Medio centenar de familiares y trabajadores de las residencias de mayores se han concentrado este viernes ante la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid para denunciar las condiciones laborales, la asistencia que prestan a los ancianos y la falta de recursos de estos centros. A la manifestación no han acudido solo empleados de emplazamientos públicos y concertados, también ha asistido personal de residencias privadas.
Una de las compañeras del enfermero que denunció ante la Fiscalía y el Defensor del Pueblo la muerte de una anciana en la residencia de Arganda, ha asegurado que los gestores de ese centro “solo quieren recibir más usuarios con menos personal”. “Generalmente tenemos 25 residentes para cada auxiliar, cuando estamos atendiendo a uno, no podemos vigilar al resto. No podemos dar una asistencia de calidad, es imposible. No damos para más”, ha reseñado esta auxiliar de enfermería.
Después de que el enfermero denunciase en la Cadena SER que durante la madrugada del pasado 9 de mayo, cuando falleció la residente, el personal que estaba atendiendo a 343 ancianos se reducía a él junto a diez auxiliares, los responsables de la residencia “no han dicho nada al personal laboral”. “La respuesta ha sido el silencio”, ha asegurado esta mujer.
Los asistentes han recordado este incidente y han pedido la dimisión del consejero de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid, Carlos Izquierdo, tras asegurar que el Gobierno regional cumple “las ratios de personal”.
“El motivo principal de todas las reclamaciones que familiares y trabajadores de residencias están relacionados con la falta de personal ya sea directa o indirectamente”, ha reseñado María Angeles Bueno, portavoz de la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en las Residencias. Desde esta organización han pedido que se “deroguen” las ratios.
Mirta Verdasco ha acudido a la concentración con una pequeña pancarta en la que se leía “mayores achicharrados”, su madre y su padre viven en la residencia concertada de Mirasierra. Según ha relatado, este centro no cuenta con aire acondicionado en las habitaciones y esta situación provoca que el termómetro de algunas habitaciones alcancen los 32º. “No es un tema nuevo, llevamos años denunciando”, ha apuntado esta manifestante. Asimismo, ha solicitado a la Comunidad de Madrid que tenga en cuenta el perfil y la edad de los residentes: ancianos y grandes dependientes.
“Si en las habitaciones de los hoteles hay aire acondicionado, ¿por qué las residencias no están habilitadas?”, protestaban los asistentes en uno de sus cánticos. Y en la pancarta con la que encabezaba esta concentración, los manifestantes se han quejado por la “mercantilización de la situación de sus familiares”. “La dignidad de los mayores no es un negocio”, aseguraban en ella. La falta de inversión ha sido una de las reivindicaciones principales de los dos colectivos que han acudido a la Puerta del Sol.
“Estamos muy bajos de personal, no se suplen las plazas. Tenemos de media a doce residentes por auxiliar. Por la noche para los 238 usuarios que hay en el centro, trabajamos cinco auxiliares y un enfermero”, ha explicado Silvia, que trabaja como auxiliar de enfermería en la residencia de Móstoles “El Soto”, que cuenta con plazas concertadas. Esta empleada ha explicado que le temblaron las piernas al escuchar el relato del enfermero que denunció la muerte de la residente de Arganda.
Además, ha asegurado en varios compañeros han optado por “quedarse en la calle” antes que seguir trabajando. “Es una situación psicológicamente muy dura y algunos compañeros se plantean que prefieren no pasar por eso”, ha apuntado. Los asistentes han pedido al Gobierno regional que priorice la atención a los residentes. “No más muertes por accidentes”, han gritado para pedir que hechos como el sucedido el pasado 9 de mayo no se vuelvan a repetir.