No hay oposiciones sin lío y la reforma del sistema de acceso al cuerpo de profesores que preparan el Ministerio de Educación y los sindicatos no parece que vaya a resolver esta tradición. Educación quiere, y a los sindicatos les parece bien, que la estabilización del cuerpo docente –que presenta una tasa de temporalidad de aproximadamente el 24%– empiece por los trabajadores interinos o los funcionarios sin plaza fija, pero en la bolsa de trabajo, alternando estancias en diversos centros. Por ello, favorecerá que este perfil de docente acceda a las plazas fijas. ¿Cómo? Rebajando el peso de la formación en la nota final del concurso oposición, de manera que la experiencia acumulada pese más, y suprimiendo el carácter eliminatorio de la primera prueba teórica, que podía dejar por el camino a aspirantes que después, en la fase del concurso, tuvieran más méritos.
La cartera que dirige Pilar Alegría ha pactado este martes con las principales organizaciones de representación del profesorado cómo van a ser las nuevas oposiciones docentes, en las que se pretende primar a los profesores que ya ejercen en régimen de interinidad sobre los nuevos aspirantes, que protestan indignados: “Con este sistema no tenemos opciones de acceder a una plaza, este sistema atenta contra la igualdad, mérito y capacidad que recoge la Constitución”, explica María, que se presentará este verano a su primer proceso selectivo y sabe, intuye, que con la nueva normativa sus opciones de conseguir una plaza fija son mínimas.
El borrador distribuido por Educación y que los sindicatos han validado tras una reunión maratoniana este martes, establece dos sistemas para reducir la temporalidad en el sector educativo tal y como exige Europa, con el objetivo de bajar hasta el 8%. Por un lado, Educación modifica el tradicional método de acceso del concurso-oposición, que dejará de tener pruebas eliminatorias y que además primará la experiencia sobre la formación a la hora de evaluar los méritos. El objetivo de esta medida es favorecer a los profesores que llevan años trabajando en el sistema sin plaza fija. Por otro lado, se realizará un concurso de méritos solo para interinos. El sistema es transitorio y está previsto que dure tres años: esta próxima convocatoria de 2022 y las dos siguientes, hasta 2024 –aunque algunas comunidades ya han aprobado sus convocatorias y no está claro que vayan a poder hacerlo de nuevo en base al nuevo sistema– y afectará a unos 125.000 aspirantes.
“Es prácticamente imposible entrar”
En el concurso oposición se reduce a dos el número de pruebas a realizar. Habrá una primera como la actual, en la que se tendrá que desarrollar un tema de la especialidad por la que se presente el aspirante, y una segunda en la que tendrá que elaborar y defender una unidad didáctica o una programación didáctica, también como hasta ahora. La principal novedad de esta parte es que la primera prueba dejará de ser eliminatoria como sucede actualmente. Todos los candidatos podrán pasar a la segunda.
Para acceder al posterior concurso de méritos hará falta aprobar esta primera parte, que tendrá la consideración de un todo y cuya nota no vendrá desglosada. Muchos más aspirantes pasarán de esta manera al concurso de méritos, que también se modifica. Con el sistema actual, cada profesor que se presenta puede optar hasta el diez de nota por varios métodos: acumulando puntos por formación, por experiencia docente o por “otros méritos”, con un complejo sistema en el que se puede alcanzar el diez de varias maneras: la formación otorga hasta cinco puntos, la experiencia siete y los otros méritos uno, de manera que aunque cada aspirante no pueda tener más de un diez, hay varias maneras de conseguirlo.
Con la reforma, se rebaja el peso de la formación y se favorece la experiencia. En el cómputo final la formación solo pesará dos puntos, mientras se mantienen siete de la experiencia y uno de “otros méritos”. Para contabilizar los puntos de experiencia se obtendrán 0,7 puntos por año de experiencia en un centro público en la especialidad por la que se presenta el candidato, 0,35 si es de otra especialidad pero también público, 0,15 si trabaja en un centro no público o es de la misma etapa y 0,1 si es de distinta espacialidad o etapa. De esta manera, solo hay una manera de conseguir el diez: obteniendo el máximo en cada apartado. Antes era posible suplir alguna carencia en formación o experiencia alcanzando el máximo en la otra categoría.
A partir de aquí, la nota final de cada candidato se obtiene ponderando el peso de cada parte. La oposición contará un 60% y el concurso de méritos un 40%.
Esta medida satisface a los sindicatos mayoritarios, que valoran positivamente que la propuesta de Educación “recoge parte de las principales reivindicaciones que ya defendíamos”, explica Marisa Vico, responsable de enseñanza pública de UGT-Servicios Públicos. Nos convence que las pruebas no sean eliminatorias y que se valore al máximo la experiencia docente“, resume la postura mayoritaria entre las organizaciones sindicales en la mesa de negociación con el ministerio. También que se vaya a estabilizar ”a personas que llevan 15 o 20 años trabajando para el sistema sin plaza“, según valora María Luz González, responsable de Políticas Educativas del sindicato STES.
Sin embargo, como no hay vencedores sin vencidos, otra parte de los aspirantes está bastante indignada. Con el cambio de criterio, una persona que acaba de salir de la carrera apenas tendrá opciones de sacarse una plaza mientras esté vigente este sistema, según explica María. “De forma encubierta esto supone regalar las plazas a los interinos”, expone. “Una persona sin experiencia, como es mi caso, la nota máxima a la que puede aspirar es un 7,2 (según el nuevo sistema) aunque saque un diez en la primera prueba. Pero un interino con diez años de experiencia, aún sacando un cinco en la oposición (el mínimo para acceder al concurso) con poquita formación complementaria que tenga ya quitaría la plaza al opositor más preparado”, ilustra. “Un opositor veterano que haya hecho esos cursos homologados de una tarde y saque un 6,6 en la oposición, ya quitaría la plaza al opositor más preparado que además sacara un 10 en la oposición”, augura.
Vico es consciente de la situación. “Es verdad que se está modificando para que favorezca a las personas que tengan más experiencia docente, pero también está calculado para que cualquier opositor sin experiencia pueda aprobar. Es más complicado, pero no imposible. La ley impide que tanto méritos como experiencia docente valgan tanto como para que alguien sin alguno de estos dos méritos se quede fuera”, relativiza.
Un concurso de méritos
Además del concurso oposición tradicional que se realizará cada verano como hasta ahora, el proceso de estabilización incluye un concurso de méritos extraordinario para interinos que ya estén ejerciendo. En este caso bastará con cumplir los requisitos para presentarse, aún por terminar de definir. Este proceso se realizará una sola vez y UGT calcula que afectará a menos del 10% de las plazas. Las administraciones educativas –las comunidades autónomas, en este caso– tienen hasta julio de 2022 para determinar las plazas que en 2016 no tenían cubiertas y tendrán que convocarlas por este sistema antes de diciembre de ese mismo año. Las plazas deberán estar adjudicadas en diciembre de 2024 como tarde.