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Dar el pecho a un bebé en público: ¿qué problema hay?

Una madre amamanta a su bebé. \ Anton Nossik (Wikimedia Commons).

Sofía Pérez Mendoza

La expulsión de Carmen Vega, una madre sevillana, de una tienda de la conocida cadena de ropa irlandesa Primark cuando daba el pecho a su hijo ha servido para destapar otros casos similares y ha abierto el debate sobre la pertinencia de amamantar a los bebés en público. En España, al contrario que en otros países, el derecho a dar de mamar en lugares públicos no está amparado por ninguna legislación. Por tanto, existe un vacío legal que en ocasiones resulta problemático, ya que la actuación de los establecimientos (cafeterías, museos, tiendas...) se basa exclusivamente en su política de admisión.

Existe, por lo general, una falta de costumbre de ver a mujeres dando el pecho en público. “Se considera que amamantar es obsceno”, explica Araceli Pérez, una psicológa que ha trabajado como voluntaria en la Liga de la Leche asesorando a madres lactantes. Por esta razón, prosigue Pérez, “muchas personas entienden que las mamás deben hacerlo en privado, dentro de los muros del hogar que aislan al bebé y a la madre”, lo que dificulta la participación de la mujer en la vida pública y activa. Cuando se abre este debate, quienes se muestran críticos con la reivindicación del derecho de las madres a amamantar a sus bebés fuera del hogar suelen argumentar que no por el hecho de ser algo natural, debe hacerse en público.

Esta misma justificación fue la empleada por Primark para expulsar de su establecimiento a Carmen Vega el pasado 10 de agosto. La afectada ha contado a eldiario.es que, pocos minutos después de entrar al local, fue interpelada por el guardia de Seguridad. “Esta persona, apelando a la política de empresa, me invitó a abandonar la tienda porque podía ofender al resto de clientes”, explica Vega.

El caso de Carmen ha funcionado como efecto llamada para otras mujeres que también han pasado por situaciones similares. A través de las redes, se ha conocido que en 2011 sucedió algo parecido en un establecimiento de la misma cadena en Jerez y, un año después, en Valencia -con un bebé de tan solo 15 días- y en Murcia. Una denuncia que ya trascendió fronteras en 2010, cuando una madre de Reino Unido fue expulsada de una tienda Primark por el mismo motivo. En esta ocasión, la presión social fue tan fuerte que la empresa se vió obligada a pedir disculpas.

El mismo 12 de agosto, tras el tuit de Vega, se puso en marcha un grupo de Facebook que ha funcionado como herramienta para la convocatoria de una reunión de madres a las 19.00 de este viernes en varios centros comerciales frente a las tiendas. Aunque por redes estas concentraciones se han denominado “tetadas”, Carmen puntualiza: “No vamos a quedar todas a una hora para sacarnos una teta. Si es que algún bebé lo demanda, se le dará de mamar”. El motivo fundamental de las reuniones es la entrega de una carta a cada una de las tiendas de la cadena Primark para “pedir que la empresa se manifieste, dé la cara y pida disculpas”. Además, “queremos aprovechar este momento para normalizar la lactancia materna en público. El bebé tiene derecho a ser alimentado en cualquier lugar”, manifiesta la madre afectada.

En respuesta a la polémica, Primark ha emitido un comunicado en el que lamenta el malentendido que se ha generado sobre el tema. “Nuestro personal estaba simplemente tratando de proporcionar información acerca de la disponibilidad de espacios dentro del centro comercial para garantizar la seguridad y comodidad de la madre y del niño”, ha manifestado la empresa. En el texto, la cadena irlandesa expresa que su política “no prohíbe a las madres lactantes dar el pecho” y que “cualquier cliente pude solicitar una zona tranquila y privada dentro de la tienda”. En su web, sin embargo, la única referencia a la citada política de empresa es una declaración de intenciones que reza que “la compañía no admite la discriminación de personas en ningún caso”.

Las reivindicaciones de las organizaciones 'lactivistas' apelan al derecho del bebé a ser alimentado a demanda en cualquier lugar y momento. Ante el vacío legal, las asociaciones toman como referencia acuerdos internacionales que se han desarrollado para proteger la lactancia en países en vías de desarrollo. Allí, como manifiesta Araceli Pérez, la protección de los derechos de las madres lactantes “salva vidas y protege de la invasión de la industria de la alimentación infantil”. En los países más desarrollados, sin embargo, “el impacto social de las políticas de protección, promoción y apoyo a la lactancia no es tan claro y su acción no parece tener alcance más allá del ámbito sanitario y laboral”.

Rompiendo la tendencia, en lugares como Gran Bretaña o Estados Unidos sí se han aprobado leyes que describen específicamente la prohibición de amamantar en público como discriminación a la mujer. En su segundo capítulo, la Ley de Igualdad británica (2010) contempla como discriminación el trato desfavorable a una mujer por el hecho de estar dando el pecho a su bebé. No obstante, una encuesta del Departamento de Salud realizada en 2004 concluyó que a un 67% de las madres les preocupa la opinión de aquellos que cuestionan lo apropiado de dar el pecho fuera del hogar. Estados Unidos, por su parte, aprobó una ley federal que ampara a las madres lactantes pero que solo es aplicable a las instalaciones del gobierno federal. Esta legislación no es, por tanto, válida en lugares de propiedad privada como restaurantes o tiendas.

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