Un centenar de firmas piden un memorial en el Parador de San Marcos de León, antiguo campo de concentración franquista
El Parador de San Marcos de León, recién reabierto, fue entre 1936 y 1940 uno de los campos de concentración franquista “más letales y terribles”, donde se asesinó, torturó y 'reeducó' a miles de presos. Por eso más de un centenar de personas han firmado en las últimas veinticuatro horas un manifiesto, encabezado por el poeta leonés Antonio Gamoneda, Premio Cervantes, en el que instan a Paradores a instalar un memorial permanente como homenaje a las víctimas que allí sufrieron violaciones sistemáticas “de los más elementales Derechos Humanos”.
El texto, titulado Una puerta a la memoria: Parador Hostal San Marcos de León, está firmado por escritores como Almudena Grandes, Julio Llamazares o Manuel Rivas, por músicos como Santiago Auserón o Ismael Serrano, por historiadores como Secundino Serrano, autor de Las heridas de la memoria, Juan Carlos García Funes, de la Universidad Pública de Navarra, Ana Martínez Rus, de la Universidad Complutense, Javier Rodríguez González, profesor Titular de Historia Contemporánea en la Universidad de León, Francisco Carantoña Álvarez, catedrático en la misma universidad, Wenceslao Álvarez Oblanca, autor con Víctor del Reguero del libro La Guerra Civil en León, Antonio Castillo Gómez, catedrático de la Universidad de Alcalá, Ricardo Robledo, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona o Ángel Luis López Villaverde, de la Universidad de Castilla-La Mancha, entre otros.
También lo suscriben la presidenta de la Fundación José Saramago, Pilar del Río, Aurora Fernández Polanco, profesora titular de Historia del Arte en la Universidad Complutense, Ángel del Río, profesor de Antropología Social en la Universidad de Sevilla, actores, actrices y cineastas como Carlos Bardem, Almudena Carracedo, Sergio Peris-Mencheta, Nathalie Poza, Juan Diego, Pilar Bardem o Juan Diego Botto, así como decenas de ciudadanos de otros ámbitos profesionales, muchos de ellos procedentes de León.
En él señalan que es “un deber de responsabilidad civil recordar a las víctimas inocentes de la barbarie y los crímenes de lesa humanidad en aquellos espacios donde sucedieron hechos execrables y atentatorios contra la dignidad humana”. Por ello, prosiguen, “estimaríamos como un menosprecio a la memoria ética de la ciudadanía el intento de tratar como mero suceso episódico la utilización, tras el 18 de julio de 1936, del edificio que hoy es Hostal de San Marcos, instalando la tortura y el asesinato, mediasen o no las sacas del amanecer hacia otros lugares, de miles de demócratas españoles”.
“Creemos que tan significativos sucesos históricos no pueden continuar siendo invisibilizados. Con una voluntad que mantendríamos en términos más rigurosos, pedimos que se emplace de forma inmediata, en debida reparación a cuantas personas padecieron las trágicas consecuencias del autoritarismo, un memorial que conmemore, en permanente y público reconocimiento, a quienes allí padecieron la violación irreversible de los más elementales Derechos Humanos”, añaden.
Por último los firmantes advierten contra el negacionismo y el olvido: “Pensamos, en consecuencia, al sostener esta demanda, que la dignidad y la memoria de sus vidas ha de prevalecer, por encima de cualquier otra ocasional consideración, contra todas las formas de daño que supone el negacionismo y el olvido de la atrocidad franquista”.
Entre los firmantes hay decenas de ciudadanos leoneses, como el propio Gamoneda o el poeta Juan Carlos Mestre, los escritores Rogelio Blanco, Noemí Sabugal o Sol Gómez Arteaga, el fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, los periodistas Jesús Maraña, Olga Rodríguez, Eloísa Otero, Carlos Fidalgo y Ana Gaitero, entre otros. También lo suscriben los periodistas Rosa María Artal, Javier Gallego 'Crudo', Carlos Hernández, autor del libro Los campos de concentración de Franco, Ana Pardo de Vera, Antonio Maestre o Fernando Berlín.
San Marcos reunió los elementos más perversos de los campos de concentración: enfermedades, falta de asistencia médica, torturas, humillaciones. Como en tantos otros lugares, sus archivos desaparecieron, por lo que no hay cifras exactas de presos y fusilados, pero diversos investigadores calculan que por allí pasaron al menos 15.000 personas. Entre 1.500 y 2.900 murieron por enfermedades o maltrato, fueron fusilados con sentencia o paseados, ese eufemismo empleado para referirse a los asesinatos extrajudiciales. Además, fue uno de los pocos campos de concentración que tuvo mujeres prisioneras.
Por todo ello la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) pedía la pasada semana a Paradores que coloque una placa visible en un lugar destacado del Parador de San Marcos, en homenaje a las víctimas de aquél lugar, cuyo pasado es desconocido aún para mucha gente. A la iniciativa de la ARMH se suma ahora la de este manifiesto ciudadano que seguirá recogiendo firmas en los próximos días.
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