La educación de 0 a 3 años, la etapa olvidada del sistema público que combatiría el fracaso escolar
El Gobierno y Unidos Podemos se han comprometido a dar un impulso a la universalización de la educación entre los 0 y 3 años en los presupuestos del próximo año. Esta reivindicación fue una de las pocas medidas que consiguió congregar el apoyo de todos los partidos en las infructuosas negociaciones del pacto educativo. Con el PP todavía en el Ejecutivo, Ciudadanos, PSOE y el grupo confederal también aprobaron una PNL para que el Congreso instase al departamento de Mariano Rajoy una reforma para regular este tramo educativo y avanzar en su gratuidad.
El acuerdo anunciado este jueves por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias va más allá y refuerza su compromiso por una red pública y gratuita, eso sí, a través de los consistorios municipales. De cara al 2019, estiman en 300 millones el impacto que puede tener facilitar a los ayuntamientos con superávit la creación y mejora de escuelas infantiles. Asimismo, pondrán a disposición de los consistorios que planifiquen inversión en estos centros educativos, y que no tengan más ingresos que gastos, una partida de 30 millones de euros.
330 millones presupuestados
El investigador especializado en políticas de primera infancia Jaume Blasco considera que este anuncio es un avance positivo, pero recuerda que la financiación presupuestada en 300 millones no depende directamente del Gobierno. “Está bien, porque autoriza a los ayuntamientos, pero finalmente esta decisión depende de estas administraciones”, incide.
Sobre los 30 millones, que sí saldrán de las arcas del Estado, Blasco recuerda que en 2008 el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó una dotación de 100 millones que destinó anualmente al programa Educa3, un proyecto para impulsar la creación de nuevas plazas educativas para niños de 0 a 3 años. Se puso fin a la financiación con los recortes.
Blasco también alerta de las consecuencias que ha tenido sobre los pequeños ayuntamientos programas de financiación que desaparecieron durante la recesión. “Según la experiencia que tenemos en Catalunya, durante los años de bonanza económica se construyeron escuelas y cuando llegó la crisis, la Generalitat dejó de financiarlas y los ayuntamiento han sudado para pagar los gastos corrientes. En la universalización, el gran tema no es solo la construcción sino quién las mantiene después. En una escuela para 80 niños, el gasto por alumnos oscila alrededor de 5.000 euros al año”, añade.
Unidos Podemos y el Gobierno reconocen que la propuesta económica anunciada este jueves sirve como “soporte inicial” para la elaboración de un plan de universalización que diseñarán a lo largo del 2019 conjuntamente con las comunidades autónomas. En el texto prevén “se incorpore al ciclo educativo la etapa de 0 a 3 años en una red de recursos integrada pública y gratuita”. Blasco y Pepa Alcrudo, una de las autoras del informe La educación infantil en España, recuerdan que en este caso la universalización no es sinónimo de gratuidad. Aunque valoran de forma positiva que en el acuerdo se hayan vinculado estos dos conceptos.
Por ahora, la educación de 0 a 3 años no es una educación gratuita, a diferencia de la enseñanza de 3 a 6 años y el Bachillerato, que son fases no obligatorias y por las que las familias no tienen que abonar nada si sus hijos las cursan en un centro público o concertado. De cara a la implementación de este modelo, Blasco explica que para acceder a la universalidad se puede desarrollar un sistema de “tarificación social”, en el que la cuantía que se abone dependa de la situación socioeconómica del entorno del menor.
Sistema externalizado
“Se puede universalizar también por la vía de los cheques-guardería. En este punto, el debate es si las escuelas que escojan las familias tienen todas la misma calidad o si las familias tienen información para escoger cuál es la mejor escuela para sus hijos”, incide Blasco. Por su parte Alcrudo, asegura que si se da un paso más y se apuesta por un sistema público, este modelo debería contemplar que “este servicio no se externalice”. Una de las promotoras del informe La educación infantil en España lamenta que durante la crisis, la privatización de esta formación inicial se “ha degradado” y sus servicios se han “abaratado a extremos infernales”.
Estas políticas que denuncia Alcrudo han provocado que durante el curso pasado apenas la mitad de los 457.224 alumnos que cursaron el primer ciclo de infantil lo hiciesen en un centro público (51,4%). El resto se dividen entre la concertada, minoritaria en esta etapa (15,1%) y la privada no concertada, donde acude uno de cada tres alumnos (33,4%) en buena parte por la falta de alternativas para las familias.
Por su parte, el contexto nacional plantea que en el curso 2017/18 hubo una disparidad en la escolarización de 0 a 2 años por comunidad autónoma. Si la media nacional de escolarización en esta etapa se situó en el 36,2% en el curso 2015-16, en Ceuta y Canarias se se encontraba en el 13% frente al 51,5% del País Vasco o 47,3% de Madrid.
Algunas comunidades autónomas han aprovechado la reducción de la tasa de natalidad para reestructurar este modelo. En Euskadi han añadido un curso a los colegios de Infantil y Primaria para los niños de dos años. “Tras el descenso de la natalidad hay menos niños y pueden dedicar cierto espacio y recursos humanos”, incide Blasco, que identifica un problema en esta solución: “Pones niños con pañales en escuelas que nunca los han tenido”.
En Barcelona solo se cubre el 60% de demandas
Además, este investigador reseña que en grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, la oferta es escasa. En el municipio regido por Ada Colau solo se cubre alrededor del 60% de la demanda. Según relata, este modelo educativo suele ser solicitado como ayuda a la conciliación familiar en hogares en los que los dos progenitores están trabajando. Por eso, identifica el próximo reto de estas políticas de primera infancia: conseguir que familias en riesgo de exclusión social o de entornos desfavorecidos también soliciten esta escolarización.
Gobierno, Unidos Podemos y los dos investigadores entrevistados por esta redacción reseñan que la educación de 0 a 3 años es “un potente factor para combatir el fracaso escolar”. “No nos referimos al fracaso en las evaluaciones de asignaturas. Pero sí hablamos de un armazón muy potente que se tiene que construir en estas edades como el aprendizaje lector, escritor o conceptos sencillos construidos a partir de la manipulación, experimentación u observación”, responde Alcrudo. “Hay cosas que no son tan visibles, pero son fundamentales, como la construcción del lenguaje”, finaliza.