muchas personas no se sometan a la pruebas para su diagnóstico.
La presentación de “Pasa la voz” ha corrido a cargo del jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic y director de la Iniciativa de Chagas del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), Joaquim Gascon, y de la investigadora y responsable de Chagas del ISGlobal, María Jesús Pinazo, quienes han explicado que un simple análisis de sangre revela si se padece o no la enfermedad.
La enfermedad de Chagas, o Tripanosomiasis Americana, está causada por la infección con el parásito 'Trypanosoma cruzi' y está clasificada por la OMS como una de las enfermedades tropicales desatendidas u “olvidadas”.
La enfermedad es endémica en América Latina, aunque con la creciente movilidad de población también está presente en América del Norte, Australia, Japón y Europa, especialmente en España, y las personas infectadas, al cabo de los años, pueden tener problemas cardíacos o del aparato digestivo.
Estas complicaciones que pueden surgir con los años son la “espada de Damocles” con la que, según la doctora Pinazo, tiene que vivir el 70 % de la población infectada que no desarrolla la enfermedad, un porcentaje que dificulta dar los números exactos de portadores del parásito.
A este desconocimiento se le suma el estigma y tabú que hay alrededor de la enfermedad por parte de la comunidad latinoamericana que, al problema de salud derivado de la enfermedad, se le suman, según el doctor Gascon, un contexto difícil relacionado con el ciclo migratorio y el estatus socioeconómico.
La presentación ha contado con la presencia de Emiliana Luna, una portadora del Chagas que ha explicado su experiencia desde que alguien le explicó que ella también podía tener la enfermedad hasta que cumplió con el tratamiento, pasando por los recelos y miedos que vivió por parte de su entorno.
La paciente, de origen boliviano, ha contado como la enfermedad es un tabú en su pueblo natal en el cual la gente “no quiere ni saber” si es portadora porque tampoco tiene forma, recursos ni tiempo para tratarse, la cual cosa hace que el estereotipo se reproduzca también en los países de llegada, donde sí pueden tratarse.
Luna ha relatado las reticencias de su jefa cuando explicó que era portadora del parásito y ha desvelado los miedos que pueden tener los portadores a explicar que sufren la enfermedad, por temor a perder el empleo y al rechazo, unos miedos mucho más presentes entre los hombres, según Luna.
“Las mujeres tenemos más confianza entre nosotras, los hombres tienen miedo”, ha dicho Luna, y así lo indican los datos que muestran que solo un 20 % de las personas atendidas por Chagas son hombres.
Unas cifras que los médicos han atribuido, además del miedo, a distintos factores como la transmisión vertical -de madre a hijo- que sensibiliza más a las mujeres, así como a los tipo de empleos que tienen los hombres, que impiden flexibilizar el horario para cumplir con las estrictas revisiones del tratamiento.
Aunque no se puede considerar “curada” puesto que aun no hay herramientas para detectar si se ha erradicado el parásito, Luna ha completado el tratamiento y posteriormente ha tenido un hijo que no está infectado lo cuál demuestra, según el doctor Gascon, “que el tratamiento es efectivo”.
En este sentido, Gascon ha insistido en el poco conocimiento que hay acerca de esta enfermedad y ha recordado que los únicos medicamentos que hay para el tratamiento antiparasitario son de los años 60.
“Hay que seguir investigando”, ha destacado el doctor que ha explicado que recientemente se están haciendo ensayos clínicos con nuevos medicamentos y últimamente ha habido un interés renovado.