Reig Pla acusa al Gobierno de “convertir España en un campo de exterminio”
“Avanzada la llamada transición política, y con una Constitución española llena de ambigüedades, las fuerzas laicistas unidas a las fuerzas políticas partidarias de la relativización cultural, moral y religiosa de nuestro pueblo, han conseguido –con la aprobación de leyes que permiten destruir la vida por nacer, tanto en el seno materno como en los laboratorios, y ahora con la aprobación de la Ley de la eutanasia– convertir a España en un campo de exterminio”. El obispo Reig Pla ha reaparecido a lo grande de su convalecencia por coronavirus, sacudiendo el tablero político y eclesial de nuestro país, y tildando de “barbaros” a nuestros gobernantes.
“Esta es la hora en la que vuelven los 'bárbaros' que, embriagados de poder, no saben sostener la casa común, el hogar familiar que ha significado y significa España”, subraya el obispo de Alcalá en una durísima carta pastoral tras la aprobación de la ley de eutanasia, el pasado jueves, por mayoría absoluta, en el Congreso de los Diputados. La norma entrará en vigor en junio próximo, pese a los recelos de los obispos, que llamaron a la objeción de conciencia ante la norma.
“Le tenían ganas. La España, tradicionalmente católica y que expandió la fe allende los mares, era un enemigo a batir por sí misma y por su repercusión en los pueblos hermanos de Hispanoamérica, Filipinas, el mismo contexto europeo y la influencia en todo el mundo de nuestros misioneros, activos colaboradores con la transmisión de la fe”, sostiene Reig, aludiendo a una supuesta estrategia perfectamente calculada, y que se traduce en un “tsunami de leyes que desregularizan el patrimonio cultural y espiritual de España”.
Aborto, divorcio, 'repudio', eutanasia...
Entre ellas, hace un totum revolutum que va desde la ley del divorcio a la de la eutanasia, pasando por la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario, “la ley del divorcio exprés y el repudio” (sic), o Educación para la Ciudadanía, la introducción de la “ideología de género en la escuela”, la Ley Aído o las normas de identidad de género en algunas comunidades.
“La puntilla final”, añade Reig, son “la nueva ley de educación y la ley de eutanasia”, con las que “las fuerzas globalistas, los lobbies financieros, sus terminales eutanásicas y el laicismo militante pueden darse por vencedores ante un pueblo anestesiado por los medios de comunicación, la fuerte ingeniería social desarrollada con la perversión del lenguaje”, y por “un Tribunal Constitucional atrapado por el positivismo jurídico y que deja en desamparo lo que naturalmente constituye lo específicamente humano”.
“Con esta ley se consuma el proceso de transformación de la ley natural y de los llamados derechos humanos, en derechos subjetivos, según los propios deseos de cada uno. Ya no quedan los bienes indisponibles”, recalca el obispo de Alcalá, quien anuncia que, con estas normativas, el Estado “no cumple su misión y queda ilegitimado en el ejercicio de este poder”, por lo que llama al personal sanitario a convertirse en la “resistencia ante el mal”.
Puestos en materia, Reig también aprovecha para apuntar que “los nuevos amos han provocado desde las instancias del poder un debilitamiento moral de nuestro pueblo, especialmente entre los niños, adolescentes y jóvenes con una educación sexual al margen del amor”, señalando la pornografía, las adicciones de toda clse y una “autonomía radical del individuo” que lleva a la “destrucción de la libertad en nombre de una libertad sin más contenido que ella misma”.
“El camino es conocido: manipular el lenguaje, debilitar a la familia como educadora de sus hijos, cambiar las costumbres con ingeniería social y crear una nueva opinión de masas propiciada por la invasión masiva de los medios de comunicación social que han conseguido atravesar el alma y la mente de muchos españoles”, insiste el obispo, que recalca que el punto de partida, “perseguido desde el principio”, no es otro que “favorecer la secularización de la sociedad española para prescindir de Dios y de la tradición católica”. “Lo he dicho en varias ocasiones. Esta es la hora en la que vuelven los bárbaros que, embriagados de poder, no saben sostener la casa común, el hogar familiar que ha significado y significa España”, finaliza Reig Pla, quien invita a “movilizar las conciencias de los católicos y de los hombres de buena voluntad para lograr una gran estrategia a favor de la vida humana”.
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