Será un encuentro histórico. Por primera vez desde que estallara el escándalo de abuso sexuales a menores en la Iglesia española, la Conferencia Episcopal abre sus puertas, en público, a las víctimas de la pederastia, en una reunión, con luz y taquígrafos, de la que darán cuenta a la prensa. Según puede adelantar elDiario.es, el presidente de la CEE, Juan José Omella, se reunirá este miércoles por la tarde con una quincena de miembros de la Asociación Nacional Infancia Robada, que aglutina a supervivientes de la pederastia clerical y de abusos de poder y de otra índole en otros ámbitos de la sociedad.
La reunión se produce después de un progresivo acercamiento del cardenal de Barcelona a los representantes de Infancia Robada, y a diferencia de otras ocasiones (tanto el anterior presidente, Ricardo Blázquez, como el secretario general, Luis Argüello, se han reunido con víctimas en la Casa de la Iglesia), el encuentro se hará público. Tras la reunión, Omella y representantes de la asociación comparecerán ante los medios.
Esta novedad, solicitada explícitamente por las víctimas, supone un cambio en la política comunicativa de la Casa de la Iglesia, que ha sido gestionado directamente por el cardenal Omella. En principio, el purpurado acudirá solo a la reunión. Salvo sorpresa de última hora, no se espera la asistencia del portavoz de la CEE Luis Argüello. Tampoco la de representantes del despacho Cremades & Calvo Sotelo, encargado de la auditoría externa para investigar los abusos a menores en la Iglesia española.
La reunión de mañana contrasta con las palabras del secretario general de la CEE, quien la pasada semana, en rueda de prensa, apuntó que “no se ha planteado” un encuentro con las víctimas en la próxima Asamblea Plenaria episcopal, que se celebrará a finales de abril. Sí señaló Argüello que “el equipo Cremades tiene el deseo de encontrarse con todas las asociaciones y con todas las personas que quieran hacerlo”. Por el momento, Infancia Robada no tiene intención de hacerlo, apuntando a la vinculación del fundador del despacho con el Opus Dei, que todavía no ha condenado ni pedido perdón a la víctima del 'caso Gaztelueta', miembro de la asociación.
Lo que sí han hecho los obispos, y supone una novedad respecto a los últimos meses, es presentar una serie de datos, procedentes de las 202 oficinas que la Iglesia tiene entre diócesis (60) y congregaciones religiosas (142), y que arroja al menos 506 víctimas de abusos –“a las que queremos ofrecer en el futuro reconocimiento y reparación”, señalaron–.
La cifra supone el doble de las reconocidas hace apenas un año que fue de 220 víctimas y que incluye buena parte de las incluidas en el informe de El País. En 2021, además, la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe recibió e investiga 14 nuevos casos, que no han pasado por el tamiz de la Iglesia española.
Entretanto, la otra comisión, liderada por el Defensor del Pueblo, ya ha comenzado sus trabajos de búsqueda y selección de candidatos, de dentro y fuera de la Iglesia, para formar parte del estudio encargado por el Congreso de los Diputados. Gabilondo, que prevé presentar a sus miembros pasada Semana Santa, está tratando de recabar expertos en todos los ámbitos, y dejando claro que no se trata de una “cacería” contra la Iglesia. Pese a ello, no está nada clara la participación de la Conferencia Episcopal, de forma directa, en la misma pues, como añadió Argüello en rueda de prensa, “la Iglesia no es una administración pública” a la que, por ley, el Defensor del Pueblo pueda controlar.
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