Margarita Cifuentes, una de las hermanas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, trabaja desde este curso como profesora visitante en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) en el área de Historia Contemporánea. Su contratación directa obvió el hecho de que Margarita Cifuentes, de 55 años, quien toda su vida ha sido Personal de Administración y Servicios (PAS), no cumple ninguno de los requisitos necesarios recogidos en la ley para acogerse a tal figura.
Su contrato como profesora visitante está por tanto fuera de la ley, al incumplir la Ley Orgánica de Universidades (LOU, artículo 54) y el convenio colectivo de personal docente e investigador con vinculación laboral de las universidades públicas de la Comunidad de Madrid (artículo 10 punto 6). Además, los propios estatutos de la URJC dice que se elegirán entre “profesores e investigadores de reconocido prestigio”. También hay más de una sentencia que especifica que para contratar a alguien como visitante tiene que provenir de otro centro, y tampoco es el caso.
Ambos textos legales establecen con claridad los méritos exigibles a un candidato a profesor visitante. Dice la LOU que “[este tipo de contrato] se podrá celebrar con profesores o investigadores de reconocido prestigio de otras universidades y centros de investigación, tanto españoles como extranjeros” (Cifuentes no lo es).
El punto b) añade: “La finalidad del contrato será la de desarrollar tareas docentes o investigadoras a través de las que se aporten los conocimientos y la experiencia docente e investigadora de los indicados profesores a la universidad” (no tiene experiencia docente alguna, al menos en la universidad).
El espíritu de esta figura es claro: contratar a profesionales de prestigio para un área concreta que pueda estar huérfana de él o se le quiera dar un impulso. Además, según el convenio madrileño, estos profesores o investigadores no pueden estar más de dos años en el puesto.
La contratación de profesores visitantes depende exclusivamente del rector del centro, Fernando Suárez en este caso, que puede utilizarla de manera discrecional, sin convocar concursos públicos ni tener siquiera que publicar su nombramiento en parte alguna.
Suárez, en la picota estos días por haber plagiado varios artículos antes de ser rector y en su etapa actual, le ha dado buen uso. Mientras en otras universidades los visitantes rondan el 1% (acorde al espíritu excepcional de su figura) en la URJC son uno de cada cinco profesores (20%). A alguno de ellos incluso le pagaba menos de lo que establece el convenio.
Esta contratación de Margarita Cifuentes se produce después de enero de este año, una vez leída la tesis, es decir, con Cristina Cifuentes siendo ya presidenta de la Comunidad de Madrid, de la que depende esta universidad pública. El rector maneja un presupuesto de 123 millones de euros al año que salen de las arcas públicas madrileñas.
La universidad no ha respondido a eldiario.es y la presidenta de la Comunidad no se pronunciará sobre la situación laboral de su hermana.
Ni un requisito
Margarita Cifuentes no cumple los requisitos. En primer lugar ya trabajaba en la universidad que ahora “visita”. Varias sentencias recogen que “este tipo de contrato está pensado para profesores e investigadores de otras universidades” y esos mismos fallos judiciales sostienen que aplicárselo a alguien que ya está en el centro “se podría entender que es fraude de ley” literalmente.
Además, la hermana de la presidenta regional no ha sido docente hasta hace tres meses. Ha sido PAS toda su vida, desde que sacó una plaza en la Escala Administrativa de la Universidad Complutense de Madrid en 1992, según recoge el BOE. De nuevo el Boletín refleja que en 2002 mejoró su posición, todavía dentro del mismo centro y todavía como PAS, y accedió al a Escala de Gestión Universitaria (el mismo ámbito profesional del que proviene su hermana).
La profesora ha remitido un correo a eldiario.es en el que reivindica su experiencia investigadora: “En el año 2009 obtuve una beca de la Fundación Napoleón de París (...). Soy la primera española que obtenía una beca de la prestigiosa Fundación parisina (...). Además he sido becaria del Archivo Histórico Militar (Segovia) durante 3 años, en donde inicié mi investigación”.
En mayo de 2005, según su linkedin, pasa a la Universidad Rey Juan Carlos, mediante traslado y aún como PAS. Allí ejerce como responsable de los convenios de colaboración educativa de la URJC y pasa también por la biblioteca del campus de Vicálvaro, según algunas fuentes de la universidad.
Licenciada en Geografía e Historia por la Complutense y con un Máster en Ciencias Historiográficas, según su propio currículum, en algún momento decide doctorarse. Y tiene premio gordo: el propio rector de la universidad, Fernando Suárez, dirige su tesis (es poco habitual que el máximo dirigente de una universidad se dedique a esto), llamada “El Imperial Alejandro” y declarada “apta” este mismo año 2016. La autora puntualiza que fue “sobresaliente cum laude”.
Con la tesis bajo el brazo, Cifuentes está preparada para dar el salto a la docencia. En algún momento entre su lectura de tesis y antes de que comience el curso universitario, a principios de septiembre, el rector le firma un contrato de profesor visitante. Para que aporte sus “conocimientos y la experiencia docente e investigadora”. Así figura en su web personal de la universidad. Lo que no figura en esta página son sus proyectos de investigación o sus publicaciones: ambos apartados están en blanco.
Desde este curso, Cifuentes está encuadrada en el Departamento de Ciencias de la Educación, Lenguaje, Cultura y Artes, Ciencias Histórico-Jurídicas y Humanísticas y Lenguas Modernas del área de Historia Contemporánea.