La reducción del tráfico en 2021 ha conseguido mantener la caída de la contaminación en España. “Una mejora general sin precedentes en la calidad del aire”, según concluye la revisión de los datos oficiales de Ecologistas en Acción. Han bajado los niveles de todos los tóxicos analizados: dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2), ozono troposférico (O3) y “más matizado”, las micropartículas (PM).
Así que la calidad del aire el año pasado fue la mejor desde que hay registros sistemáticos a inicios de la década de 1990.
“En 2021, aunque se nos olvida rápido, hubo estado de alarma por la COVID hasta mayo, lo que se tradujo en restricciones a la movilidad”, explica Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe. Ese fue un “primer factor de descenso”. Ceballos añade como causas de esta bajada “la reducción del consumo de carburantes y electricidad” y un tercer factor, al menos en algunos territorios, que fue “el cierre de estaciones térmicas, estaciones que usan carbón para generar electricidad”.
Sin embargo Ceballos se ha mostrado pesimista para este curso: “Vemos un aumento de coches y el transporte público no ha recuperado las cifras de uso pre pandemia. Tanto Madrid como Barcelona, que está peor este año, van camino de superar los límites legales de NO2”.
“Toda la población respiró aire contaminado”
A pesar de la línea descendente, la organización advierte de que, a la luz de los registros de las casi 800 estaciones, “la totalidad de la población ha respirado aire contaminado durante 2021”. De hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó en abril pasado que “el 99%” de la humanidad vive con niveles de polución dañinos.
Ecologistas aplica los umbrales máximos recomendados por la OMS –que fueron endurecidos en septiembre de 2021– y de protección a largo plazo de la vegetación de la Unión Europea. Con esos niveles, la población está afectada por exceso de polución que se extiende por 400.000 km2, el 80% del territorio. Por eso el informe indica que el 100% de las personas en España lidiaron con aire contaminado lesivo.
Además, el análisis también utiliza los topes legales de la legislación española que resultan más permisivos. Por ejemplo en cuanto a las PM, el tope multiplica por cuatro el recomendado por la OMS. Con esos valores, la población afectada por aire ilegal en 2021 estuvo en 5,3 millones de personas, un 11% del total. “La crisis sanitaria de la COVID-19 ha corroborado que la reducción del tráfico en las ciudades tiene claros efectos en la disminución de la contaminación”.
Con todo, todavía persisten algunas islas con niveles de polución por encima de lo que dicta la norma. La ciudad de Madrid ha vuelto a quebrar los umbrales legales de dióxido de nitrógeno mientras en el conjunto de España la concentración de este tóxico cayó un 25% respecto a la media 2012-2019. Solo una única estación en España rebasó el valor legal y fue la situada en la plaza Elíptica de Madrid.
Barcelona estuvo cerca de rebasar los límites. Además, numerosas ciudades pequeñas y medianas presentan datos por encima de la recomendación sanitaria de la OMS.
Ozono extendido y PM poco vigiladas
El contaminante más extendido y que a más gente daña sigue siendo el ozono troposférico. Resultado de las reacciones químicas de la radiación solar sobre otros tóxicos como el NO2, este ozono malo afectó a casi toda la población y vegetación. La reducción de esos gases precursores ha redundado en una menor presencia de O3: “La frecuencia de superaciones legales y de los niveles de la OMS ha sido muy inferior a la de años precedentes, con un descenso de respectivamente el 57% y el 37% en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto del Estado”, concluye este informe.
El trabajo de Ecologistas en Acción detalla que “la medición y evaluación de las partículas PM 2,5 resulta aún insuficiente en la mayor parte de las redes de medición autonómicas. Son escasas las estaciones que miden este contaminante”. Estas micropartículas están cada vez más relacionadas con diferentes daños en la salud: causan hasta el 20% de las muertes prematuras y dificultan la concepción. “A pesar de que es el contaminante más peligros hay áreas muy extensas donde no se está midiendo”, recalca el portavoz de la organización“.