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Una mujer denuncia el trato a una víctima de violencia machista en una comisaría: “Fue de una desprotección extrema”

"No son muertas son asesinadas" / Foto: Cristina Armunia

Ana Requena Aguilar

“¿Cuánto tiempo lleva con él?”, “¿Usted sabía que tiene un problema con las drogas?”, “¿Les ha golpeado alguna vez a su hijo o a usted?”, “Si sabe como es, ¿por qué sigue con él?”. Son las preguntas que un policía de una comisaría del barrio madrileño de Vallecas le hizo a una mujer que acudió allí una mañana de este verano para denunciar a su pareja por violencia machista, según denuncia una testigo presencial de la escena. La testigo, que se encontraba en la comisaría interponiendo una denuncia en el momento de los hechos, elevó una queja al Director General de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, que han suscrito varios colectivos feministas. También lo hizo ante el Defensor del Pueblo, que ha admitido a trámite su queja y ha iniciado las averiguaciones pertinentes.

Una mañana del pasado verano (la carta describe el día, la hora y las circunstancias de los hechos, pero este artículo obvia esos detalles para evitar que pueda identificarse a la mujer), Lucía Quiroga acudió a la comisaría de Vallecas para interponer una denuncia por extravío de documentación. Dentro del centro, Quiroga vio entrar a una mujer con su hijo que, en la puerta, cuenta llorando que su pareja ha llegado esa mañana borracho y drogado a casa, que la ha amenazado a ella y a su hijo y que ha roto objetos en casa. Asegura que quiere denunciarle.

Después de un rato en la sala de espera, otro agente la interroga en su mesa. “El cuestionamiento fue brutal. Empecé a escuchar las preguntas que le hacía, todas centradas en ella, que si sabía que él se drogaba, que cuánto tiempo llevaba con él, que si le había golpeado alguna vez y que si sabía como era él que para qué seguía con la relación”, relata Quiroga. Según su descripción de los hechos, la mujer explica sus circunstancias personales y asegura que aunque nunca la ha golpeado directamente sí la ha amenazado, increpado y roto cosas en casa.

“Pues nosotros desde aquí no podemos hacer nada. Drogarse no es delito, y vivir en la casa tampoco, tiene el mismo derecho que usted”, escuchó Lucía, que asegura que el agente en cuestión le aconsejó hablar con su pareja cuando estuviera más tranquilo y que intentara que se fuera de casa. “Ella se fue sin denunciar. Intenté acercarme a ella pero no quiso hablar, se fue con su hijo sin mirar atrás. Me pareció de una desprotección extrema, esa mujer volvía a su casa sin que nadie la hubiera ayudado ni asesorado en nada”, recuerda.

Después de asistir a estos hechos Lucía Quiroga consultó con expertas y abogadas, y dos días después envió una carta a modo de queja al Director General de la Policía, Fransciso Pardo, con copia al Defensor de Pueblo y al Ministerio de Igualdad. Esa misiva, respaldada por la Plataforma 7N Contra las Violencias Machistas y por el Club de las 25, alertaba de la gravedad de que en ese caso no se hubiera puesto en marcha el protocolo policial de atención a mujeres víctimas de violencia de género y exigía una investigación sobre lo sucedido.

La Policía cuenta con un protocolo de actuación para la protección de las víctimas de violencia doméstica y de género. Sobre la actuación en la fase de investigación, el protocolo establece que “desde el mismo momento en que se tengan conocimiento de hechos que pudieran ser constitutivos de infracción penal en materia de violencia de género y doméstica”, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado deben realizar “acciones de averiguación para determinar la existencia y la intensidad de la situación de riesgo” para las víctimas. Los agentes deben, por ejemplo, informar a la víctima de su derecho a la asistencia jurídica, tomarle declaración a ella y a posibles testigos, y recabar información del entorno así como de los servicios sociales o del ámbito escolar.

Un portavoz de la Dirección General de la Policía dice que la queja se tramitó y que la comisaría en particular hizo las gestiones oportunas, que logró contactar con la mujer afectada y que ésta aseguró “que el trato había sido bueno y que no había ningún problema”. No concreta cómo se logró contactar con ella ni si había dejado los datos en comisaría (algo que la testigo que denunció los hechos no vio). A la pregunta de si la comisaría investigó si el protocolo sobre violencia de género se aplicó o no y si se hizo correctamente, eldiario.es no ha obtenido respuesta.

El Defensor del Pueblo ha admitido a trámite la queja de Quiroga. “Se han iniciado actuaciones ante los organismos administrativos competentes”, dice en una carta remitida a la interesada el pasado viernes 28 de septiembre.

“Es muy grave que esta sea la respuesta”

“Es muy grave que esta sea la respuesta que se le da a un mujer que ha dado el paso de poner en conocimiento de la policía este tipo de hechos. Esto nos muestra la importancia de la formación en perspectiva de género de la policía: cuando una mujer relata este tipo de violencia ambiental la labor policial es clave para indagar y detectar más allá. El problema es que para ellos eso no es violencia, es una interpretación de los hechos que niega la violencia de género”, asegura Alba Pérez, abogada de la Plataforma 7N.

eldiario.es se ha puesto en contacto con la Dirección General de la Policía que asegura que ha enviado una respuesta por escrito a quienes interpusieron la queja. Ni Quiroga ni las representantes de los colectivos han recibido nada, aseguran. De hecho, el Defensor del Pueblo, que dio acuse de recibo de la queja, les solicitó el escrito de respuesta de la policía. En un correo electrónico datado hace 15 días, contestaron al Defensor para poner en su conocimiento que no habían recibido escrito alguno.

La abogada Julia Clavero, miembro del Club de las 25, invoca también la necesidad de que las mujeres reciban atención especializada desde el inicio. “Lo ideal es que no la atienda cualquier agente, sino uno especializado en violencia de género. Aquí, por lo que parece, eso es lo primero que está mal hecho. Un agente jamás debe decirle a una mujer ese tipo de expresiones ni preguntas cuando además ella ya ha expresado su voluntad de denunciar. Si está nerviosa o en estado de ansiedad se le puede enviar a un centro de salud o a urgencias para que la atienda un psicólogo y a partir de ahí sentarse con ella el tiempo que haga falta para ver qué cuenta y si lo que ha sucedido ya sucedió antes”, subraya.

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