Un consorcio multidisciplinar europeo de 20 universidades, ONGs, empresas y pescadores de doce países han puesto en marcha el proyecto AMBER, dotado con 6,2 millones de euros hasta 2020 y que incluye la elaboración en España de un inventario de presas y barreras artificiales construidas en los cauces.
Bajo el lema: “Déjalo fluir: ríos abiertos para la gente y la vida salvaje”, el proyecto Adaptive Management of Barriers in European Rivers (AMBER) que ha sido presentado hoy en una jornada en la sede de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) en Madrid.
El proyecto promueve la adaptación de presas y barreras artificiales que se han construido en los ríos y sus cuencas con el fin de mejorar la continuidad y el estado ecológico de los cauces, de forma que sea compatible reducir el impacto ambiental con los beneficios económicos de la explotación del agua.
El Comisario de Aguas de la CHT, Ignacio Ballarín Iribarren, quien ha inaugurado la jornada, ha explicado que en España existe la necesidad de “hacer un inventario nacional de las barreras en los ríos”, y que sin llegar a “maximalismos de que las presas son intocables, hay que eliminar o impermiabilizar las que han dejado de servir”.
AMBER inició sus trabajos en junio pasado y tendrá vigencia hasta mayo de 2020, con un presupuesto de 6,2 millones de euros financiados por el programa H2020 de Investigación e Innovación de la Unión Europea (UE).
En España, AMBER está liderado por la Asociación para el Estudio y Mejora de los Salmónidos (AEMS) Ríos con Vida y la Universidad de Oviedo, que han organizado la presentación junto a la holandesa World Fish Migration Foundation (WFMF) y con el patrocinio de la CHT y el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
El secretario general de AEMS Ríos con Vida y coordinador general de AMBER, César Rodríguez Ruiz, ha dicho a Efe que la primera tarea a realizar es la elaboración del inventario de las barreras y lo que significa su impacto ambiental en toda la Península Ibérica, incluido Portugal.
“En España hay al menos 26.000 barreras según la información de las confederaciones hidrográficas, pero pueden ser más, que vienen de muy atrás, e infraestructura muy obsoleta que podría tener soluciones baratas”, ha afirmado Rodríguez, y, ha añadido, que “hay mucho trabajo por hacer como restaurar el flujo de los ríos para mejorar su estado ecológico”.
Cada comunidad autónoma tiene su inventario de presas y minicentrales, pero es “información muy dispersa, con datos muy desiguales y heterogéneos”, por ello es “un esfuerzo muy importante para adelantar en Europa”.
Ha hecho hincapié en la necesidad de valorar los costes y beneficios sobre la acumulación de infraestructuras caducas y de la valoración ecológica, “no es una situación negativa, pero hay mucho trabajo atrasado”, ha concluido.
El profesor de la Universidad de Oviedo, Eduardo Dopico Rodríguez, ha dicho que ocho personas, entre biólogos y educadores del centro, trabajan en la elaboración del inventario de barreras, en el ADN ambiental para la evaluación de la fauna y algas y en la programación de una herramienta socio educativa.