El director médico de Pfizer, Juan Álvarez, ha defendido la rentabilidad de las empresas que producen vacunas contra el coronavirus ante la pregunta de cómo se podrían transferir soluciones contra la pandemia a nivel global. Lo ha hecho este lunes durante una sesión de Encuentros Complutense titulada 'Nuevos retos ante la COVID-19. Anticipándonos al futuro'.
“Esto siempre ha sido muy debatido y yo aquí posiblemente tengo las de perder como representante de una multinacional y americana, además. No estamos, según qué sectores, muy bien vistos. Las compañías necesitan los ingresos para seguir investigando, para seguir trabajando”, ha indicado Álvarez, que también aboga por que se impongan soluciones rápidas de movimiento internacional para frenar la propagación de nuevas cepas “en cuanto se tenga cierta evidencia”, como ha sucedido con la nueva cepa ómicron. La Unión Europea ha decidido suspender todos los vuelos procedentes del sur de África y países como Marruecos o Israel han cerrado del todo sus fronteras.
“Yo creo que, en este caso, BioNTech tenía nuestra cooperación para desarrollar los medicamentos y nosotros debíamos tener estos recursos [la financiación] para hacer esta investigación. Hemos tenido suerte con la vacuna”, ha asegurado, puesto que no siempre las investigaciones concluyen con éxito.
Por otro lado, ha explicado Álvarez en la misma respuesta, con esta vacuna el reto no consistía solo en producirla, sino en distribuirla. La distribución ha sido otro de los grandes desafíos para su compañía. “Ahora las condiciones son mejores y se puede almacenar prácticamente en cualquier congelador”, ha asegurado, por lo que podría estar preparada “para distribuir en otros países”.
Pfizer también está trabajando en un antiviral contra el coronavirus del que se han “cedido los derechos de fabricación a países en vías de desarrollo”. “En la medida de lo posible, nosotros tratamos de hacer el acceso equitativo a todos los países”, ha asegurado. Asociaciones de acceso universal a los medicamentos criticaron que el acuerdo de licencia voluntaria de Pfizer cuenta con importantes restricciones, entre ellas que países con gran capacidad de producción de genéricos están excluidos.
Álvarez ha asegurado que transferir soluciones a todo el mundo a veces no es tan fácil porque también hay gente que rechaza vacunarse. “Estamos viendo en Europa que los porcentajes de vacunación no son los mismos en países que, en teoría, son los más desarrollados económica y culturalmente. Esto también influye mucho a países en vías de desarrollo. Muchas veces, no en el caso de la malaria, la gente no los quiere utilizar por el miedo de que les vayan a envenenar”, ha ejemplificado. “Hay muchos factores y no solo el de la producción”.
La vacuna de Hipra para el primer semestre de 2022
Durante la misma sesión, también ha participado María Tarragona, de la farmacéutica española Hipra, que ha dicho que lo esperado es que su vacuna esté en el mercado en el primer semestre de 2022. Que haya muchas vacunas disponibles es la tesis que ha sostenido Juan García Arriaza, del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, para globalizar la solución contra la pandemia.
Finalmente, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UCM José Manuel Bautista ha desglosado más asuntos que complican la vacunación en África, como son la escasez de carreteras para distribuir dosis así como las numerosas lenguas para tener registros. “No basta con llevar las vacunas a África. Hay inmensas zonas rurales, hay malas carreteras”, ha indicado Bautista. “Va a hacer falta crear una red que vacune”, ha concluido.