Los recortes de Trump disparan las opciones de que el supertelescopio de Hawái acabe finalmente en La Palma

El hachazo de Donald Trump a la investigación científica puede tener una derivada beneficiosa para la ciencia española y traer a la isla de La Palma una de las mayores infraestructuras científicas del mundo: el Telescopio de Treinta Metros (TMT).
La Fundación Nacional de Ciencias (NSF) ha enviado un documento presupuestario al Congreso de Estados Unidos en el que anuncia que “el Telescopio de Treinta Metros (TMT) no avanzará a la Fase de Diseño Final y no recibirá un compromiso adicional de fondos de la NSF”. El organismo asegura que, ante la dificultad de continuar financiando dos telescopios de miles de millones de dólares, centrará su apuesta en el Telescopio Gigante de Magallanes (GMT), que se construirá en Chile.
La noticia llega tras años de dificultades para el proyecto, que se enfrentó a la oposición de las comunidades indígenas, que consideran que la cumbre sagrada de Mauna Kea (Hawái) está siendo sobreexplotada por los astrofísicos. Las protestas, con miles de manifestantes que cortaron las carreteras de acceso, pusieron contra las cuerdas el proyecto entre 2017 y 2019, por lo que cobró fuerza la candidatura de La Palma para acoger el telescopio. Finalmente, en 2019 se tomó la decisión de seguir adelante en Hawái, pero el nuevo giro coloca otra vez a la isla canaria como la mejor alternativa.

El observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, ya alberga el telescopio óptico más grande del mundo, el Gran Telescopio de Canarias (GTC), cuyo espejo mide 10,2 metros de diámetro. En el horizonte está proyectado el Extremely Large Telescope (ELT), que se está construyendo en Chile, con un espejo de 39 metros. Y Estados Unidos proyectaba construir en Chile el Telescopio Gigante de Magallanes (GMT), con un diámetro equivalente de 25,4 metros, y el Telescopio de Treinta Metros de Hawái, pero el hachazo de la mitad del presupuesto de la NSF de la administración Trump impide financiar los dos e incluso no alcanza los 2.500 millones que cuesta construir el primero.
Todo listo en el Roque
Desde el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) expresan su preocupación por los recortes, que ponen en peligro la presencia de un telescopio de la clase 30 metros en el hemisferio norte y reciben la noticia con prudencia. “La situación con respecto a la posible construcción del TMT en La Palma no ha variado”, informa su director, Valentín Martínez Pillet, a elDiario.es. “El proyecto tiene los permisos para iniciar la construcción en cuanto así lo decidan los miembros del consorcio”. Eso sí, recuerda, haría falta una aportación extra de unos 1.000 millones de dólares por parte de los países miembros, que podría cubrirse aunando esfuerzos a nivel europeo.
La situación no ha variado. El proyecto tiene los permisos para iniciar la construcción en cuanto así lo decidan los miembros del consorcio
“A veces, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana”, comenta Eva Villaver, subdirectora del IAC. “Tener un telescopio de clase 30 metros en territorio europeo sería una oportunidad magnífica para la ciencia europea y española”. Dado que algunas de las piezas del futuro TMT ya están construidas y un tercio del presupuesto para la infraestructura ya se ha gastado, lo lógico es que el consorcio lo relocalice, y el Roque es el lugar idóneo. “La Palma es uno de los tres mejores lugares del mundo para observar el cosmos y tiene una ley pionera de protección del cielo”, señala Villaver. “Y eso es algo que ya estaba en los informes que realizó el equipo del TMT al estudiar el Roque como lugar alternativo”.
Mantenerse en primera división
Al caerse Hawái como ubicación del TMT, La Palma es la mejor alternativa por otras razones. Una de ellas es la reciente polémica por los planes para construir un gigantesco proyecto industrial en el desierto de Atacama, que genera incertidumbre respecto al futuro de estas instalaciones en el hemisferio sur. La otra razón es que Chile cuenta ya con el ELT y el GMT y se necesita tener un telescopio de la clase treinta metros en el hemisferio norte. “La observación del cielo debe ser simétrica, porque si aparece un objeto de interés, como una nueva Tierra, no podemos perdernos la oportunidad de observar el norte con estos grandes telescopios”, recalca Villaver.
“Es una pena muy grande que la ciencia sufra recortes en el mundo, y más en proyectos como este, que tienen beneficios muy grandes para el país anfitrión”, asegura Pedro Duque, ex ministro de Ciencia y astronauta de la ESA. Durante su etapa como ministro, recuerda, trabajaron en la candidatura de La Palma para albergar este nuevo supertelescopio. “Había dudas de que pudieran ponerlo en Hawái por la presión de grupos tradicionalistas, y creo que les quedó claro que ofrecíamos algo igual o mejor, totalmente viable y preparado, y contenido de precio”, asegura. “No me extraña que ahora sea la primera alternativa que contemplen”.
Científicamente, si el TMT se construyera en La Palma sería mantener el Roque en la primera división internacional para los próximos cuarenta años
José Carlos del Toro, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), considera que su llegada sería una magnífica noticia. “Científicamente, si el TMT se construyera en La Palma sería mantener el Roque en la primera división internacional para los próximos cuarenta años”, asegura. En los próximos decenios, la gran ciencia se va a hacer con estos telescopios de 30 metros, argumenta, y aunque en esto Europa va por delante de EEUU, esto es una oportunidad para que España lidere el hemisferio norte. “Pero esa influencia y ese liderazgo no se puede hacer sin aportar inversiones considerables, no solo para construirlo, sino para la formación de los nuevos astrónomos españoles que tengan que utilizarlo”.
El Telescopio de Treinta Metros está diseñado para explorar las galaxias más antiguas, la naturaleza de la materia y energía oscuras, la conexión entre agujeros negros y galaxias y la búsqueda de vida en exoplanetas. Perder esta infraestructura es otro golpe para la ciencia estadounidense, envuelta en una oleada de recortes sin precedentes. El mismo día en que la NSF anunció su intención de anular la financiación al TMT, la NASA concretó los efectos de la decisión de Trump de cortar a la mitad su presupuesto, que les llevara a cancelar 41 misiones espaciales y la mitad de su presupuesto científico.
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