El negocio de la sanidad sigue moviéndose. Quirón e IDCSalud (antigua Capio) van a unirse para formar un gigante de la sanidad privada con más de 40 hospitales y casi 5.000 camas. Lo que podría ser un puro movimiento empresarial tendrá sus derivaciones para el sistema público de salud.
Ambas corporaciones sanitarias son regidas por sendos fondos de inversión de capital riesgo. Quirón por Doughty Hanson e IDC por CVC. De hecho, el primero arranca su memoria anual de 2013 destacando como un “logro mayor” haber aumentado en 20 millones de euros el resultado bruto de explotación de Quirón.
Los dos fondos, en su información a inversores, se destacan como “líderes del sector privado”. A IDC (presente con una veintena de centros en Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, y Cataluña) le adjudican unos ingresos de 673 millones de euros y un resultado neto de 13 millones, mientras que Quirón, según sus gestores, facturó 768 millones de euros en 2013. Este grupo tiene 21 hospitales generales en 11 comunidades autónomas.
Pero, de la fusión –que fuentes de las empresas aseguran que se cerrará en breve– saldrá un conglomerado muy potente con intereses tanto en la gestión de parte de la red pública sanitaria como de la financiada por aseguradoras.
Por un lado, IDCSalud es un fuerte contratista con las consejerías de sanidad autonómicas. En la Comunidad de Madrid controla cuatro hospitales públicos: Fundación Jiménez Díaz, Rey Juan Carlos, Infanta Elena y Collado Villalba. En todos ellos tiene un contrato para atender a la población asignada por el Gobierno regional a cambio de un canon. Además, participa en diferentes convenios para aliviar las listas de espera mediante la derivación de pacientes a sus clínicas. En Cataluña, el Hospital General del Sagrado Corazón lleva adelante conciertos con la Red de Utilización Pública en el sistema mixto desarrollado por la Generalitat.
Quirón por su parte asegura que “el 95% de sus ingresos proviene de aseguradoras privadas”. Ese es un campo muy amplio de negocio por explotar en España. Y al que el Gobierno central parece dispuesto a favorecer con la inminente reforma fiscal. Las recomendaciones elaboradas por el grupo de expertos elegidos por el Ejecutivo de Mariano Rajoy para el Ministerio de Hacienda incluyeron la recuperación de algún tipo de desgravación para los seguros privados sanitarios.
Según las estadísticas de Salud de la OCDE, en España contrata este tipo de seguros un 13% de la población, mientras en Francia ese porcentaje alcanza un 96%, y en los Países Bajos, un 89%. El volumen de primas el año pasado creció un 2,7%. Hay un gran espacio en el sector que nutre los beneficios de Quirón, y mucho más si se incentiva la contratación dando ventajas impositivas. La jugada con IDCSalud se adelanta a esta posible expansión del negocio.
Un sector “resistente a la recesión”
Doughty Hanson ha hecho un exhaustivo análisis a la hora de poner el dinero de sus inversores en Quirón. Y su conclusión es que se trata de un negocio seguro más allá de los vaivenes económicos. “El sector de los hospitales privados en España ha probado ser resistente a la recesión y ha experimentado un crecimiento de ingresos anuales del 4,7% desde 2007”, recoge. El fondo ve incluso en la crisis una oportunidad para ampliar beneficios: “El mercado tiene fuertes pilares de crecimiento derivados de la demografía y las dificultades del Sistema Nacional de Salud para mantenerse como una alternativa de calidad”.
La tarta anual de la sanidad privada se calcula en 9.800 millones de euros, según el Instituto IDIS, que otorga al mercado un incremento de negocio del 1,8% en plena crisis económica del país (2009-2012). Lo que queda omitido de esta evaluación que ofrecen los brokers es que sólo en 2012 el 37% de los ingresos de las empresas sanitarias privadas en España provino de las arcas públicas. 1.702millones se fueron desde los impuestos a conciertos y otros 800 millones a contratistas como IDCSalud.