Sanidad acaba de actualizar la estrategia de vacunación contra la COVID-19 que previsiblemente comenzará en España el próximo domingo 27. Aunque ya se conocía que los primeros grupos poblacionales serían usuarios y trabajadores de residencias, personal sanitario “de primera línea”, el resto de sanitarios y grandes dependientes, el ministerio ha hecho públicos los detalles de quiénes estarán en cada colectivo. Lo hace el mismo día en que está previsto que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dé el visto bueno a la vacuna de Pfizer/BioNTech, que acto seguido tendrá que autorizar la Comisión Europea y que es esperable que España comience a recibir entre el 26 y el 27, tal vez de madrugada.
Aún se desconocen cuántas dosis exactas llegarán en el primer envío, que recibirán todas las comunidades a la vez, pero se utilizarán para los grupos 1 y 2, según específica el documento y, después y “en la medida que haya más disponibilidad ”, se vacunará a los grupos 3 y 4.
Blindar las residencias de mayores: todo personal y residentes
En el primer grupo, se incluyen las “personas con gran dependencia que están institucionalizadas”, es decir, que viven en residencias de mayores y dependientes. También personas vulnerables o con gran dependencia que acuden a centros día “siempre que estos centros estén vinculados” a una residencia, es decir, que compartan actividades o personal. Lo ideal es que se empiece con las residencias en las que hay un mayor número de internos, menor capacidad de implementar medidas de control o que no han tenido casos de coronavirus.
La actualización concreta para este primer grupo dos situaciones específicas: para las personas que están a punto de fallecer, indica que será el personal sanitario que se encarga de ellas las que valoren su vacunación. En el caso de que en una residencia haya un brote de coronavirus activo en el momento, Salud Pública de cada comunidad autónoma decidirá. También se administrarán las primeras dosis de la vacuna a todas las personas que trabajan en el centro, ya sean sanitarios, personal administrativo, de limpieza, cocina...y a los trabajadores de los centros de día vinculados a las residencias.
Primera línea sanitaria: urgencias, circuitos COVID, Atención Primaria...
El personal sanitario son el segundo grupo por el que comenzará la estrategia de vacunación. Y en este caso, se dividen en dos: de “primera línea” y el resto. En el primero de ellos, es decir, en el grupo 2, se incluyen las personas que tienen un mayor riesgo de exposición al virus por atender directamente a pacientes con coronavirus y por tener mayor probabilidad de tener contacto con una persona infectada. Son a su vez nueve grupos, en los que se incluye también el personal que realiza otras funciones distintas a las sanitarias, como administrativas, de limpieza o estudiantes, entre otros.
Son los que trabajan en las llamadas unidades, consultas o circuitos COVID, los que están en puertas de entrada de pacientes agudos (Urgencias, servicios de admisión, Atención Primaria, servicios de prevención de riesgos laborales, instituciones penitenciarias...). Aquellos que trabajan en unidades móviles de atención directa a pacientes COVID y transporte sanitario urgente, los sanitarios de las UCI, u otro servicio de cuidado no intensivo “donde se realicen procedimientos que puedan generar aerosoles”. También el personal de servicios y unidades con pacientes de alto riesgo (oncología, hematología, etc.). o servicios donde se toman y manipulan muestras que potencialmente pueden contener virus viables. personal sanitario de salud pública que trabaja en la gestión directa de la pandemia y en función de su riesgo de exposición y personal de los equipos de vacunación, incluyendo a aquellas personas de salud laboral y medicina preventiva que van a participar en la administración de las vacunas frente a COVID19.
En este grupo de sanitarios “de primera línea” estarán también los trabajadores de otros centros de atención a personas mayores y “de riesgo diferente” a los que se incluyen en el grupo 1, sin especificar más. El documento concreta que las personas que proporcionan “cuidados estrechos” a personas de riesgo en sus propios domicilios se vacunarán en el grupo 4.
El resto de los sanitarios, pero que contacten con pacientes de COVID
El grupo 3 engloba a todos los sanitarios y sociosanitarios no incluidos en los grupos 1 y 2. Sin embargo, el documento sí que precisa en este caso que solo se inoculará el suero al personal que “de manera específica realiza actividades que exigen contacto con personas infectadas” de COVID-19. Las personas que no sea vacunadas en la primera etapa de la vacunación, pasarán a formar parte de la categoría de “personal esencial de primera línea” en las siguientes ciclos.
Dependientes de grado III con reconocimiento o acreditación medica
Por último, el grupo 4 se refiere a personas consideradas como grandes dependientes o de grado III, es decir, “cuyo estado esté médicamente acreditado por tener enfermedades que requieran intensas medidas de apoyo para desarrollar su vida”, tanto aquellas “que hayan solicitado el reconocimiento y las que no lo hayan solicitado aún pero esté médicamente acreditado”. En este grupo se incluirán tanto a las que viven en instituciones públicas como las que no estén institucionalizadas. Los profesionales dedicados a sus cuidados y atención también recibirán la vacuna en la misma visita que las personas a las que asisten.
La estrategia de vacunación también indica por primera vez que los residentes en centros de mayores que hayan pasado la enfermedad deberán vacunarse de igual forma, debido a su vulnerabilidad y al no tener evidencias completas de que no se puedan volver a contagiar. Por su parte, el personal sanitario y sociosanitario que se enfrente a esta disyuntiva podrá retrasar la vacunación hasta 90 días después de haberse infectado por SARS-CoV-2. De esta forma, se podrá priorizar a los profesionales que no hayan padecido la enfermedad recientemente.
No será obligatoria
La vacunación será un procedimiento voluntario, como ya venían avisando los portavoces del Ministerio de Sanidad. La estrategia confirma explícitamente que esta actividad no se incluirá dentro de lo previsto en las Medidas especiales en materia de Salud Pública y, por lo tanto, dependerá de la voluntad de las personas, aunque Sanidad apela al deber de colaboración de la ciudadanía. No obstante, se anotarán los casos de rechazo en el Registro de vacunación para conocer las posibles reticencias entre los diferentes grupos de población.
Vacunación aunque hayan pasado la enfermedad
El documento también hace referencia a si las personas que han pasado el coronavirus deben o no vacunarse. Aunque la evidencia actual muestra que la mayoría tienen anticuerpos, aún hay “poca información sobre algunos aspectos” como las reinfecciones o la duración de la inmunidad. Este “alto grado de incertidumbre” junto a la vulnerabilidad de las personas que viven en residencias, llevan al Ministerio a recomendar que todos los usuarios y trabajadores se vacunen, hayan pasado o no la enfermedad. En el caso del personal sanitario, explica que podrá retrasar la vacunación hasta 90 días después del diagnóstico, con el objetivo de priorizar a los que no lo hayan pasado recientemente.