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España no gastó ni la mitad del presupuesto de ciencia en 2018

Como lleva ocurriendo año tras año durante casi una década, el estado ha vuelto a dejar sin ejecutar un elevado porcentaje del presupuesto asignado a actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). Según un análisis de los datos publicados el pasado viernes por la Intervención General del Estado, de los 7.003 millones de euros asignados para 2018, solo se ejecutaron 3.278, lo que supone menos de la mitad del presupuesto inicial (46,8%). Con estas cifras, la ciencia se vuelve a convertir en una de las políticas de gasto con menor tasa de ejecución.

Los nuevos resultados, de los que la Fundación Cotec ha publicado hoy su propio análisis, suponen la segunda peor tasa de ejecución desde que se empezó a registrar este dato en el año 2000, solo por detrás del registrado el pasado año, que fue de un 46,6%. Estas dos décimas de subida, que corresponden a una inversión de 238 millones de euros, suponen la primera mejoría desde 2013.

La situación actual contrasta con la primera década de este siglo, cuando la tasa de ejecución en políticas de I+D+I rondaba el 90%. Sin embargo, tras el pico alcanzado en 2009, cuando se ejecutó un 81,6 % de los más de 8.000 millones de euros presupuestados ese año, se ha producido una drástica caída tanto los presupuestos de I+D+i, que hoy se sitúan más de un 30% por debajo de aquellas cifras, como de su ejecución, que está 35 puntos porcentuales por debajo.

El maquillaje de la inversión en ciencia

La principal partida no ejecutada siguen siendo los fondos financieros, esencialmente préstamos y créditos que apenas son utilizados en la investigación pública. La tasa de ejecución de esta partida fue del 19,7%, muy por debajo del 80% alcanzado en 2008, pero un punto y medio por encima del 18,1% ejecutado en 2017. “No ha habido ningún cambio en la política de créditos, que es la principal responsable de la falta de ejecución del presupuesto de I+D”, asegura a eldiario.es el director de la Fundación Cotec, Jorge Barrero.

A pesar de su baja ejecución, los fondos financieros siguen manteniéndose como una parte sustancial del presupuesto de I+D, alcanzando el pasado año el 60% de los fondos totales, lo que supone 10 puntos porcentuales más que en 2008. “Debemos quitar gran parte de estos créditos que sabemos que no se van a utilizar y dejar de utilizarlos para maquillar el presupuesto”, enfatiza Barrero.

La ampliación de estos fondos es la forma que los sucesivos gobiernos han tenido de inflar el presupuesto de ciencia, dado que no están incluidos en el tope que impone el techo de gasto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, ni contabilizan para la determinación del déficit público que debe autorizar la Unión Europea.

Por otra parte, la tasa de ejecución del gasto no financiero, que son aquellos de los que dependen directamente los proyectos de investigación desarrollados en las instituciones públicas, se redujo de un 88,6% a un 87,4%, lo que supone que hubo 352 millones de euros destinados a proyectos de investigación que nunca llegaron a salir de las arcas del Estado.

Los problemas de la Agencia Estatal de Investigación

Desde Cotec también destacan la situación de la Agencia Estatal de Investigación, que ha tenido una tasa de ejecución de un 82%, algo que Barrero considera “preocupante”, dado que este dato indica que el principal organismo de financiación de la I+D+i en España deja sin gastar prácticamente uno de cada cinco euros. “Este dinero es la gasolina del sistema y es inaceptable que en un momento en el que los investigadores necesitan imperiosamente recibir fondos, una quinta parte se quede en el camino”, afirma Barrero.

El director de Cotec recuerda, además, que la agencia estatal se creó precisamente para tratar de agilizar la disponibilidad de fondos para los investigadores. “Ya bastantes problemas tienen los investigadores para conseguir fondos, así que si la institución encargada de hacérselos llegar también tiene problemas, estamos ante una tormenta perfecta”. Ante esta situación, el pasado mes de enero, el recién nombrado presidente de esta institución aseguraba a este diario que uno de sus objetivos es que los recursos terminen llegando a los investigadores.

Con estos datos ciencia se sitúa como la segunda política de gasto con menor tasa de ejecución, tan solo superada por Comercio, Turismo y Pymes, que ejecutó un 43,4% de lo inicialmente presupuestado. Además, estas dos partidas son las únicas cuya ejecución quedó por debajo del 75% en 2018. En el otro extremo de la tabla, con tasas de ejecución por encima del 90%, aparecen las políticas de Pensiones, Defensa, Justicia y Seguridad ciudadana.