ENTREVISTA

Raquel Hurtado, experta en salud sexual: “El condón se usa menos y la idea de invulnerabilidad se ha extendido”

Con las infecciones de tranmisión sexual en cifras récord y la alarma social por el porno, este podría ser el momento estrella de la educación sexual. No parece, sin embargo, que ese sea el caso. La vicepresidenta de la Federación de Planificación Familiar-SEDRA, Raquel Hurtado, traza un panorama en el que las administraciones podrían estar haciendo mucho más. En cuanto a educación, pero también en atención a la salud sexual: el último informe de SEDRA, publicado esta semana, muestra un mapa desigual en el acceso a la anticoncepción de larga duración y a la píldora de emergencia.

¿Cuál es la situación de la atención a la salud sexual y la anticoncepción en las diferentes comunidades?

En términos generales, diría que España tiene una nota mejorable. En cuanto nos asomamos un poco al mapa vemos tres realidades muy distintas. Una de comunidades autónomas que lo están haciendo muy bien y que en los últimos años se han puesto las pilas; otras comunidades, que además coincide que son grandes y con muchísima dispersión geográfica e inequidad territorial, donde las cosas se están haciendo mal en términos de pasividad. Es decir, no están implementando ningún tipo de mejoras o en el intento de traspasar las competencias al circuito de atención primaria están eliminando los centros específicos y teniendo muchos problemas. Y luego hay comunidades autónomas que están en el medio: trabajando para hacerlo mejor y copiando modelos que están funcionando.

¿Qué comunidades estarían en cada grupo?

En el grupo de las peores está el País Vasco y las dos Castillas. En el grupo de las mejores están Aragón, La Rioja y Cataluña, con modelos además que son muy diferentes entre ellos y que nos muestran que no hay una única forma de hacerlo bien. En el grupo de las que están tendiendo a la mejora está el Levante.

En la medida en la que garantizamos que las mujeres no tienen que pagar por el acceso a la anticoncepción estamos haciendo que la calidad de la atención sea mejor

¿Y a qué se deben esas diferencias entre comunidades?

Tiene que ver con la voluntad para poner sobre un papel la política concreta, y que ese papel diga cómo se hacen las cosas, cómo se reparten las funciones y cuál es el circuito. Por otra parte, hay que garantizar que ese circuito funciona adecuadamente, algo que también tiene que ver con la capacitación de los profesionales. Es decir, hay comunidades autónomas en las que las competencias no están tan definidas o los profesionales no están tan formados y eso hace que la atención dependa del criterio, la voluntad o los conocimientos de quien te atiende, y eso es un problema.

Hay otro punto clave, que tiene que ver con la accesibilidad a la información, a la anticoncepción de urgencia y a los métodos anticonceptivos de larga duración que no están financiados por el Sistema Nacional de Salud. En la medida en la que garantizamos que las mujeres no tienen que pagar por el acceso a la anticoncepción estamos haciendo que la calidad de la atención sea mejor.

Dicen ustedes que la mejor puerta de entrada a la salud sexual es la atención primaria, ¿por qué?

La atención primaria es un circuito grande, no son solo los centros de salud. En muchas comunidades autónomas en las que hay servicios específicos, también dependen de atención primaria. Entonces, cuando decimos que la mejor puerta de entrada es la atención primaria lo que queremos decir es que la mala puerta de entrada es la atención especializada.

Cuando necesitas que el ginecólogo o la ginecóloga te vea para hacerte la receta de un método anticonceptivo o para ponerte uno, lo que se produce son larguísimas listas de espera de seis o diez meses en los que pueden suceder muchas cosas. Cuando atiendes desde los espacios en los que hay tiempos, bien sea en servicios específicos, bien sea en la consulta de la matrona, que además viene con información y con formación incorporada, hay muchas posibilidades de que la atención a la anticoncepción se resuelva fácilmente.

¿Deberían existir centros especializados en salud sexual en todos los territorios?

No soy partidaria de que haya servicios específicos para todas las áreas, pero sí que es verdad que la salud sexual tiene los suficientes elementos para que tenga interés tener esa red de centros donde se puedan atender muchas de las cuestiones, desde el aborto, la conexión con la educación sexual, las consultas sobre sexualidad y lo íntimo, que a muchas personas les supone un problema preguntar a su médico o médica...

Reivindican la figura de las matronas, ¿están 'infrautilizadas' en este sentido, son ellas quienes podrían jugar un papel clave en la atención a la salud sexual?

Nos lo dice el estudio: en muchas comunidades autónomas están muy infravaloradas, también en el imaginario social. Cuando pensamos en las matronas pensamos en profesionales que atienden cuestiones relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio, pero es que estas profesionales tienen muchísimas competencias.

En algunas comunidades se ha dicho activamente que no se va a apoyar la educación sexual y que se va a acabar con estructuras de atención. Ahí hay una intención política clara. Luego hay comunidades autónomas donde hay una falta de conocimiento brutal

Lo vemos también en quienes están matriculadas en las formaciones de posgrado, en las formaciones que se nos demandan... hay muchos grupos de matronas muy interesadas en la atención de la sexualidad, de hecho hay muchas que son sexólogas. Ahí creo que hay un espacio muy interesante de atención que está muy infravalorado y donde no es necesario poner tanto recurso formativo porque ya vienen con con la formación.

Cuando hablan de la importancia de la voluntad política, ¿en qué se traduce y por qué sucede, es solo por dejadez o es una cuestión ideológica?

Hay situaciones de todo. En algunas comunidades autónomas se ha dicho activamente que no se va a apoyar, que se va a censurar, que se va a acabar con estructuras de atención o de educación sexual, también por supuesto a poner trabas a la interrupción del embarazo. Ahí hay una intención política clara. Luego hay comunidades autónomas donde hay una falta de conocimiento brutal y, de hecho, lo hemos visto en las entrevistas para nuestro último informe.

Aparece en el informe que hay tres comunidades que no dan de forma gratuita la píldora de emergencia: Murcia, Canarias, y Castilla-La Mancha, y Madrid solo en los centros comunitarios. ¿Están incumpliendo la ley de salud sexual, que habla de dispensar esta anticoncepción gratis?

Aquí tenemos un problema con cuánto aparece detallado en la ley y con cómo puede ser que un año después no tengamos una estrategia de salud sexual y reproductiva que la ponga en marcha. Lo que dice la ley sobre esto es un párrafo y se puede interpretar de muchas formas. Dice que la anticoncepción de urgencia tiene que ser dispensada en los centros del Sistema Nacional de Salud. Un centro del Sistema Nacional de Salud es un servicio de urgencias, o atención primaria, o un servicio específico.

En Canarias, por ejemplo, se supone que la administran gratis en urgencias, pero cuando hemos hecho las entrevistas hemos encontrado que si acudes porque se te ha roto un preservativo no te atienden. Para nosotras atender solo cuando existe una agresión sexual claramente no es una buena prestación del servicio y es insuficiente.

¿Las mujeres pueden acceder a anticonceptivos de larga duración de manera gratuita en todas las comunidades?

Solo en algunas la gratuidad es universal para todas las mujeres. En otras la gratuidad es para algunos métodos, y en algunos lugares está relacionada con factores de vulnerabilidad. El peor escenario es cuando depende del área sanitaria o del centro de salud.

En algunas comunidades autónomas lo que nos ha pasado al entrevistar a clínicos y clínicas es que nos decían que si no sabían si esa persona iba a poder acceder a ese método o no pues ni siquiera lo incluían como parte del repertorio dentro del consejo anticonceptivo

Por ejemplo, en el País Vasco, en algunos centros de salud se está dispensando de forma gratuita y en otros no. En Castilla y León ocurre exactamente lo mismo. En Madrid, donde la gratuidad está vinculada a criterios de vulnerabilidad sucede que, en un momento determinado, alguien se da cuenta de que esos implantes subcutáneos se van a caducar y de repente en lo que queda de año le ponen a todo el mundo que quiera implantes gratis.

En 2022 una investigación señalaba que España era, con Portugal, el país de Europa con una tasa de anticonceptivos modernos más baja, ¿tiene que ver con esta inequidad?

Si, la accesibilidad a la información también tiene que ver con eso. Si yo ni siquiera sé que ese método existe o que me lo pueden poner gratis, no lo voy a pedir. En algunas comunidades autónomas lo que nos ha pasado al entrevistar a clínicos y clínicas es que nos decían que si no sabían si esa persona iba a poder acceder a ese método o no pues ni siquiera lo incluían como parte del repertorio dentro del consejo anticonceptivo.

Tenemos mucha narrativa en consulta de gente que no ha utilizado preservativo porque no se ha atrevido a decirle a la otra persona que no quería tener la relación sin él

O si los profesionales de atención primaria, que tienen muchos frentes, no tienen formación específica pues igual directamente te recetan la píldora porque es el marco en el que se encuentran más seguros y así evitan que tengas que esperar diez meses para ir a ginecología.

Las infecciones de transmisión sexual han crecido mucho y están en tasas récord, especialmente entre la gente joven pero no solo. ¿Por qué? ¿Qué está pasando?

Por una parte creo que hay una sensación de invulnerabilidad que, además, en el caso de la gente joven, conecta con sus características de desarrollo evolutivo. Y esa sensación se ve muy favorecida porque en nuestro país ha dejado de haber campañas informativas y de sensibilización grandes y que además tengan un tono adecuado. O no conectan con la realidad de las personas jóvenes o les infantilizan o tratan de tener un tono que no cuadra.

Tampoco ha habido buen tino por parte de las administraciones públicas autonómicas, que podrían estar también haciendo trabajo de sensibilización, pero creo que el principal componente tiene que ver con la cuestión del acceso a la educación sexual.

Hay mucha educación sexual que está pensada desde el foco de, por ejemplo, aprender a poner un preservativo, que quizá es algo más resuelto para la gente joven. Pero no estamos generando un espacio de adquisición de competencias para otras cosas que son justamente las que luego las personas jóvenes nos indican que les dan problemas.

Por ejemplo, si no tienes muchas competencias interpersonales, sociales, de comunicación, de negociación, es más difícil que puedas proponer el preservativo, o decir que no a una relación sin condón. De hecho tenemos mucha gente que cuenta en consulta que no ha utilizado preservativo porque no se ha atrevido a decírselo a la otra persona o que ha anticipado un montón de de problemas –'se va a enfadar, va a montar un pollo, me va a culpar'–.

Tenemos un problema con la detección temprana de infecciones y esto tiene mucho que ver con los circuitos sanitarios: hay muchas personas que asumen riesgos y que luego o no saben a dónde ir

Entonces, ¿estamos poniendo el foco en la gente joven cuando el problema está en otro lado, en lo que la sociedad está o no haciendo con su educación sexual?

Sí, parece que la gente joven lo hace todo fatal, y no. En términos generales se está utilizando menos el preservativo y la sensación de invulnerabilidad se ha extendido a toda la población. Luego tenemos un problema con la detección temprana de infecciones y esto tiene mucho que ver con los circuitos sanitarios.

Es decir, hay muchas personas que asumen riesgos y que luego o no saben adónde ir, el tiempo se dilata y la gente empieza a autoconvencerse de que tampoco fue para tanto, de que no hay tantas posibilidades, y todo eso puede aumentar la cadena de transmisión. España tiene un retraso diagnóstico brutal.

Siento que mucho del rechazo que hay de no hacer educación sexual con niños y niñas pequeños tiene que ver con no entender que la educación sexual precisamente va de dar herramientas que sirven para la vida. Me parece súper perverso que desde la mirada adulta estemos poniéndole a la gente joven la mochila enorme de tener que negociar y de comunicar cosas que que luego no estamos ofreciendo.

El Ministerio ha anunciado una partida presupuestaria para financiar condones para gente joven, aunque aún está por ver de qué manera se concreta. ¿Es esa una solución eficaz y adecuada?

A mí dar preservativos me parece siempre bien, creo que tienen que estar disponibles y que nadie tendría que pagar por ellos. Me preocupa cómo se va a garantizar ese acceso, o sea, de cuántos preservativos estamos hablando, dónde van a estar y cómo se distribuyen. La campaña debería ayudar a normalizar la conversación sobre sexualidad con la gente joven.

Podríamos tener en mente también que hay otro montón de prácticas que son interesantes y satisfactorias, además del coito, por ejemplo. O podríamos darle herramientas a la gente joven para saber qué pueden hacer si no tienen un preservativo. Si eso no está en el paquete, al final hay un montón de gente joven que tiene una especie de checklist vital donde la penetración y las prácticas genitales están ahí, se las tienen que quitar cuanto antes de la lista, en plan 'esto ya está, ya no soy un paria'.

Hay mucha investigación que nos dice que cuando hay educación sexual la gente retrasa los encuentros con penetración, no porque le estemos diciendo a la gente que tiene que tener relaciones más tarde, sino porque son más capaces de salirse de ese checklist relacionado con las normas sociales y atender más a sus deseos, vivencias, marco de valores, de decisiones. Entonces me parece genial dar preservativos en 2024, pero hay otras cosas que hacer y que son responsabilidad política.

¿Cómo describiría la educación sexual en España?

Si cogemos la eterna metáfora de lo educativo, sería la asignatura pendiente o España suspende en educación sexual. Pero es importante partir de lo positivo: que hay comunidades autónomas que se han puesto las pilas. Igual que con la anticoncepción, hay muchos modelos distintos de educación sexual: hay comunidades autónomas en las que son las enfermeras quienes van a los centros escolares y entonces ahí podríamos decir que suele haber un tono muy sanitario y menos de las vivencias, en otras la educación sexual es coeducación, que es fenomenal, pero que igual debería introducir otras cuestiones...

Pero la norma es el taller de dos sesiones de 50 minutos de duración en tercero y cuarto de la ESO, a criterio del municipio o del centro, con total desconexión del resto del currículum escolar, con total desconexión del resto de la vida y del papel del profesorado.

Me parece genial dar preservativos en 2024, pero hay otras cosas que hacer y que son responsabilidad política.

¿Desde cuándo debería estar presente la educación sexual, tanto en el sistema educativo como en la familia, y qué ingredientes debe tener?

Tiene mucho que ver con acompañar al hijo o hija en su crecimiento y, de paso, ir nutriendo su autoestima. Voy ayudándole a que se conozca, a que se acepte, a que entienda cómo es el mundo, cómo son las relaciones, cuáles son sus límites... Las familias responden a las primeras preguntas y muchas sienten que hacer educación sexual pasa porque sus hijos e hijas explícitamente les cuenten cosas de su vida privada.

Y en realidad tiene que ver con que tú estés ahí con la puerta abierta para cuando tu hija o tu hijo te necesite. Además, las familias van construyendo desde el nacimiento un sistema de valores y de creencias que es fundamental para que la gente pueda decidir orientarse en la vida.

En el contexto educativo debería estar presente desde que empieza la enseñanza formal, adecuando los contenidos a los intereses, las capacidades y las necesidades de la gente con la que trabajamos. Que sea una educación sexual que sirva de espacio de aprendizaje sobre las cuestiones biológicas, psicológicas y sociales, desde una mirada positiva que ayude a las personas a tomar sus propias decisiones de una forma autónoma y que esté orientada al bienestar. Igual queda un poco naíf, pero se trata de que las personas puedan ser más felices.