Ocho mujeres inician una huelga de hambre en la Puerta del Sol contra la violencia machista

Con zapatos rojos y esquelas con los datos de las últimas víctimas de la violencia machista. Así ha amanecido este viernes la Puerta del Sol de Madrid, con un grupo de mujeres que, desde la noche anterior, han iniciado una huelga de hambre para denunciar el maltrato y obligar al Gobierno a “asumir la violencia machista como una cuestión de Estado”.

Las ocho mujeres, que pertenecen a la asociación Velaluz, recogen firmas en la céntrica plaza madrileña con el objetivo de “garantizar una adecuada protección a las víctimas en el marco de la violencia de género”. Por el momento, su campaña online en Change.org ya ha superado el millar de apoyos.

Las huelguistas han instalado una caseta en el centro de la plaza y frente a ella, en el suelo, han colocado los zapatos y las esquelas formando el símbolo de la paz. La protesta de los zapatos tintados de rojo llegó hace un par de años a las ciudades españolas. La iniciativa, de dimensión internacional, fue impulsada en Ciudad Juárez por una mujer cuya hermana fue asesinada por su marido.

Desde la asociación señalan que no ponen fecha límite a su protesta en la Puerta del Sol. Se trata de una “estancia indefinida”, han afirmado. La misma organización ha llevado a cabo la misma acción en otras ocasiones en Galicia y en la capital, donde inició otra huelga de hambre en noviembre de 2015, también en la plaza madrileña, que duró 15 días. La protesta coincidió con el 7N, la multitudinaria marcha que exigió considerar la violencia de género como cuestión de Estado.

Incluir la figura del feminicidio

Las mujeres aseguran que han pedido permiso al Ayuntamiento de Madrid, que se lo ha concedido por 15 días, prorrogables a un mes. “Entendíamos que teníamos que hacer algo contundente en un sitio visible. Lo que no podemos permitir es que cada cuatro días una mujer sea asesinada. Queremos que otras mujeres se animen a acampar”, señala Gloria Vázquez, presidenta de Velaluz.

En un manifiesto de 25 puntos, la organización solicita al Gobierno que impulse una ley especializada en base a cada tipo de maltrato y en la que se contemple, entre otras cuestiones, la figura de feminicidio o el reconocimiento de las víctimas de la violencia machista como víctimas del terrorismo. También solicitan la pérdida del derecho a visitas y de la patria potestad para los condenados por maltrato.

También se refieren a la subcomisión de violencia de género que ha sido impulsada en el Congreso de cara al futuro pacto de Estado y que invitará a 60 comparecientes para ofrecer sus propuestas. “Entendemos que en ella deberían tener representación las propias víctimas de violencia de género. No se entiende que una subcomisión así esté impulsando el silencio”, sostiene Vázquez.

La petición con el manifiesto que recoge las propuestas de la organización ya ha sido entregada a varias formaciones políticas, así como a dirigentes del Gobierno y la oposición. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, o las cuatro fuerzas mayoritarias en el Congreso y sus líderes son algunos de los elegidos por la organización Velaluz para hacer llegar su mensaje.

Ayuda por orfandad

A la campaña para visibilizar la violencia de género se ha sumado este viernes la hermana de una víctima de la violencia machista. “Mañana hace un año que asesinaron a mi hermana. Hoy vengo sobre todo para visibilizar el abandono por parte de las instituciones en el momento en que una mujer va a pedir ayuda”, señala Martina Gómez.

Solicita que las instituciones se comprometan con el problema y que atiendan las peticiones de Velaluz. Especialmente aquellas que atañen a los hijos de las asesinadas por violencia machista, como es su caso. Para ellos pide que se reconozca el 100% de la orfandad y no una pensión en función de la cotización de la madre, como se viene aplicando hasta la actualidad.

“La violencia machista debe convertirse en una cuestión de Estado. Las vidas de las mujeres no pueden en ningún momento depender de decisiones políticas, hablamos de vidas”, explica Gómez.