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En el año 2020 fallecieron en España 494.000 personas, la cifra más alta del último siglo. Son aproximadamente 70.000 fallecimientos por encima de lo habitual, la mayoría causados por la COVID-19, cuya peor etapa se produjo en ese periodo. Los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran el detalle hasta ahora inédito de este exceso de mortalidad en cada uno de los 8.131 municipios del país.
Por ejemplo, solo en la ciudad de Madrid fallecieron hasta 9.800 personas más (+33%) que la media de años anteriores. En Barcelona se registraron 3.500 muertes (+21%) por encima de lo normal. En Zaragoza, 1.300 (+20%).
Este esbozo del impacto de la pandemia contabiliza por primera vez en cada municipio las muertes oficiales como aquellas que nunca se incluyeron por no tener una prueba positiva, según el análisis realizado por elDiario.es a partir de los datos del INE.
El siguiente mapa muestra el exceso de muertes por localidad de residencia en 2020 en comparación con la media de 2015 a 2019, ajustando en cada año según el número de habitantes. Los municipios en gris registran un defecto de mortalidad. Es decir, menos muertes de lo habitual.
Las diferencias en el impacto de la mortalidad de la crisis del coronavirus son palpables entre comunidades autónomas, pero más aún entre municipios.
Entre las grandes ciudades, el epicentro de la pandemia se ubica en el municipio de Leganés, la ciudad con mayor exceso de mortalidad en toda España. En 2020 murieron 2.175 personas en el municipio cuando lo normal son 1.300 fallecimientos. Es decir, la mortalidad subió un 67% en 2020.
El hospital Severo Ochoa de esta localidad fue uno de los primeros en colapsar durante el confinamiento: “Estamos en una situación dramática. En urgencias había este miércoles 200 personas a las que no se podía atender. La gente llorando”, relató en marzo a elDiario.es un facultativo del hospital.
La Comunidad de Madrid monopoliza el ranking de ciudades de más de 20.000 habitantes que más exceso de mortalidad registraron. Ocho de las diez ciudades con mayor sobremortalidad respecto a años anteriores están en Madrid. Además de Leganés, Tomelloso (Ciudad Real), Alcalá de Henares (Madrid), Mejorada del Campo (Madrid) y Alcorcón (Madrid) completan las cinco primeras posiciones del listado de municipios donde más subieron las muertes sobre la media de 2015 a 2019. Entre los municipios con más exceso de muertes en 2020, también aparecen algunas capitales de provincias como Albacete o Segovia.
Hay que tener en cuenta que estas cifras de muertes dibujan una imagen más completa de la mortalidad que el primer mapa de fallecidos con un test positivo en una prueba analítica publicado por elDiario.es en marzo de este año.
Estas nuevas cifras incluyen también a los fallecidos con COVID-19 que murieron en casa o en una residencia sin una PCR realizada durante el colapso sanitario de primavera. La comparación con otros indicadores de mortalidad señalan que pudieron fallecer entre 15.000 y 20.000 en España a causa del coronavirus sin figurar en las cifras oficiales por la falta de pruebas diagnósticas en los primeros meses de la pandemia.
Además de los lugares donde la mortalidad se disparó por la pandemia, una pequeña parte del territorio registró un defecto de mortalidad. Esto es, menos muertes que lo habitual en el municipio. Son los casos de decenas de municipios turísticos que tienen a muchos extranjeros empadronados como La Oliva (Fuerteventura), Maó (Baleares), Ayamonte (Huelva) o Adeje (Tenerife).
En Adeje, donde se detectó el primer gran brote de la pandemia en España antes del confinamiento de marzo, fallecieron 199 personas en 2020. Un 12% menos que la media de años anteriores. Esta es la localidad de más de 20.000 habitantes con más porcentaje de población residente nacida fuera de España.
El exceso se dispara en grandes ciudades y zonas rurales
El coronavirus fue más letal en las grandes ciudades y en las zonas rurales. En concreto, las mayores cifras de exceso de mortalidad se registraron en las ciudades de más de 500.000 habitantes y los pueblos con menos de 500 residentes, según los datos de muertes con COVID-19 confirmado analizados por elDiario.es.
La primera ola de la epidemia fue especialmente dura en las grandes ciudades, donde el coronavirus se expandió más rápido por su mayor densidad de habitantes y por la movilidad de su población. Las seis ciudades más pobladas de España registraron un exceso de mortalidad del 23% en 2020.
La situación, sin embargo, se invierte a partir del verano, tal y como confirman otros registros de mortalidad. Los mayores niveles de mortalidad en la segunda ola y parte de la tercera se alcanzaron en los municipios más pequeños y envejecidos. Entre las localidades de menos de 500 habitantes, la mortalidad subió hasta un 21% respecto a la media de años anteriores.
Muchos de los municipios donde más se ha disparado la mortalidad son localidades pequeñas en las que un aumento de 2, 3 o 4 fallecimientos supone duplicar la mortalidad sobre lo habitual en el pueblo. Es el caso de Hinojal, un pequeño pueblo de Cáceres, donde fallecieron 21 personas en 2020, el triple que la media de años anteriores.
La virulencia de la primera ola en las grandes ciudades se muestra en los datos de fallecimientos mes a mes. En muchas ciudades de Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León la mortalidad se dispara especialmente entre marzo y abril de 2020. Es el caso de ciudades como Alcalá de Henares, Valdemoro o Leganés donde la mortalidad en el mes de marzo se multiplicó por 4, 5 y hasta 6 veces la media mensual de los años anteriores.